Capítulo 14

1977 Words
Ambos estamos comiendo mientras escuchamos a alguien intentar cantar en brasileño haciéndolo tan horrible que solo te dan ganas de reír. Luego pasa otra persona y canta en francés causando que los tortolitos románticos de este lugar se peguen como lapas, eso causa que sonría enternecida con este ambiente. Sesshomaru no pudo a ver escogido un mejor lugar, la estoy pasando increíble y me encanta todo. Me agrada que en esta cita no haya trazado un plan en un fino restaurante ya que aquí la estoy pasando más que increíble, me encanta todo de este lugar. —¿Por qué odias las mentiras Rin?—su voz me hace mirarlo y solo cautivarme aún más. Él es como el tipo de hombre que nunca soñé, pero que supera mis expectativas de hombre casi perfecto. —Soy huérfana—hago una mueca con mis labios—ya sabes que nunca hablo de mis padres y gracias por respetar eso—le digo de manera rápida—cuando pequeña mis madres murieron en un accidente o eso me dijeron. La familia que me adoptó me mintió sobre yo ser su hija, así que cuando me enteré que era adoptada fue un golpe muy duro para mí—suspiro restregando mis ojos—esa pareja tenía dos hijos varones mayores que yo, mientras iba creciendo uno de ellos me miraba de otra manera... me miraba como mujer—veo como su cuerpo se tensa—él comenzó con pequeños comentarios, pero luego me hostigaba siempre, me perseguía, me acosaba y hasta intento meterse en mi cama. >> No pude más con la situación y hablé con la que en ese entonces era mi madre quien sin dejarme terminar me dijo mentirosa y embustera. Me gritó sobre su hijo siendo un santo y yo una mujerzuela queriendo meterme en sus sábanas, para ese entonces solo tenía 16 años. Luego él mintió, dijo que era yo quien lo acosaba, que me desnudé frente a él y un sin número de mentiras. Ella enloqueció con eso porque a él lo estaban comprometiendo con una chica de dinero—suelto un suspiro—me echó de su casa y me dijo que no volviera. Nunca lo hice, gracias a una compañera tuve techo y luego conseguí un trabajo independizándome de a poco. Estudie hasta la medula y me gradué como periodista, el canal me ofreció el trabajo que ahora tengo y me mude con Ayumi como un año antes, desde entonces somos inseparables—él asiente y me sonríe. —Eres una mujer increíble y creo que ese bastardo debería pudrirse—él pone su mano sobre la mía—yo jamás te voy a mentir Rin, lo prometo—le regalo una sonrisa. —Eso espero, viví en una mentira toda mi vida, no me gustan que me mientan—él asiente en comprensión. —Bien, tenemos una cita a la cual seguir—se levanta y me da la mano. —¿A dónde vamos?—pregunto confundida. —No pensaste que nos quedaríamos solo aquí, tenemos otros lugares a los cuales ir—tomo su mano y camino o bueno corro con él. En el camino le digo que ponga Ride de nuevo. Ambos la cantamos y en la parte que menciona el coro me guiña un ojo y actúa como si fuese un vídeo. Llegamos a un muelle donde las luces de la ciudad se ven increíbles. Camino mirando todo con sorpresa, me encanta. —Quiero una foto—le paso mi celular y poso mientras el imita ser un fotógrafo. —Ahora una linda selfie—ambos sonreímos como bobos a la cámara. Nos tiramos muchas como besándonos, yo besando su mejilla, él mi cuello—ven, vamos a comer helado—sin que se lo espere salto sobre su espalda—te encanta estar a caballito—me dice. —Soy buena jinete—le digo riendo. —No me queda duda, me encanta verte montar—el doble sentido de sus palabras me hace carcajearme. —Y a mí me encanta montarte a ti—susurro y sus manos suben a mi culo bajo la falda para apretar las mejillas de mi trasero. Algunas miradas curiosas nos observan, pero somos buenos ignorándolas. Él me baja y yo miro un puesto de helado. —¿Chocolate?—pregunta y asiento. —Con chispitas—le digo en tono infantil. —Con chispitas—me dice con una gran sonrisa. Sin poder mantenerme quieta rodeo mis manos en su cintura y entierro mi cara en su espalda aspirando su aroma varonil que me encanta. Sesshomaru aprieta mis manos y me da la vuelta regalándome una sonrisa. —Me encantas Sexymaru—hago un pico de pato, el ríe y baja a besarme. —¿Sexymaru?—enarca una ceja y yo me encojo de hombros. —Sip, eres muy sexy—le guiño un ojo coqueta. —Qué bueno que sabes lo sexy que soy—ruedo los ojos, pero sin perder la sonrisa en mis labios. —Señor tenga—él paga los helados y yo tomo el mío sintiéndome como la persona más feliz del mundo. —Pareces como si te ganaste el loto—yo río y como de mi helado. —Esto debe de ser uno de los secretos para la felicidad—digo comiendo. —Más bien para tu felicidad—asegura robando un poco de mi helado. —¡Hey! No seas tramposo—él corre riendo y yo lo sigo entre risas ¿ya mencioné que me encanta? Si no lo hice, este hombre definitivamente me encanta. —¡Atrápame si puedes!—me grita y yo solo lo persigo riendo y evitando que mi helado caiga al suelo. Alguien pone música y la reconozco como Closer de The Chainsmokers y Halsey. Me detengo y termino con mi helado rápido y Sesshomaru me sonríe. Él se acerca y me invita a baila, o bueno, hacer el tonto. Ambos nos movemos solos como dos tontos enamorados y yo sigo todos los pasos de Sesshomaru haciéndolo mal en algunas ocasiones. Sin darnos cuenta hay muchas personas que nos rodearon y nos aplauden, que hermoso, solo nos aplauden porque Sesshomaru y yo estamos buenos y porque él es un excelente bailarín mientras que yo doy pena de solo verme. Pero me doy cuenta de algo; mientras estoy con él hacer algo vergonzoso no me da pena, solo me motiva a seguir haciendo esa locura. Cuando la canción termina Sesshomaru toma mi mano y me hace correr. Parecemos dos adolescentes, pero esos causa que me divierta más. —¿Cuál es la siguiente parada?—pregunto elevando las cejas o haciendo el intento. —Ya verás—me coloco el cinturón de seguridad y él pone el auto en marcha. Él me ordena cerrar los ojos y eso hago. Con una sonrisa lo siento colocarse detrás de mí y me hace caminar. Luego me ordena abrirlos. Estamos en medio de una carretera, pero eso no es lo que importa, lo que importa es todas las estrellas que se ven. Es el cielo más estrellado que he visto jamás. —Es hermoso—digo mirando—las estrellas se ven increíbles desde aquí—murmuro sin despegar la vista del cielo. Él me abraza por la espalda y yo sonrío como boba, no vale la pena negar que me he enamorado de este magnífico hombre. —Te amo Rin—su voz me hace cosquillas en todo el cuerpo mientras me giro a mirarlo. —Acabas de robar las palabras que pensaba decirte Sesshomaru—él coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Lo miro mientras veo sus labios acercarse a los míos de manera lenta. Él deja castos besos en mis labios de una manera tan dulce y suave que me revuelve todo por dentro. Su lengua hace que mis labios se separen para que comience el verdadero beso. Ladeo mi cabeza y entonces ya no es un beso dulce. Mis manos van a sus hombros mientras ambos batallamos en quien lleva el control del beso. El muerde mi labio inferior y yo chupo el suyo cuando sus dientes liberan el mío. Nos separamos una boca y ambos jadeamos. Él vuelve al ataque y sus manos vana a mis muslos, me levanta y luego siento mi trasero contra el frío del auto. Sesshomaru se abre paso entre mis piernas para poder besarme más a gusto. Sus manos suben hasta mi cuello y me hace abrir la boca, su lengua impacta de manera rápida contra la mía y todo mi cuerpo se electrifica y se calienta por los juegos de las lenguas. Mis manos tocan su muy definido pecho y luego separo sus labios de los míos para hacer un camino hasta su cuello. —Sesshomaru—murmuro dejando besos en su cuello. —¿Si?—las manos de el están acariciando mi cintura. —Quiero hacerlo aquí—él se separa de golpe. —Esto es una carretera—me dice y yo sonrío. —Lo sé, por eso debe ser rápido, un rapidito—una sonrisa se dibuja en su rostro a la vez que me rasga las medias que tanto quiso rasgar dejando a su vista mi ropa interior purpura. —Me vas a matar Rin—su dedo me acaricia por encima de la ropa y muerdo mis labios para no gemir. Aparta la ropa interior y toca mi humedad. Yo rápidamente busco bajarle ese pantalón por lo que mis manos trabajan. Cuando bajo su bóxer él se encarga de apartar mi ropa interior para llevar su m*****o a mi entrada—no sabes como quería esto desde que te vi con esa linda falda, desde hoy amo las faldas—cuando voy a responder entra de golpe y mi respiración desaparece. Gimo mientras Sesshomaru entra en mi interior con fuerza bruta, pero que me encanta. Sus estocadas tienen mi corazón latiendo como loco mientras mi respiración es inexistente. Veo las luces de un auto y jadeo buscando mi voz. —Un auto—murmuro como puedo—viene alguien—Sesshomaru acomoda su pantalón sin salir de mí y me abraza. El auto se detiene y una mujer con un joven salen. —¿Necesitan ayuda?—pregunta y yo solo quiero decirle que se larguen para poder llegar a mi orgasmo. —No... solo... estamos...viendo las... estrellas—digo respirando fuerte. Sesshomaru se mueve un poco y muerdo con fuerza mis labios para no gemir. —Son dos enamorados, que tierno en mis tiempos... Cierro los ojos tratando de que mi mente nublada trate de analizar la situación. —No queremos ofenderla, pero necesitamos un momento a solas por eso vinimos aquí—Sesshomaru le gruñe la señora que se sonroja. —¡Oh claro!—dice nerviosa—digan disfrutando—se sube a su auto y la vemos alejarse. Sesshomaru no dice nada más y solo me toma de la cintura y sale para entrar de golpe. Me folla como un animal, pero con el me encanta todo. De lo único que soy capaz de es moverme con él de manera torpe y gemir muy alto. Mi cuerpo se tensa y sé que ya estoy cerca. —¡Sesshomaru!—grito corriéndome y dejándome caer de espaldas en el auto para buscar mi respiración. —¡Rin!—siento tu esencia dentro de mí—¿quieres dormir en mi departamento?—pregunta dejando un beso en mi cuello y saliendo de mi cuerpo. —Le dejare un mensaje a Ayumi—él me sonríe complacido. —¿Buena cita Rin?—pregunta arreglando su pantalón. —La mejor cita Sesshomaru—sonreímos cómplices y él me ayuda a bajar. Amo a este idiota encantador.
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