Samira Abro mis ojos lentamente, veo a través de la ventana que esta por amanecer. Me duele todo, sin duda alguna tuve una noche bastante movida. Me encuentro acostada boca abajo, desnuda, únicamente con una fina sabana cubriendo mi cuerpo. Sinceramente, no quiero levantarme, no quiero enfrentar la realidad de lo que hasta hace un par de horas estuve haciendo llevada por el deseo s****l que ha despertado en mí el hombre que se supone esta a cargo de mi salud. Bueno, si al caso vamos, mi cuerpo también va incluido ¿no?. Con el cardio que hicimos durante horas, se puede decir que me está ayudando en la parte física, no es como trotar, pero por algo se empieza. ¡Que descarada eres Sami! Con cuidado tomo mi móvil que está en la mesita de noche, no quiero despertarlo y si es posible irme s