Erick La observo atentamente. Sus ojos oscuros me escudriñan. Está esperando una respuesta. Ya no bailamos, ambos nos quedamos de pie cerca, muy cerca mirándonos, ella con seguridad esperando por mí, yo con cautela buscando la respuesta correcta. Samira sin duda alguna es una mujer segura con respecto a los hombres, pero, lamentablemente confió en quien no debía. Eso la llevo a cometer errores, uno que pudo haberle causado la muerte. Pero aun así no se deja amedrentar por nadie, eso me lo ha dejado bien claro. Conmigo no se inmuta, no se queda callada y siempre tiene algo que decirme. —Eres el motivo de mis pensamientos más oscuros. Quién me hace cuestionarme todo lo que represento. Eres la causa de mis arrebatos, pero también la causa de mis deseos más primitivos. No estaría aquí contig