Poder contarle una pequeña parte de lo que me había sucedido fue relajante, me sentí muy bien y como no, si estaba entre sus brazos, con su calor abrazándome el alma, pronto me animaría a terminar de relatar mi pasado. Después de tanto llanto me sentía muy cansada, así que Alessandro había estado preparando la ducha para mí, estaba con una bata de baño sentada en la cama, mientras lo esperaba. Mi mente pensaba miles de cosas por segundo, me sentía muy mal mentalmente. Los días oscuros empezaban a llegar, tenia que estar preparada para cualquier cosa, incluso para volver a verlo cara a cara. —Maia —su voz me alejó de esos malos pensamientos—. Ven, ya esta preparado todo. Agarré su mano que extendida y me dejé guiar, por otro lado, tenía el corazón encogido de tanta ternura, no me p