Magnus.
Algo se mueve a mi costado, estoy tan sumido en mi propio sueño que no soy capaz de abrir los ojos hasta que un quejido me recuerda a mi hija y la posición en la que dormimos la noche anterior.
De inmediato me despierto, volteo a mi costado intentando enfocar mi mente en ello cuando veo que mi hija se está quejando porque mi móvil y el sonido que este desprende, están a punto de despertarla.
Giro hacia la mesa de noche, le bajo el volumen dejándolo en silencio, ignorando la llamada entrante y luego me enfoco en Taylor. Mantiene su ceño fruncido, ruego porque no se despierte todavía porque ni siquiera sé si hay algo de comer, por lo que una vez que suelta un suspiro y se acomoda, me calmo.
Mi móvil vuelve a vibrar. Lo primero que observo es la hora, son las diez de la noche p
