Magnus. Mis padres y yo estamos fuera de la habitación esperando alguna noticia. Desde que vi a la pequeña no he sido capaz de despegarme de su lado sin embargo, sé que apenas despierte comenzará el verdadero reto porque hasta ahora, no hemos sido capaz de hacer absolutamente nada. La he observado dormir durante horas enteras y puedo asegurar, con total sinceridad, que es sangre de mi sangre. Creo que es más Dupont que Andrews, se nota a leguas en los rasgos de su pequeño rostro y en el color tan llamativo de su cabello. Es como una pequeña muñeca. —Tenemos que conseguir una cama extra para tu casa—dice mi madre, tecleando en su móvil. —Si vas a tenerla necesitarás una niñera, o alguien que sepa cuidar de una niña tan pequeña. —Quizás podrías quedarte—susurro. Ambos me miran sor