Capitulo Seis

1103 Words
El entrenamiento para los caballeros es intenso y agotador, los estudiantes son llevados al límites tanto de sus facultades físicas como mentales y siempre son puestos en problemas que requieren no sólo un control de sus emociones sino que además, del de su magia. Lo principal para los caballeros– no importa si poseen magia o no, ya que el entrenamiento básico lo deben tener todos– son las clases de esgrima y magia elemental. La primera además de ser una actividad deportiva codificada cuyo objetivo es tocar con un florete, una espada o un sable, es también una práctica artística y de entretenimiento que tiene como finalidad producir un espectáculo de combates modernos o antiguos con una o más armas; para los futuros caballeros también es un medio de defensa y ofensa en caso de tener que pelear por sus vidas. —Estás un poco lento— dice Thomas mientras mueve su espada con destreza. —Algunos tenemos vidas sociales y no pasamos el día aburridos practicando— suelta con desdén Adrien. —Se le llama talento — sonríe a través de su mascarilla. El asesor –ayudante del árbitro– observa con atención los movimientos de ambos esgrimistas, van y vienen los ataques; teniendo una postura de guardia – postura que favorece al tirador– Adrien espera a que Thomas se decida a realizar su movimiento, para desgracia del joven Moneth su contrincante es un haz en el deporte por lo que realiza una balestra admirable – ataque con salto hacia el frente–, logrando así desarmarlo; no pasan dos segundos cuando Tom ha logrado vencer a su contrincante dejándolo tendido en el suelo, algunos abuchean al vencedor y otros lo elogian. Sin siquiera darse una mirada ambos se alejan del otro, no es nueva la rivalidad que tienen éstos dos a pesar que fueron grandes amigos cuando niños, actualmente no soportan la presencia del otro y por ellos sus amigos siempre están en tensión cuando ambos bandos están juntos en un mismo lugar.  La clase transcurre lenta, la preparación que les obligan a tener antes de cada encuentro es tediosa y ni hablar de los modos y estrategias, todos se esfuerzan al máximo no sólo por aprobar sino que también para pasar de ella lo más rápido posible y adentrarse en la próxima clase; la favorita de todos los alumnos que poseen magia, magia elemental. —Estás oxidado Moneth— se burla Lucas cerca de su hermana. Lucas y Julianne Monroe son hijos de un mismo padre y distinta madre, la progenitora del muchacho falleció al darlo a luz por lo que su padre se hizo cargo de él; tiempo después se casó con una bella mujer y tuvieron a la niña, lo que los convierte en medio hermanos. Ambos son amigos y confidentes de Thomas y como todos los que se encuentran en el grupo del heredero del elemento agua, rivalizan con Adrien y los suyos. —Ven y dímelo de frente cobarde— el castaño es bastante explosivo a la hora de confrontaciones. —Tranquilo— Ed lo toma por los hombros y lo saca de allí. —Quisiera romperle los huesos— masculla. —Tendrás oportunidad, pero no aquí, los maestros te sancionarían— responde el rubio. A mitad de camino se encuentran con Anette, Janneth y Lily, las dos últimas se unieron al grupo hace algún tiempo– año y medio aproximadamente– y congeniaron con todos de inmediato. Janeth Bolagne y Lily Carson son primas lejanas por parte de sus madres, siendo totalmente distintas y sin una pizca de parecido entre sus familias son las únicas mujeres de las mismas ya que sus hermanos y primos son todos varones.  Thomas regresa a su casillero, siendo uno de los alumnos más aplicados y talentosos en el Instituto Real Luceth se prepara fervientemente para ganar la competencia de la corona, siendo responsabilidad suya debido a presiones de sus padres y también para demostrarse así mismo que puede hacer lo que sea sin necesidad de estar acompañado siempre de Adrien. Antes de poder regresar a la cafetería por su almuerzo se encuentra con Itzel, una de sus hermanas menores quién parece haber llorado por al menos media hora; preocupado como sólo él puede mostrarse se acerca a paso seguro. —¿Qué pasó Itzel? ¿Por qué lloras?— pregunta viéndola fijamente. —¿Sabes? Acaban de humillarme por completo — sonríe con amargura. —¿Qué?— toma asiento junto a ella— Explícame nena. —Decidí contarle a Caleb lo mucho que me gusta, pero, no salió bien— solloza— Al principio el me observaba emocionado pero al cabo de unos segundos eso desapareció, dijo que yo era muy buena pero que él estaba enamorado de Meredith y que en un principio pensó que yo era ella hasta que notó las diferencias. Itzel llora en brazos de su hermano, siente que su corazón se ha roto en mil pedazos pero sobre todo su autoestima; por lo general el sexo opuesto prefiere a su hermana, ¡Son mellizas! ¿Cómo pueden preferirla a ella si son exactamente iguales? No lo entendía, no se consideraba una chica malhumorada o poco sociable, era todo lo contrario al igual que Meredith pero la respuesta era clara; ella no era su hermana. —¿Qué está mal conmigo?— pregunta la jovencita. —Nada, eres perfecta así cómo estás, es solo que... Eres diferente a nuestra hermana. Son mellizas no iguales, por más que halla un parecido físico, cada una tiene lo suyo— explica el chico acariciando su cabello. —¿En qué me diferencio de ella?— Itzel se pone seria. —Tu rostro es más angular que el de Meredith, ella tiene cara redonda— se encoge de hombros— Sueles tener una sonrisa más grande que ella, te pones nerviosa y frunces los labios cuando ella no. Y... Ella es más proporcionada que tú. —Lo sé, es un castigo— resopla. —Yo te veo hermosa, no importa lo que los demás digan, ya habrá alguien que te vea igual que yo— le besa la coronilla—Debo irme, el almuerzo casi acaba y tengo entrenamiento mágico. Despidiéndose ambos H'Artagnan se encaminan cada uno a sus respectivas tareas, mientras el chico camina perdido en sus pensamientos realiza un juego de manos en el que una pequeña bolita echa de agua se pasea entre sus dedos como si flotara, bañando la piel de los mismos con su textura líquida. Harry y Lilianne Moneth esperan en la entrada de su enorme mansión a que el vehículo llegue hasta la puerta de la misma, el automóvil n***o de vidrios polarizados estaciona con cuidado y elegancia frente a ellos; el chófer desciende y realiza un movimiento de cabeza a modo de un  respetuoso y cordial saludo a sus patrones y abre la puerta trasera dejando ver a una jovencita sonriente bajar del mismo. —Estoy seguro que mis hijos estarán felices de verte, bienvenida querida— sonríe Harry. —Nos alegra que hayas llegado bien— Lilianne besa sus mejillas con cariño.—Bienvenida Marianne.
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