El señor Dávila se percató en ese momento de furia, por parte de los dos hombres, que no podría deshacerse tan pronto de “Nina Ferrer” como él lo había pensado ¿Por qué Fernanda había tenido que hacer tan buen trabajo como para que Yan Boyer y Kotoko Parisini no quieran trabajar con alguien más? ¿qué clase de brujería había hecho? Sin duda era una bruja. Una bruja que sabía aprovecharse de la situación. El presidente de la compañía meditó por un momento lo que haría. Tenía que ser muy cuidadoso si no quería que las cosas le salieran mal y terminar él mismo por echar a perder la oportunidad que se había abierto ante sus ojos. — Podemos si gustan proceder a la firma y comenzar a trabajar con la señorita Ferrer en cuanto llegue de viaje —dijo el señor Dávila. — ¿Cuándo llega de viaje? —