CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS

1404 Words
ZARA   Tan pronto como llego a casa le envío un mensaje de texto a Tom para que venga mi apartamento, a lo que él responde diciendo que ya va saliendo de la oficina y viene para acá, así que me cambió a ropa más cómoda y ordeno comida para los dos mientras lo espero, afortunadamente él no tarda mucho tiempo en llegar, pues hoy han pasado tantas cosas que realmente necesito un momento de tranquilidad junto a él.   Tan pronto como las puertas del ascensor se abren, noto su cara con una expresión extraña, parece preocupado y eso hace que mi ansiedad aumente, él no debería estar preocupado, no sabe ni lo que está pasando, aún no le he dicho nada y ya tiene esa cara, a menos que James le haya dicho algo, lo cual sería malo, pues se le advirtió claramente que no podía hablar de la investigación con nadie, y aunque Tom no es precisamente cualquier empleado, eso aún no lo saben los demás.   “¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?” le pregunto de inmediato y él frunce el ceño primero y luego trata de recomponer su rostro, pero es muy tarde, ya he visto su expresión.   “No es nada, sólo estaba pensando en lo que está pasando en la compañía, además, yo debería ser quien haga esas preguntas, ¿Estás bien?” él me pregunta viniendo a envolverme entre sus brazos y yo siento que puedo respirar con tranquilidad por primera vez desde que abrí los ojos esta mañana.   “Es una locura, pero estaré bien, ya me conoces,” le digo con una sonrisa y él me guía hacia el sofá para que nos sentemos abrazados.   Permanecemos un momento en silencio, hasta que él parece no ser capaz de resistir más y me pregunta: “¿Cómo te fue con tu abogado?” con un tono tenso, como si estuviera esperando recibir malas noticias, lo cual me hace reír un poco y él frunce el ceño.   “De hecho me fue bien, él me tranquilizó un poco,” le respondo y Tom inclina su cabeza en confusión, así que le explico:   “Supongo que a estas alturas ya habrás descifrado que la policía está involucrada porque el incendio no fue un simple accidente…” empiezo y él asiente, así que continúo: “Bueno, él está casi seguro de que el responsable de ello es un empleado, específicamente, un empleado de la división de programación web, por lo que va a investigar a todos los empleados de la empresa, incluyéndome,” le digo y Tom abre mucho sus ojos con sorpresa.   “¿A ti también? ¿Por qué? No tiene sentido, tú eres la dueña de la empresa, ¿por qué ibas a querer destruir tus propios equipos?” él exclama indignado.   “Lo mismo dije yo, pero el asunto es, que el incendio no se produjo simplemente para dañar los equipos de cómputo, sino para cubrir las huellas de lo que se había hecho con ellos… Tom, alguien robó información confidencial de esos equipos,” le digo con cautela y él parece muy sorprendido.   “Aún así, no entiendo por qué te tendrían que investigar a ti también, no tiene sentido que quieras robar información de tu propia compañía,” él responde.   “El detective muy elocuentemente señaló que si bien yo poseo acciones en la compañía, no soy la dueña exclusiva, hay otros socios que podrán salir afectados por esto y ellos querrán que se investigue a fondo, y eso me incluye a mí,” le digo y él asiente mientras parece sumido en sus pensamientos, pero antes de que le pueda preguntar qué piensa sobre esto, él levanta su cabeza abruptamente y me mira con un poco de pánico en sus ojos.   “Zara, ¡si nos van a investigar a los dos seguramente se enterarán de lo nuestro!” él me dice y yo me alegro de no estar con los mismos idiotas de siempre, sino con alguien tan inteligente como Tom.   “Exactamente por eso fui a ver a Dominic hoy, quería que él me aconsejara cuál era la mejor ruta de acción para esta situación, pues lo de menos es que se enteren de lo nuestro, eventualmente lo iban a saber, pero lo que realmente me preocupa es que los demás socios piensen que tú tuviste algo que ver con el incendio y que por consecuencia, yo también, y quieran removerme del cargo de CEO,” le digo y él me mira con preocupación.   “No había pensado en eso, pero igual no tenemos de qué preocuparnos porque ninguno de los dos hizo nada malo,” él me responde con confianza.   “Tom, sólo se necesita un rumor para destruir la confianza de los socios y de los inversionistas, no me puedo arriesgar a que destituyan,” le digo y él frunce el ceño.   “¿Entonces quieres que terminemos? ¿Es por eso que me pediste venir?” él me pregunta con tristeza.   “No, no, todo lo contrario,” le digo abrazándolo y él me mira con confusión.   “Dominic me aconsejó que le diga al detective sobre nuestra relación para que no se haga una idea que no es, y también me dijo que sería mejor que ya dejemos de escondernos,” le digo y Tom sonríe ampliamente.   “Nunca pensé que diría esto… pero creo que el idiota ya no me cae tan mal,” dice riéndose y yo me uno a él.   “Oh, y ¿sabes una cosa?” le digo acercándome a él.   “¿Qué?” me pregunta intrigado.   “Creo que a Dominic le gusta su nueva asistente,” le digo riéndome y Tom sacude la cabeza con diversión.   “Qué cliché enamorarse de un subordinado,” dice con ironía mientras me mira con sorna.   “En mi defensa, ya estaba enamorada de ti desde antes de que te convirtieras en mi subordinado,” le digo levantando la barbilla con un gesto de superioridad y Tom me mira con ternura.   “¿De verdad?” me pregunta.   “Creo que sí, no lo había querido admitir antes, pero estoy casi segura de que te he amado desde hace años,” le digo escondiendo mi rostro entre su pecho y él me besa la frente, así que levanto mi cabeza para mirarlo a los ojos y él se inclina para besarme, primero con ternura y luego el beso se va transformando en algo más, hasta que siento sus manos empezar a recorrer mi cuerpo y yo hago lo mismo con el suyo, mientras ambos empezamos a desvestirnos con una necesidad cruda, casi como si nos necesitáramos para respirar.   Tom me toma por la cintura y nos da vuelta hasta que él queda sobre mí y en un solo movimiento, rápido y placentero, se entierra en mí haciéndome rodar los ojos y gemir en voz alta, así que entrelazo mis piernas en su torso, él empieza a empujar dentro y fuera de mí con rapidez y fuerza, mientras yo gimo con fuerza y me abrazo a su cuello.   Cuando creo que él está cerca, me sorprende dándonos vuelta nuevamente para que yo quede arriba de él y empiezo a mover mis caderas en círculos, haciendo que él empiece a gemir también y entierre sus dedos en mis caderas para guiar mis movimientos, no pasa mucho tiempo hasta que empiezo a sentir que me estoy acercando al c****x, Tom parece notarlo también y con sus manos toma cada uno de mis pezones y empieza a jalarlos suavemente enviando corrientes por todo mi cuerpo y exploto de placer gimiendo su nombre.   Unos segundos después siento a Tom llegar a su propia liberación mientras echa su cabeza hacia atrás y aprieta su mandíbula con fuerza; me recuesto sobre su pecho jadeando y escucho su corazón latir con fuerza contra mi oído, él envuelve sus brazos en mi espalda desnuda y me susurra ‘Te amo’ haciéndome sonreír de oreja a oreja.   Tan pronto como logramos calmar nuestra errática respiración y estamos acostados desnudos en el sofá, envueltos en los brazos del otro, en un silencio cómodo, mi celular vibra con un mensaje entrante, y es mi madre recordándome que mañana es la prueba final del vestido de novia de Lucy, y como soy la dama de honor, no puedo faltar.  
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