CAPÍTULO SIETE

1174 Words
TOM   No tengo idea de dónde saqué el coraje para hacer lo que acabo de hacer, pero ver a Zara siendo cariñosa con ese tipo en frente mío y claramente lo hacía a propósito, no sólo hizo que me hirviera la sangre, sino que, al ver a Lucy, recordé los consejos que solía darme cada vez que esto pasaba, así que decidí aceptar la tarjeta de la pelirroja con una sonrisa.   No sólo para darle una cucharada de su propia medicina a Zara, sino para comprobar su reacción ante este gesto, y debo decir que quedé bastante complacido por la forma en que se enojó tan pronto como me guardé la tarjeta en el bolsillo.   Me saco la tarjeta para observarla, deteniéndome en el nombre: Eleanor Carroll, y caigo en cuenta que ni siquiera sabía el nombre de la pelirroja hasta ahora, estaba tan concentrado en darle celos a Zara, que ni siquiera me percaté de ese importante detalle.   Pienso por unos segundos en si debería continuar con esto, pero finalmente decido que no vale la pena, esa chica se ve que es problemática, además que es evidente la mala sangre que hay entre ellas dos y no quiero ser un problema más entre dos accionistas de la empresa a la que recién empecé a trabajar.   Sin darle más vueltas al asunto, arrojo la tarjeta de presentación de la pelirroja al bote de basura más cercano y me dirijo a mi nuevo puesto de trabajo, pero tan pronto entro al piso en el que se encuentra la división de programación, siento un cambio brusco en el ambiente.   Todas las personas se me quedan viendo y empiezan a murmurar entre ellos a medida que voy pasando por su lado, cuando por fin llego al escritorio que me fue asignado esta mañana, la presión ya se ha hecho insoportable y no tengo idea qué hacer para evitar que las personas me sigan mirando como si tuviera algo en mi cara.   Después de unos veinte minutos de murmureos incómodos, el supervisor del área parece haberse percatado de lo que está pasando y se acerca a mí para hacerme la pregunta que estaba temiendo:   “Entonces, chico nuevo, ¿cómo es que conoces a los Arlington? Parecen bastante familiarizados contigo,” él me inquiere.   Afortunadamente llevo años preparándome para pensar rápido, por lo que la respuesta que doy a continuación sale natural:   “Oh, soy amigo de Lucy,” le digo como si nada.   “¿La prometida del señor Arlington?” me pregunta de nuevo.   “Si, ella, solíamos trabajar juntos en el club campestre, la conozco hace varios años,” le digo, pero él no parece satisfecho con mi respuesta.   “Entonces, ¿Fue ella quien te ayudó a conseguir el puesto?” él me pregunta y yo le frunzo el ceño, lo cual hace que se sorprenda.   “No, yo realicé el proceso de selección al igual que todos, realicé el examen y la entrevista la tuve que hacer por Skype pues me encontraba aún en Tokyo,” le respondo y él parece curioso.   “¿Tokyo? ¿Qué estabas haciendo allí?” mi supervisor pregunta.   “Estudié en la universidad allí, en ese momento me encontraba trabajando con el profesor Nakamura, por lo que no podía venir a hacer la entrevista de forma presencial,” le respondo encogiéndome de hombros y él abre los ojos como platos.   “¿El profesor Aiko Nakamura?” exclama.   “El mismo,” le respondo confundido por su reacción.   “Wow, ¿cómo conseguiste trabajar con él? ¡Es el mejor en este campo!” me pregunta asombrado.   “De la misma forma como logré entrar aquí, estudiando y realizando un examen en el cual fui el mejor de la clase y él me escogió,” le respondo con un deje de suficiencia, pues sé por su expresión anonadada, que toda duda sobre la forma en que conseguí este trabajo ha quedado despejada y posiblemente logre acallar cuales sean los rumores que están corriendo en este momento sobre mí y los Arlington.     Afortunadamente nadie sabe de mi relación con Zara, de lo contrario esto dejarían de ser rumores de pasillo para convertirse en un escándalo que seguro llenaría las portadas de varias revistas y páginas de internet, teniendo en cuenta lo popular que se está volviendo Zara, sin mencionar a su estúpido novio, del cual me enteré revisando en internet durante los últimos diez minutos, que es bastante famoso, incluso más de lo que Lucy nos informó.   “Bueno, ahora que tengo la información necesaria sobre ti y tus logros, creo que sería bueno que me acompañaras a la reunión que tendremos mañana con un potencial cliente, para que vayas aprendiendo el manejo de los procesos en la compañía, además no creo que a la nueva CEO le moleste tu presencia allí, ustedes parecían bastante cercanos en el ascensor, por lo que oí,” él me suelta de repente y yo casi me ahogo con mi propia saliva.   “¿Qué?” exclamo alarmado.   “Bueno, los guardias de seguridad han estado hablando sobre ello todo el día, de cómo el nuevo arrinconó a la nueva CEO en el ascensor, pero que a ella no le molestó y cuando le preguntaron si necesitaba ayuda, ella se negó, después de verte hablando con los Arlington, todas las personas asumieron que eras tú,” él me explica y yo me paso la mano por la cara.   Zara tenía razón, no es bueno que me acerque tanto a ella cuando estemos en la compañía, no llevo ni un día y ya las personas están hablando sobre nosotros, si esto sigue así va a ser imposible trabajar tranquilamente, además de que Zara acaba de asumir el puesto más importante y esto podría arruinárselo.   Dios, ahora entiendo porqué Zara estaba tan molesta conmigo en el ascensor, debí haber pensado mejor las cosas, pero estaba tan feliz de verla después de tanto tiempo que actué sin pensar en las consecuencias y ahora que puedo tener una probada de lo que pasaría si la gente se enterara de lo que pasó entre nosotros hace unos años, soy consciente de que probablemente es mejor que no me acerque a ella en la oficina.   Eso no quiere decir que vaya a dejar de luchar por estar con ella nuevamente, pues siempre me quedó impregnada en la cabeza todas las veces que Zara me cuestionó por no haber luchado por ella y nuestra relación, así que, sin importar si tiene novio o si ahora es mi jefe, no dejaré de intentar estar con ella nuevamente.   Sé que será difícil controlarme en la reunión de mañana, pero tengo que esforzarme por aparentar que somos simples conocidos, y así el resto de trabajadores van a dejar de hablar de nosotros, especialmente de ella, no quiero que su labor como nueva CEO se empañe por un rumor sobre mí, ella me odiaría si eso pasara, se ha esforzado durante toda su vida por llegar hasta allí, no se lo puedo arruinar.
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