Miss CEO (Versión en Español)

CAPÍTULO SEIS

ZARA

Cuando nos acercamos a mi familia, noto como mi madre y mi tío están de pie con expresiones incómodas y no tardo en averiguar por qué, junto a ellos están los Carroll, los hermanos pertenecientes a la familia que controla el mayor número de acciones después de nosotros, los cuales, sobra decir, me odian a muerte y yo les correspondo su odio.

No entiendo qué carajos están haciendo aquí, ellos se opusieron por completo a mi nombramiento como CEO, dejaron bastante claro durante las juntas directivas, que me consideraban una niñita inepta, caprichosa y con problemas de actitud, la cual nunca iba a estar capacitada para tomar el control de la compañía, a pesar de que mi familia posee el setenta por ciento de las acciones, lo que nos convierte en socios mayoritarios de la compañía.

Hablaron de nepotismo, incluso, se atrevieron a afirmar que por ser mujer no iba a ser capaz de manejar una empresa tan grande, pues iba a estar muy distraída pensando en qué usar para las reuniones de trabajo que ni siquiera me iba a preocupar por prepararlas, también que sólo era cuestión de tiempo hasta que un hombre me rompiera el corazón y eso hiciera que la compañía se fuera por el drenaje, y que la mejor opción para sustituir a mi tío, era Frederick, el hijo mayor de los Carroll, quién también tiene un diploma en negocios, con énfasis en negocios internacionales.

Por supuesto que nada de esto me lo dijeron en la cara, me enteré cuando uno de los socios minoritarios grabó la conversación que ellos estaban teniendo en el momento en el que salí de la sala de juntas, y como no soy famosa por mi tolerancia a la mierda de otra gente, simplemente los confronté y cuando tuvieron la audacia de negarlo, reproduje la grabación completa en frente de ellos y los otros miembros de la junta directiva.

Después de eso no tuvieron más remedio que aceptar mi nombramiento como sucesora de mi tío en el cargo de CEO del Graham Group, pero aún cuando ya a regañadientes habían aceptado esto, nunca se me cruzó por la mente que pudieran asistir a la ceremonia de posesión, Eleanor, la hermana menor, quien tiene un año más que yo, pasa sus días de compras, viajando, saliendo a fiestas y follando a cuanto hombre se le atraviese en su camino, Frederick, quien es cuatro años mayor que su hermana, hace básicamente lo mismo, sólo que también tiene tiempo de estudiar y trabajar, es un hombre muy inteligente, calculador, cruel, manipulador y codicioso, sin mencionar con que es el jefe de la filial que tenemos en Alemania, en donde su fama lo precede y sus empleados ya se han quejado en muchas ocasiones de sus malos tratos.

Es por esto que tenerlos bajo estricta vigilancia y estar pendiente de cada movimiento que ellos realicen dentro y fuera de la compañía, fue uno de los primeros consejos que mi tío me dio, él siempre tuvo que lidiar con Francis, el padre de ellos, quien es aún peor que sus hijos, por lo que adquirió bastante experiencia y me recalcó en numerosas ocasiones que fuera precavida.

“¿Y ustedes dos qué hacen aquí?” Les pregunto con un tono frío, y aunque mi familia y Tom se asombran un poco al ver que le hablo a unos accionistas de la empresa de esa forma tan descortés, Dominic y mi tío parecen estar acostumbrados y los Carroll a su vez parecieran haber estado esperando una reacción aún peor de mi parte, después de todo, mi animadversión contra ellos no es secreto para nadie.

“Bueno, pues vinimos a la ceremonia de posesión de nuestra nueva CEO, es apenas lógico, ¿no? Después de todo somos accionistas también,” Frederick responde y yo le enarco una ceja.

“Pues la ceremonia ya terminó, llegan tarde,” Le espeto y Eleanor suelta una risa falsa.

“El tráfico estaba horrible,” dice con su voz chillona.

“Ustedes viven a un par de calles de aquí,” le recuerdo.

“Ah no querida, no estábamos en casa, veníamos del aeropuerto, verás, estábamos visitando a nuestra madre en Suiza,” Ella me explica con su usual tono condescendiente y yo tengo que hacer acoplo de toda mi fuerza de voluntad para no reírme en su cara.

La madre de ellos es una loca alcohólica, extravagante y mundialmente conocida por ser la mecenas de artistas jóvenes y guapos, necesitados de dinero para sus carreras, el cual ella les provee a cambio de favores sexuales, su vida es un escándalo tras otro y odia a mi madre porque ella una vez la pilló tratando de seducir a Joshua a cambio de pagarle su matrícula en el conservatorio, por lo que movió cielo y tierra hasta que fue removida de su cargo en la junta directiva, y desde entonces está exiliada en Suiza, mientras su hija la reemplaza en las reuniones de junta directiva, eso es, cuando se le da la gana de asistir, pues ella dice que esas reuniones son demasiado aburridas.

“Pues ya no hay nada que ver aquí, la ceremonia se acabó, así que ya se pueden ir, no sé, de compras supongo, querida,” le respondo enfatizando esa última palabra con el tono sarcástico más mordaz del que soy capaz.

“Si, ya nos vamos, sólo queríamos desearte buena suerte con tu nuevo cargo, después de todo no es una tarea fácil,” Frederick me dice con una mirada maliciosa.

“Gracias, pero no necesito que me desees buena suerte, eso sólo le sirve a los que no están preparados,” le respondo y él se ríe mordazmente antes de responder en un tono burlón:

“Precisamente, aunque te esfuerces por parecer una CEO decente, todos sabemos que en un par de meses vas a regresar llorando a donde tu tío porque no fuiste capaz, y yo estaré más que dispuesto a asumir el rol que claramente es demasiado grande para ti y me encargaré de limpiar cualquier desastre que hayas dejado,”

Yo empuño mi mano y justo cuando estoy a punto de abofetearlo, Tom me aprieta levemente el brazo y cuando lo miro él sacude levemente su cabeza para indicarme que no vale la pena, aunque él se ve claramente molesto, un gesto que no pasa desapercibido para Eleanor, quien ahora está mirando a Tom como si fuera el último par de las botas Chanel de edición limitada, que yo pude conseguir porque el gerente general de la tienda me las obsequió y como ella no pudo conseguirlas, un día arrojó yogurt helado sobre mis pies y las arruinó totalmente.

Tom no debió haber hecho eso, y yo no debí haberle prestado atención, ahora ella debe sospechar que él es alguien importante para mí y lo va a querer tener como sea o arruinarlo si no puede, justo como hizo con las botas, sólo que esta vez no le permitiré salirse con la suya, necesito desviar la atención de ella, pero no tengo idea cómo.

Justo en ese momento Dominic decide intervenir en mi favor y le espeta a Frederick en un tono burlón:

“Hablando de dejar desastres en las compañías, ¿Cómo van las demandas en tu contra por acoso laboral?”

Frederick palidece de la ira y después de murmurar un incómodo adiós, da la vuelta y se marcha, pero su hermana se queda atrás un momento para preguntarle a Tom cómo se llama y después de que éste le dice su nombre, ella le responde con un:

“Qué lindo nombre, aunque me gusta más tu apellido, combina con mi nombre, ¿No te parece?” ella le dice batiendo sus pestañas y Tom parece encandilado con este gesto, lo cual me hace apretar los dientes con fuerza, pues, aunque odie a Eleanor, debo admitir que es bastante bonita, con su cabello rubio rojizo y sus grandes ojos azules.

Pero decido no mostrar ningún tipo de reacción ante esto, porque sé que eso es exactamente lo que ella está buscando, en cambio, me volteo hacia Dominic y le sonrío con dulzura para agradecerle por haberme defendido antes.

Tom nos mira con molestia y eso hace que Eleanor se interese aún más y antes de despedirse le da su tarjeta y le dice que la llame.

¡Maldita sea! ¿Será que no hay ningún hombre que sea capaz de controlar sus emociones por un maldito segundo? Y luego dicen que las mujeres somos las sentimentales.

Cuando Tom acepta la tarjeta y se la guarda en el bolsillo, antes de despedirse de los demás, le dirijo una mirada asesina, pero él sólo sonríe con suficiencia y se aleja con los demás trabajadores.