TOM
Trato de concentrarme en la reunión y en lo que las demás personas están diciendo, pero se me está haciendo prácticamente imposible, principalmente porque no puedo evitar mirar a Zara cada cinco segundos, mi mirada se va a ella como si hubiese una fuerza invisible que me jalara a su bello rostro, y aunque ella no ha mirado en mi dirección ni una sola vez desde que la reunión empezó, sé que está tan inquieta como yo.
Tampoco puedo dejar de pensar en lo que dijo más temprano sobre el imbécil y en como ahora él va a traerla y recogerla, como si fueran una maldita familia feliz, siento rabia al pensar en ello, no puedo creer que Zara me haya mentido tan descaradamente cuando me dijo que la relación de ellos era básicamente falsa, o bueno, no era una relación de verdad, después de toda la discusión por las flores que él le envió, al día siguiente estaba dispuesto a hablar con Zara sobre ello y ya estaba empezando a creer que yo había reaccionado mal.
Pero ahora con esto me doy cuenta que no, ella realmente tiene una relación con él y trató de hacerme creer lo contrario, y yo que me estaba sintiendo culpable por el comentario de James sobre ver a Sophia salir a hurtadillas de mi habitación, ya estaba planeando qué excusa inventar para hablar con Zara después de la reunión y explicarle todo lo que había pasado, pero luego ella empezó a hablar de lo caballeroso que es su novio y ahora estoy sentado en esta sala de reuniones tratando de respirar y calmarme lo suficiente para poner atención a mi trabajo.
Cuando por fin logro concentrarme en lo que están hablando, es en el momento en que James, mi jefe, les está informando que en el departamento de desarrollo web ya dos personas han renunciado y al parecer se han ido a trabajar con la competencia, lo cual es problemático, pues justo eran las personas que estaban liderando dos procesos importantes, los cuales están detenidos hasta que se pueda contratar sus respectivos reemplazos.
“¿En qué compañía están trabajando ahora?” Zara pregunta con evidente curiosidad.
“Según lo que escuché, se fueron con los McMillan,” James le responde y la molestia es evidente en el rostro de Zara.
“No es la primera vez que esto sucede, los McMillan llevan años tratando de reclutar nuestros trabajadores, no entiendo ¿por qué no hemos incluido una cláusula en los contratos que les prohíba trabajar con la competencia en por lo menos seis meses después de que salgan de esta empresa?” Zara pregunta mirando al jefe del departamento legal y éste le responde con una mirada algo asustada.
“El señor Arlington nunca quiso hacerlo, se lo sugerimos varias veces, pero él dijo que eso era coartar la libertad de los empleados a escoger su sitio de trabajo,” él le responde y Zara cierra los ojos antes de soltar un suspiro exasperado.
“Está bien, entonces enfoquémonos en conseguir los reemplazos urgentemente, lancemos una convocatoria mundial y si es necesario ofrecer un poco más de salario, entonces que así sea, pero los reemplazos deben estar ya trabajando la próxima semana,” ella dice, mirando a James.
“Yo tengo una idea,” le dice James.
“¿Cuál idea?” Zara le pregunta.
“Bueno, la panelista que dio la última charla en el congreso está actualmente en proceso de mudarse de vuelta a este país, ella es muy buena y creo que podemos plantearle la oferta, ella sería perfecta para el trabajo,” James le dice y veo cómo la cara de Zara cambia de expresión a una de completa molestia.
“Tom, ella es tu amiga, ¿no?” me pregunta la jefe de operaciones y todos se voltean a verme menos Zara quien está mirando hacia la pared con los brazos cruzados.
“Bueno, algo así,” le respondo y veo como Zara se gira para verme con los ojos entrecerrados.
“¿Crees que podrías hablar con ella y tratar de convencerla?” la jefe de operaciones me pregunta de nuevo.
“Oh, seguro que Tom es capaz de convencerla de cualquier cosa,” James responde riendo y yo quiero golpearlo para que cierre la boca de una buena vez.
“Esto es un asunto serio, no es momento de bromas,” Zara le espeta y él palidece instantáneamente.
“Lo mejor sería lanzar la convocatoria hoy mismo y así no nos arriesgamos con una sola persona,” Zara continúa.
“Jefe, seguramente aplicarían muchas personas a esos puestos y no tenemos tiempo de llevar a cabo las entrevistas, sabemos que la chica es buena pues de otro modo no le habrían pedido ser panelista en el congreso, si Tom puede convencerla de que acepte el trabajo, nos ahorraríamos mucho tiempo y nos aseguraríamos de tener a alguien bueno, mejor que los que renunciaron,” James le responde y Zara aprieta sus labios con molestia, luego me dirige una mirada severa antes de ponerse de pie y espetar en un tono enojado:
“Bien, encárguense de eso lo más pronto posible,” y luego simplemente sale de la sala de juntas sin decir nada más.
El resto de las personas se quedan un poco asombrados por la reacción de Zara, pero rápidamente se recomponen y empiezan a hablar sobre quien puede ser otro buen candidato para el puesto que queda disponible, mientras yo tengo la cabeza hecha un caos y trato de pensar en la mejor solución a todo este enredo, pero no soy capaz de descifrar cual es el mejor curso de acción.
“Entonces, ¿Cuándo llamarás a tu novia para ofrecerle el trabajo?” James me pregunta.
“Ella no es mi novia,” le respondo con seriedad.
“Bueno, amiga entonces, necesito que la llames hoy mismo y que te asegures de que ella acepte, la necesitamos aquí urgente, ya viste lo molesta que estaba la jefe, no podemos fallar en esto,” él me dice y yo siento ganas de gritar por no poder decir qué tan malo es todo este lío y la razón por la que Zara reaccionó así.
“Vale, la llamaré esta noche,” le digo pensando que así se zanjará el tema.
“Está bien, y quiero que sepas que en la empresa no están prohibidas las relaciones entre empleados, pero eso sí, nada de sexo dentro de las instalaciones, hay cámaras por todas partes,” James me dice guiñando un ojo, pero se pone de pie y abandona la sala de juntas antes de que pueda responderle.