CAPÍTULO DIEZ

2058 Words
ZARA   He estado ansiosa todo el día, no sé qué demonios pasa conmigo, por qué le doy tanta importancia a una celebración de compromiso que ni siquiera es la mía.   Aunque claro, la respuesta es bastante obvia, saber que Tom también va a asistir me hace poner nerviosa, después de todo la última vez que ambos coincidimos en un club terminé en su cama teniendo sexo por primera vez en mi vida, así que no es extraño que me sienta de esta forma, no sé si es miedo por lo que pueda pasar, o anticipación por saber que existe la posibilidad de que lo que pasó esa noche se repita.   Tratando de mantener la calma, me meto a la ducha y hago toda mi rutina de belleza de forma exhaustiva, me depilo las piernas, me exfolio el cuerpo y el rostro, aplico crema hidratante y loción corporal con efecto seda, aplico una mascarilla en mi cabello para que brille más que nunca y después lo seco para proceder a realizarme las ondas sueltas.   Aplico maquillaje ligero en el rostro, pero con un iluminador favorecedor, y luego me esmero para maquillar mis ojos y resaltar el verde en ellos, mis pestañas son naturalmente largas, por lo que solo debo rizarlas y aplicar mascara de pestañas para que se vean como si fueran falsas, sin correr el riesgo de que se me caigan durante la noche.   Y finalmente llegó la hora de escoger mi atuendo, estuve buscando en mi clóset durante el día, tratando de elegir algo que me hiciera ver sexy, pero no vulgar, y algo que tampoco sea muy llamativo, pues no quiero opacar a Lucy, después de todo es su celebración de compromiso y ella es quien debe destacarse entre todas.     Miro a las tres opciones que elegí con cuidado, un vestido plateado con tirantes que se cruzan en la espalda, la cual es casi completamente descubierta, y la falda del vestido tiene una pequeña abertura adelante, no es excesivamente corto, pero tampoco es el tipo de vestidos que estoy acostumbrada a usar; también está un vestido n***o de tirantes gruesos y escote cuadrado, el cual tiene un cinturón del mismo color, finalmente, hay un vestido color verde esmeralda, con un escote en V y de mangas largas, falda también corta y la tela es ligeramente brillante.   Después de probarme los tres, me decido por el verde, pues es el que hace que mis ojos destaquen más y mi cabello n***o por alguna razón se ve más brillante con este vestido, lo combino con unas sandalias de tacón plateadas que tienen sólo dos tiras, una sobre el pie y otra más delgada en el tobillo.   Para el momento en que estoy lista, me doy cuenta de que ya voy tarde, por lo que me apresuro a llamar un chofer y dirigirme al club en el que ya se encuentran todos reunidos a excepción de Joshua y Lucy.   Cuando llego al sitio, me siento hecha un manojo de nervios, como una colegiala teniendo su primera cita, aunque ni soy colegiala, ni esta es una cita, el guarda de seguridad de la entrada sólo tiene que mirar hacia mi dirección una vez para hacerse a un lado y dejarme entrar sin importarle la larga fila de personas esperando para que las dejen entrar, lo cual causa un par de protestas, especialmente de algunas chicas, las cuales se atreven a llamarme zorra barata, a lo cual respondo dirigiéndoles una mirada de desprecio y ellas parecen querer buscar pelea, pero en ese momento el chofer se acerca corriendo a mí y con voz entrecortada por el esfuerzo me dice:   “Señorita Arlington, olvidó su teléfono en el auto,” exclama mientras me entrega mi teléfono, y puedo escuchar a las mismas chicas murmurar en voz baja.   “Dijo Arlington?”   “Es una Arlington, debe ser la menor de los hijos del gobernador que se murió en ese accidente,” “No lo creo, debe ser una farsa,”   Tengo que respirar profundo para no responderles nada y justo cuando planeo dar la vuelta para entrar al club, empiezo a sentir el flash de las cámaras y miro hacia la derecha para ver a Joshua y Lucy bajando del auto, tan pronto como me saludan, los paparazzi notan mi presencia y empiezan a gritar mi nombre, por lo que me doy vuelta rápidamente y me dirijo a la entrada, seguida de cerca por Joshua y Lucy, quienes también están apresurándose a entrar para huir de los fotógrafos.   Las chicas de la fila que estaban haciendo esos comentarios molestos, ahora me están mirando con la boca abierta y una clara mezcla de asombro y envidia, a lo que respondo enarcando una ceja, especialmente a la del comentario de “zorra barata”.   Apenas pongo un pie dentro del club y veo a nuestros amigos sentados en una mesa del rincón, hacia la parte derecha de la barra, lo primero que noto es a Tom, mirándome como si la vida se le fuera en ello y mi corazón da un vuelco.   ------------------------------------------------   TOM   Creo que nunca en mi vida había visto a una mujer más hermosa que Zara, sus hermosos ojos verdes resaltan con su vestido esmeralda, ella lleva su cabello suelto y en ondas, y sus largas piernas sobresalen de la corta falda, sin mencionar la forma en que sus pechos se ven con el escote pronunciado de su vestido, parece sacada de un catálogo de Victoria Secret, y al parecer no soy el único que lo nota, pues apenas ella pone un pie dentro, todos voltean a verla.     Las mujeres la ojean con envidia y los hombres con deseo, pero ella parece completamente ajena al par de peleas que ha causado entre algunas parejas a medida que va pasando por su lado, se dirige a nuestra mesa caminando con sensualidad y elegancia, como si ella estuviera por encima de todas las banalidades del mundo, y de alguna forma se siente así, como si ella no fuera de este mundo.   Detrás de ella vienen Joshua y Lucy, quienes también se ven muy bien hoy, aunque Joshua no se ve muy feliz con la forma en la que los hombres que estaban mirando a Zara antes, ahora miran a Lucy, quien trae un vestido rosa claro de lentejuelas, se ve hermosa también, aunque siempre la he visto con ojos fraternales, muy contrario a la forma en la que percibo a Zara, quien es la única que logra despertar un lado animal en mí, casi salvaje, es difícil lograr coordinar mis pensamientos y acciones cuando ella está en frente de mí luciendo tan malditamente sexy.   Zara se acomoda en el sofá en frente de mí y yo me hago a un lado ligeramente para darle paso a Joshua y Lucy, quien viene riéndose de la reacción de Joshua a las miradas de los hombres, la risa de Lucy consigue que Joshua se relaje un poco, aunque no ha parado de disparar miradas asesinas a diestra y siniestra, un sentimiento que comparto, pues también quisiera golpear a todos esos imbéciles por la forma en que estaban mirando a Zara, aunque no los culpo por hacerlo, es difícil no notarla una vez que ella entra en un lugar.   Mía está con su esposo y Nate trajo a su nuevo novio, con el cual empezó a salir hace un par de meses, después de pasar más de un año con el corazón roto por la traición de su ex, el hijo del Senador Wallace, quien tan pronto como su padre ganó las elecciones, se mudó con él a Washington y allí aparentemente se acostó con todo lo que se movía, lo cual rompió en mil pedazos el corazón de Nate, pues el pobre se tuvo que enterar al mismo tiempo que el resto de las personas cuando unas fotos comprometedoras salieron en todos los medios nacionales.   Le tomó mucho tiempo reponerse, ya que él fue su primer novio, por el cual se atrevió a declararse gay ante su familia y el resto del mundo, la razón por la que peleó con su padre y se fue de casa, pero también él y sus engaños ampliamente divulgados, fueron la razón por la que su padre volvió a buscarlo, preocupado de que estuviera sufriendo, ya que, según me enteré hoy, Nate ha batallado con la depresión durante toda su vida, lo cual fue bastante shockeante, pues él es una de las pocas personas que he conocido, que parecen genuinamente tranquilos con su vida.   Ser consciente de la lucha que él ha venido cargando a cuestas, me hizo darme cuenta lo fuerte que es, al querer parecer estar bien todo el tiempo para no preocupar a las demás personas, y eso, a su vez, hizo que mi respeto y admiración por él, los cuales ya eran grandes, se triplicaran. Me alegra ver que ha encontrado a alguien quien parece decente y por la forma en que lo mira, es claro que lo adora.   Y, es en este momento, en el que me doy cuenta de que estamos rodeados de parejas felices, Mía y su esposo, quien también es mi amigo, de hecho, yo los presenté, aunque aún me arrepiento de no haber podido asistir a su boda; Nate y su nuevo novio, Joshua y Lucy, quienes son probablemente la pareja más enamorada que haya conocido.   Finalmente miro a Zara, quien los está mirando a todos y al parecer está pensando en lo mismo que yo, por lo que me mira con una expresión extraña en su rostro, la cual parece una mezcla de alegría por ellos y tristeza por ella misma, por nosotros; la conozco lo suficiente para saber que se está preguntando qué habría pasado si ella no se hubiese ido la mañana después de que durmiéramos juntos por primera y única vez.   Nuestro intercambio de miradas y palabras silenciosas, es interrumpido cuando Nate propone un brindis por la feliz pareja y todos levantamos la copa para brindar, excepto Mía, quien nos mira con una expresión divertida, y cuando Joshua le pregunta por qué no va a brindar, ella nos da una mirada de complicidad a todos y dice:   “El médico me lo prohibió,” mientras pone una mano sobre su vientre con una gran sonrisa de orgullo.   Todos nos quedamos con la boca abierta por un momento, hasta que un pequeño grito de Lucy nos sobresalta y ella se abalanza sobre Mia para envolverla en un gran abrazo, mientras exclama emocionada:   “¡Oh, por Dios, No lo puedo creer!”   “¿Estás embarazada?” Zara le pregunta en shock y Mia asiente.   “Pero esa es sólo la mitad de la noticia, falta lo más emocionante,” ella nos dice y todos la miramos con curiosidad.   “¿Qué podría ser más emocionante que un bebé?” le pregunta Nate.   “¡Pues dos bebés!” Mia exclama con alegría y la mandíbula de Zara casi toca su pecho, ella parece horrorizada y no entiendo por qué.   Aunque ahora que lo pienso, es probable que con la forma de ser de Zara, ella nunca quiera tener hijos, por lo que es apenas lógico que se horrorice al escuchar que alguien tendrá dos y al mismo tiempo.   Debo decir que este pensamiento me sorprende un poco, nunca consideré que ella no quisiera tener hijos, y ahora que lo pienso, siempre se ha expresado en contra del matrimonio, lo cual es shockeante para mí, pues llevo años imaginando el momento en el que pudiéramos estar juntos de nuevo para casarnos y formar una familia, un pensamiento algo cursi, lo sé, pero realmente nunca había considerado la posibilidad de que ella no quisiera un futuro así, y yo fui criado en una familia numerosa y muy cercana, nunca pensé que no tener hijos fuera una posibilidad en mi futuro.   Tal vez Zara tenga razón después de todo al decir que no es bueno que estemos juntos, tiene sentido ahora que pienso en la posibilidad de que tengamos pensamientos tan distintos y queramos cosas completamente diferentes. Mis sospechas son confirmadas cuando Mia empieza a hablar de sus síntomas y Zara la mira con una expresión de lástima y horror antes de decir:   “Qué bueno que haya decidido hace mucho que la maternidad no es para mí,”
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