CAPÍTULO CUATENTA Y TRES

2481 Words
ZARA   Me despierta el sonido de mi teléfono, y pienso que es la alarma, pero cuando miro la pantalla con ojos entreabiertos, noto que es el número del jefe de seguridad de la compañía, el cual casi nunca llama a menos que sea algo importante, por lo que le contesto de inmediato y noto a Tom empezando a despertarse a mi lado.   “¿Hola?” contesto el teléfono tratando de que mi voz no suene tan ronca.   “Señorita Arlington, lamento despertarla tan temprano, pero hemos encontrado algo respecto al incendio de hace unas semanas, sería conveniente que viniera lo más pronto posible,” él me dice con tono serio y yo me siento inmediatamente en la cama, ya completamente despierta y en estado de alerta.   Tom siente mi inquietud y se despierta también mientras me mira con una expresión confundida y curiosa en su rostro adormilado.   “Por supuesto, estaré allí en poco tiempo, gracias,” respondo antes de colgar y me pongo de pie para empezar a buscar mi ropa y cuando encuentro el pantalón de mi pijama, recuerdo la facha en la que aparecí anoche en el apartamento de Tom y siento vergüenza.   “¿Qué pasó? ¿Está todo bien?” Tom me pregunta, poniéndose de pie también.   “Encontraron algo nuevo en la investigación del incendio de hace unas semanas y necesitan que vaya a la compañía ya,” le respondo terminando de ponerme mi pijama.   “Debe ser urgente, para que te llamen tan temprano,” él me dice con tono de preocupación.   “Si, sólo espero que no sea nada malo, ya tengo suficiente en mi plato con las demandas que están en curso,” le contesto mientras me pongo los zapatos.   “¿Quieres que te acompañe abajo hasta tu auto?” Tom me pregunta empezando a vestirse también.   “No, gracias, pero ya es suficientemente vergonzoso que me vean salir de aquí en mi pijama, no es necesario que me acompañes en mi caminata de la vergüenza,” le respondo riéndome.   “Me gusta tu pijama, además, tú te ves bien con todo,” él me dice en forma tranquilizadora y yo me inclino para darle un beso de despedida antes de salir casi corriendo hacia mi auto.   Desafortunadamente, me cruzo en la entrada con unas cuantas personas, quienes al parecer van saliendo a trotar, todos me dirigen miradas curiosas y, me atrevería a decir que hasta juzgonas, así que trato de entrar en mi auto lo más pronto posible para evitar pasar más vergüenza. Dios mío, no puedo creer que haya venido hasta aquí vestida así, debí haberme cambiado de ropa antes de salir de mi casa.   Pero anoche estaba tan intranquila y ansiosa que no podía dormir, mi cabeza seguía reproduciendo una y otra vez la conversación que había tenido con Tom, y eventualmente llegué a la conclusión de que sí pude haber exagerado un poco con mi reacción; pero también decidí, que voy a aprovechar el tiempo que tengo con él ahora, aun si en el futuro decide que quiere algo más y se marcha.   No debería pensar tanto en esas cosas que aun no suceden y no sé con certeza si sucederán, puede que Tom cambie de idea algún día respecto a tener hijos, diría que yo puedo cambiar de idea, pero sinceramente no sé si sea posible, sé que soy una persona muy testaruda, pero también sé, que cuando se trata de Tom, todo lo que alguna vez creí cierto e inamovible, ha empezado a cambiar de a poco.   Para ser más específica, lo que pasó anoche es ciertamente un acontecimiento, no por el hecho de que nos hayamos dicho te amo por primera vez, lo cual es maravilloso, sino por la forma en la que actué; nunca había dejado de lado mi orgullo para ir detrás de alguien, siempre me jacté de tener en muy alta estima mi independencia, y sin embargo ahí estaba anoche, corriendo a sus brazos porque no fui capaz de pasar ni una sola noche lejos de él y encima enojada.   No puedo decir que no haya valido la pena, porque definitivamente sí lo valió, pero toda esa situación me hace repensar todo lo que he creído hasta el momento, y las decisiones que me han traído hasta aquí hoy, siento que estoy obteniendo todo lo que he soñado por años, y me da un poco de miedo que la burbuja vaya a explotar pronto, pues todo parece demasiado bueno para ser cierto.   Trato de dejar de tener pensamientos tan oscuros a esta temprana hora del día, y me concentro en bañarme y estar lista en menos de media hora para salir apresuradamente hacia la oficina, en donde me están esperando varios directivos junto con el jefe de seguridad, para darme una actualización sobre el caso del incendio, pues hasta el momento no se ha podido saber con seguridad qué lo causó, aunque todos hemos estado de acuerdo en decir que esto no es coincidencia y es por eso que el jefe de seguridad, un exmilitar de inteligencia, llevó a cabo una investigación exhaustiva para encontrar respuestas a ese enigma.   -----------------------------------------   Tan pronto como llego a la compañía, veo que no sólo está el jefe de seguridad junto con varios directivos, sino que a ellos se ha unido la policía, y tan pronto veo dos personas con uniformes y una con saco y corbata, entiendo que se trata de un detective, e inmediatamente empiezo a sentir ansiedad, pues si la policía vino hasta aquí, es porque el hallazgo debe implicar algún tipo de delito.   Siento a mi ansiedad empezar a aumentar conforme me voy acercando al pequeño grupo reunido en la sala de juntas y veo sus cara de preocupación mientras discuten algo que no logro escuchar pues la puerta está cerrada, Susan salta de su asiento tan pronto me ve y se apresura a abrir la puerta para mí.   El detective, un hombre joven, como en sus treinta, se pone de pie también para saludarme con un apretón de manos, tiene una expresión profesional y seria, pero que me hace sentir confianza por él casi al instante, y espero que mi primera impresión sobre él no sea equivocada, pues odiaría que pusieran a un inepto a cargo de este caso que es tan importante para la compañía.   “Buenos días, señorita Arlington,” él me saluda con tono formal.   “Buenos días, detective…” digo insegura de por qué no me dijo su nombre cuando me saludó, tal y como se acostumbra a hacer cuando conoces a alguien.   “Oh, lo siento, Müller, soy el detective Andrew Müller,” él me dice un poco avergonzado por su descuido.   “Descuide, ¿qué lo trae a mi empresa, detective?” le pregunto mientras tomo asiento.   “Su jefe de seguridad me ha llamado esta mañana después de comunicarse con usted, parece ser que hubo un delito en su división de programación hace unas semanas y venimos a investigarlo,” él me responde.   “¿Un delito?” exclamo confundida, mientras miro a las personas que se encuentran a mi alrededor.   “Señorita Arlington, encontramos evidencias que el incendio en la división de programación no se debió a un corto circuito como habíamos pensado en un principio, sino que fue provocado,” me responde Trevor, el jefe de seguridad.   “¿Por qué alguien provocaría un incendio en la división de programación?” pregunto confundida y veo cómo todos se lanzan miradas extrañas, por lo que mi ansiedad aumenta considerablemente.   “Quiere alguien decirme de una buena vez” exclamo molesta cuando veo que nadie se atreve a hablar.   “Para robar información,” responde James, el jefe de la división de programación web, y jefe directo de Tom.   “¿Han robado información de la compañía? ¿Qué tipo de información?” le respondo alarmada.   “Después de revisar exhaustivamente los equipos dañados, y poner a funcionar un programa que nos ayudara a descifrar cuales fueron los últimos comandos realizados en los equipos, con el fin de recuperar información o tareas que pudieran haberse dañado, nos dimos cuenta de que alguien copió información sobre los softwares y las aplicaciones que hemos venido desarrollando en el último año,” él dice con el rostro pálido y yo siento que el aire se atora en mi garganta.   Esto no puede estar pasando, apenas llevo medio año al frente de la compañía y ya me estoy enfrentando no sólo a demandas en contra de otra empresa por competencia desleal, sino que ahora tengo un caso de espionaje corporativo y robo de información confidencial bajo mi mando, la junta de accionistas va a pedir mi cabeza en una bandeja cuando se enteren de esto durante la próxima reunión, que coincidentemente es la próxima semana.   “Ya hemos empezado a recolectar la información necesaria para iniciar con la investigación y lograr llegar al responsable de esto, pero quiero que tenga presente señorita Arlington, que es muy probable que la persona detrás de todo esto sea un empleado de la compañía, por lo que es importante que lo que se ha hablado hoy, y los avances en la investigación no sean compartidos a otras personas fuera de esta sala,” el detective Müller nos dice mirándonos a todos con expresión férrea.   “Por supuesto, confío en las personas que se encuentran aquí hoy,” le respondo con seguridad, pero él aprieta los labios en un gesto de incredulidad.   “Lamento dañarle lo que imagino debe ser una linda utopía, y realmente no pretendo ofender a nadie con lo que voy a decir, pero la mayoría de las veces la orden viene de un alto cargo, por lo que voy a tener que investigar a cada una de las personas que trabajan en esta compañía, desde el portero, hasta el directivo más alto, incluyéndola a usted, señorita Arlington,” él nos dice y veo unos cuantos ceños fruncidos ante estas palabras, pero a mí me causan un poco de gracia.   Pero cuando veo que él no está bromeando en absoluto, le digo: “¿Cómo puede pensar que yo le haría eso a mi propia compañía? yo sería la primera perjudicada con ello,” le respondo indignada.   “Señorita Arlington, recuerde que la compañía no es de su exclusiva propiedad, hay otros accionistas que también se verían afectados con algo como esto, y por respeto a ellos, hay que investigar a todos los empleados, incluso a la CEO, pues después de todo, usted también es una empleada de la compañía, ya que no sólo es dueña de acciones, sino que también recibe un sueldo por su trabajo, puede que sea la persona con más alto rango, pero eso no la exime de una investigación de este tipo,” él me responde mientras me mira con sus ojos cafés penetrantes y yo siento que ya no me cae tan bien este sujeto, y espero no tener problemas con él en el futuro.   Un momento, si él me va a investigar a mi también, quiere decir que tarde o temprano se terminará enterando de lo mío con Tom, y si ya sospecha de todos, no quiero ni pensar en lo que dirá cuando se entere que tengo una relación a escondidas con uno de los empleados de la división en donde justamente ocurrió el delito, y no sólo eso, sino que Tom también se quedó trabajando hasta tarde el día del incendio, y aunque no era la única persona en el lugar, el hecho de que después hubiese salido a buscarme a mi apartamento, no se verá nada bien.   Sé que Tom no tiene nada que ver con este lío, confío en él plenamente y sé que nunca haría algo como esto, y mucho menos si supiera que me afectaría a mí directamente, pero sé que la policía tal vez no lo vea de este modo al principio, y no quiero que esto se convierta en un escándalo que pueda afectar el valor de las acciones.   Tan pronto como la reunión se termina, tomo mi teléfono y veo un par de mensajes de Tom, pero decido no responderle por el momento y mejor llamar a la única persona que sé que podrá ayudarme a solucionar esto para que no se convierta en un desastre. Por lo que sin dudar un momento, marco el número tan familiar.   “Hola, Zara, ya estaba empezando a preguntarme si seguías viva,” “Dominic, necesito tu ayuda,” le respondo y su tono jovial cambia instantáneamente.   “Por supuesto, ¿qué necesitas?” él me pregunta sin dudarlo.   “Creo que es mejor que vaya a tu oficina y lo hablemos en persona,” le respondo.   “Debe ser importante si vas a venir hasta aquí,” él me dice con tono preocupado.   “Si, un poco, entonces, ¿podemos vernos hoy?” le pregunto.   “Por supuesto, déjame le aviso a mi asistente que cancele mi última reunión de esta tarde y podemos vernos aquí o si prefieres en un café,” él me dice.   “No, iré a tu oficina por la tarde, gracias Dom,” le respondo con tono tenso.   “Para eso estoy Zara… Te veré más tarde,” él me responde antes de colgar.   Estaba tan distraída en mi llamada, que no me di cuenta de que Tom estaba esperando fuera de mi oficina y es probable que haya escuchado la última parte de la conversación, pues ahora me está mirando con una expresión molesta y sus brazos están cruzados sobre su pecho mientras él me mira con las cejas levantadas como esperando una explicación.   “No puedo hablar contigo ahora, y es mejor que vuelvas a tu lugar de trabajo y evita acercarte a mi oficina, al menos por ahora,” le digo entre dientes y él parece ligeramente herido por mis palabras, pero cuando ve que yo miro hacia atrás para verificar que no venga nadie, su expresión cambia a una de preocupación.   “¿Está todo bien?” él me pregunta dando un paso hacia mí.   “Si, te explicaré todo más tarde cuando estemos fuera de la oficina,” le respondo con un tono tenso y entro a mi oficina sin decirle nada más, un par de segundos después, escucho sus pasos que se alejan y me desplomo en la silla de mi escritorio mientras me paso las manos por el cabello.   Sé que parecerá exagerada mi reacción, pero si alguien llega siquiera a insinuar que Tom puede tener algo que ver con el incendio y luego eso lo relacionan conmigo, aún cuando no sea cierto, puedo perder el respaldo de los demás accionistas que no son parte de mi familia, y ellos podrían unirse a los Carroll para destituirme de mi posición como CEO, y eso es algo que no pienso permitir.
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