CAPÍTULO TREINTA

1620 Words
ZARA   Nunca me había alegrado tanto de estar junto a Dominic, no sé cómo habría reaccionado o qué estuviera haciendo en este momento si él no estuviera sentado a mi lado redactando correos, pues también tiene que dejar organizado todo su trabajo antes del viaje, él, siendo tan inteligente como siempre, se dio cuenta de inmediato lo que estaba sucediendo, pues finalmente le conté lo que pasó con Tom, claro que omití la parte en la que estábamos teniendo sexo, pero le conté el resto y también sobre nuestra historia.   Tal como lo supuse, Dominic no se molestó en absoluto, me pidió que tuviera cuidado, especialmente en público, y me dijo que usara protección si algún día me iba a acostar con él, aunque fue muy enfático en decirme que creía que era una muy mala idea el solo hecho de tenerlo trabajando en mi compañía, según él, ya lo habría despedido si estuviera en mi lugar, dice que eso es un problema en potencia.   Aunque creo que también se debe a la animosidad que le tomó a Tom desde la discusión que tuvieron en el club durante la celebración del compromiso de Joshua y Lucy; desde ese momento siempre ha arrugado la nariz en un gesto de clara molestia cada vez que se menciona el nombre de Tom o algo relacionado a él.   Lo bueno de estar con alguien como Dominic, es que básicamente tengo a un mejor amigo al que le puedo contar todo, o bueno, casi todo, sin temor a ser juzgada, sino por el contrario, sabiendo que él me aconsejará de la mejor manera que sepa, además que de ser necesario, es una buena fachada para evitar situaciones incómodas o molestas, tal como en la que estamos en este justo momento.   Dominic entendió de inmediato lo que esperaba de él, sin que se lo tuviera que pedir, y tan pronto como terminó de redactar sus correos electrónicos, enfocó toda su atención en mí y en aparentar ser el novio perfecto; ha hablado con todos de forma amena y cordial, se ha preocupado de que mi copa nunca esté vacía, e incluso se aseguró de informarle al mesero sobre mi alergia a las fresas, lo cual le ganó una sonrisa dulce de mi madre y una mirada de disgusto de Tom.   Aunque el restaurante es muy bonito, la decoración es impecable y la comida absolutamente deliciosa, la velada no ha transcurrido del todo bien, pues después de que Tom llegó con esa mujer, apareció el chico del club de campo con una pareja de esposos de la edad de los padres de Lucy, y Joshua inmediatamente se puso furioso.   No me tomó mucho tiempo averiguar por qué, y ahí es cuando supe por qué el chico me parecía familiar, ese es el que salió con Lucy por un tiempo después de que ella terminó con Joshua, el mismo que tuvo una pelea con mi hermano en la entrada de la propiedad, y al que Joshua no soporta en absoluto, aun después de tantos años.   Escuché cómo él le preguntaba a Lucy entre dientes: “¿Qué carajos hace este idiota aquí? ¿Tú lo invitaste?” a lo que ella respondió en un susurro: “Hace un par de años les prometí a él y sus tíos que los invitaría a la inauguración del restaurante de mi madre,” “¡Pero eso fue hace mucho tiempo! ¿Realmente tenías que hacerlo?” Joshua le cuestionó.   “¡Exactamente! Fue hace mucho tiempo por lo que no entiendo tu molestia,” Lucy le respondió en un tono firme que me hizo apretar los labios para evitar reírme.   “Ah, ¿entonces te gustaría si hubiese invitado a Kate?” Joshua le dijo, y creo que en el momento en que terminó la frase, él supo tan bien como nosotros, que había ido demasiado lejos.   “Thiago no durmió conmigo, ni siquiera un beso me dio, él no te inculpó de serme infiel con una chica a la que compró para ello y te tomó fotos para mostrármelas, él no habló mal de tu hermanita enferma, ni le vendió información de nosotros a la prensa, y, ¡él no publicó un libro que yo escribí sobre ti para que todo el mundo lo leyera!” Lucy terminó de decirle con la cara sonrojada por la ira y luego se puso de pie para ir a darle la bienvenida a sus invitados, mientras Joshua se quedó sentado en su silla con pinta de querer esconderse debajo de una roca.   “Agradece que no te arrojó ese anillo a la cabeza,” le dije cuando él me miró como buscando mi ayuda.   No hay forma de ayudarlo después de haber traído a colación a la víbora de Kate, después de todo el daño que le hizo a Lucy se convirtió en una especie de Voldemort dentro de nuestro círculo, por lo que ya nadie la menciona y desde hace muchos años no sabemos casi nada de ella, aparte del hecho de que se transfirió a una universidad en alguna parte de Europa y ahora está casada con un millonario de algún país nórdico.   El ambiente siguió tenso entre ellos, pues Joshua no pudo, por más que intentó, ser realmente amable con el chico, y afortunadamente, él se sentó en la mesa en la que estaba Tom con esa mujer; y Lucy continuó molesta aun después de que Joshua se disculpara incesantemente.   Lo único que logró mejorar el humor, fue Mia cuando se apareció en la puerta del restaurante con su gran panza de embarazada, y sus ocurrencias que nos sacaron un par de risas, además que fue bastante divertido ver cómo se devoró dos platos completos de patacones con suero, mientras expresaba en voz alta lo rico que estaba todo, y media hora después estaba en el baño vomitándolo.   “Por eso es que no tendré hijos,” exclamo en el momento en el que Mia y su esposo se están despidiendo para irse, pues ella realmente se puso enferma por toda la comida.   “Eres una chica inteligente,” Mia me respondió con su cara pálida, “Si hubiese sabido de esto hace unos meses, probablemente diría lo mismo,” continuó diciendo mientras su esposo se despedía de los demás.   “Ten cuidado de no decir eso frente a mi madre mañana, la pondrás triste,” Dominic me dice riendo.   “Oh! ¿Vas a conocer a su madre por fin?” Mia exclama emocionada y noto como Tom gira su cabeza hacia mí inmediatamente con el ceño fruncido.   “Si, iremos a pasar la próxima semana con mis padres en Londres, ellos llevan mucho tiempo pidiéndome que lleve a Zara pues no pueden esperar a conocerla,” Dominic le responde mientras me sonríe y noto como Tom, a pesar de haberse dado la vuelta nuevamente, aprieta la mandíbula y pone sus manos en puños, mientras mi madre y Lucy me miran como si me hubiesen crecido tres cabezas de repente.   “¡Eso es genial! Envíame muchas fotos de Londres, siempre he querido ir…” Mia empieza a decirnos y luego para de repente y sonríe mientras parece haberse acordado de algo, así que dice: “¡Oh, ya sé! ¡Si se van a casar, deberían hacerlo en Londres, así tendré una buena razón para ir!” ella exclama emocionada y en ese momento se escucha fuerte y claro como Tom se atora con la bebida y la rubia tonta se apresura a ayudarlo.   “No necesitas una boda para ir a Londres, iremos cuando los bebés ya tengan un año o más,” El esposo de Mia le responde y ella hace pucheros, pero no dice nada más, sólo se despiden de nosotros y nos dejan con un silencio tenso, en el cual todos nos miran a Dominic y a mí, esperando que alguno diga algo, pero yo no tengo idea de qué decir.   Mi madre es la primera en hablar: “¿Están pensando en casarse?” ella nos pregunta y noto como la cabeza de Tom se gira hacia nosotros, ya sin poder controlarse.   “Bueno, realmente no es un tema que hayamos discutido aún, pero si seguimos juntos, eventualmente sucederá, ¿no?” Dominic le responde de forma cordial y todos me miran esperando a que responda algo.   “¿Por qué te preocupas por mi matrimonio? Ahí tienes a tu primogénito planeando su boda, concéntrate en eso por el momento,” le digo a mi madre con una voz tensa, y afortunadamente Lucy interviene en ese momento para cambiar el tema y empieza a hablar de los planes para la boda, lo cual me quita un peso de los hombros.   Cuando volteo hacia donde Tom está sentado, veo que me está mirando con una expresión extraña, difícil de descifrar, por lo que agradezco cuando Dominic me distrae de la penetrante mirada de Tom.   “Ya debo irme a la reunión de la que te había hablado, ¿quieres que te lleve a tu casa o quieres quedarte otro rato?” él me pregunta en un susurro.   “No, me quedaré un momento más, no te preocupes por mí, Joshua o mi madre me llevarán,” le respondo y él me sonríe antes de responder.   “Vale, escríbeme cuando estés en casa,” él me dice mientras se pone de pie para anunciar que se tiene que ir, y luego, sin previo aviso, se inclina hacia mí y me da un beso en los labios, el cual no pasa desapercibido para nadie, especialmente para Tom, quien parece bastante molesto, pero aliviado a la vez cuando nota que Dominic se está yendo solo.
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