CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE

1319 Words
ZARA   Cuando salgo a una reunión en uno de los pisos intermedios de la compañía, noto como las personas me dirigen miradas extrañas, e incluso alcanzo a escuchar un par de personas murmurando, por lo que deduzco inmediatamente que es acerca de mi beso con Tom esta mañana en el ascensor, y sólo espero que él no esté pasando un mal rato por cuenta de ello, pero era necesario hacerlo.   Me di cuenta hace unos días, que nadie en la compañía parecía saber aún sobre mi relación con Tom, y aunque al principio esto me agradó, pronto descubrí que era una desventaja también, pues Susan, siendo competente como siempre, me informó sobre los rumores de que hay más de una mujer dentro de la compañía que están interesadas en Tom, empezando por esa rubia insoportable, y si bien no puedo decir que esa información me sorprendiera, pues Tom es bastante apuesto, y no lo pienso sólo por ser su novia, sino que es una verdad universal, que él es, sin lugar a dudas, el hombre más apuesto de la compañía.   La verdad es que saber esto me molestó un poco, y mi lado posesivo salió a relucir, haciendo que me sorprendiera y me molestara al tiempo, pues ser posesivo es un defecto que siempre le he echado en cara a mi hermano Joshua, por lo que no es un rasgo que disfrute mucho compartiendo con él; y entonces decidí que, a diferencia de él, no iba a demostrar mi posesividad siendo una loca celosa como él, sino haciendo muy clara mi posición junto a Tom, y la forma más fácil para que esto no se viera poco profesional, era hacerlo en un lugar que aparenta ser privado, pero que siempre se encuentra vigilado.   Sabía que los guardas de seguridad iban a estar viendo lo que pasaba, y más aún de que vi la forma en que miraron a Tom cuando entró detrás de mí a la compañía, además, Susan me ha dicho que la mayoría de los rumores que ella ha escuchado, provienen de los guardas de seguridad quienes están enterados de todo lo que sucede dentro de la compañía, y también disfrutan de compartir su conocimiento con todo el que esté dispuesto a escucharlos.   Fue fácil, sutil, y por lo que veo, completamente efectivo, ahora sólo espero que el mensaje haya llegado fuerte y claro a todas esas mujeres que creen tener algún tipo de oportunidad con Tom.   Y como este asunto ya está solucionado, sólo me queda concentrarme en prepararme bien para la reunión de socios de mañana, pues es la primera que se llevará a cabo desde que asumí el cargo de CEO y sé que todos esperan un reporte satisfactorio sobre mi desempeño en estos últimos meses; y es por esto que planeé una reunión de trabajo con uno de los clientes con quienes hemos estado trabajando en una aplicación web novedosa para su empresa, pues espero cerrar ese trato hoy y poder incluirlo en la lista de logros que presentaré mañana en la junta.   Por lo que cuando llego a la reunión en un café exclusivo de la ciudad, veo que el CEO de esa compañía ya está allí y no se ve muy feliz, lo cual hace que mi corazón se acelere presintiendo inmediatamente que algo no va bien; sin embargo, no dejo que su actitud me afecte y trato de sobrellevar la situación de la mejor forma que fui capacitada para hacerlo.   Él escucha con atención cuando le planteo las principales características de la aplicación y le digo a grandes rastros los elementos del negocio que pensamos realizar, por lo que me sorprendo cuando él me corta de una manera no muy cordial y me dice en tono molesto:   “Dígame Señorita Arlington, ¿cómo es que su compañía me está ofreciendo un producto a un precio superior del que está en el mercado? ¿Qué gano yo con eso?” él me pregunta y yo frunzo el ceño confundida por su pregunta.   “Señor Goldstein, ya hemos discutido en numerosas ocasiones sobre las ventajas que le ofrecemos con nuestro producto, está diseñado exclusivamente para atender a las necesidades de su compañía, y como usted bien sabe, esto tiene un precio superior al que tendría una aplicación estándar,” le explico con un tono cordial, pero él me mira como si estuviera a punto de escupirme en la cara.   “¿Exclusiva? Y entonces ¿cómo explica que mi competidor directo haya lanzado ayer una aplicación casi completamente idéntica a esta que usted me está ofreciendo?” él me dice en un tono cortante.   “¿Qué? ¿A qué se refiere con ‘completamente idéntica’? esta aplicación es un prototipo nuevo que se diseño en mi compañía siguiendo las pautas que ustedes nos dieron, no puede haber una igual,” le digo con tono indignado y él suelta una carcajada amarga.   “¿Sabe algo? Tuve mis dudas de empezar a hacer negocios con su compañía cuando me enteré que su tío no iba a estar a cargo, pero me aseguraron que usted iba a ser igual de competente y leal que él, sin embargo, parece que se equivocaron en eso,” él me dice con un gesto de molestia y yo siento náuseas, pero trato de respirar profundo para controlarlas.   “Ese es un comentario bastante fuera de lugar señor Goldstein, los estándares de la compañía no han disminuido con el cambio de dirección y eso es algo que le puedo asegurar,” le respondo y él sacude su cabeza con incredulidad.   “¿Y entonces cómo explica que mi competidor tenga el mismo producto que ustedes me están ofreciendo como si fuera exclusivo?” él me pregunta.   “No tengo idea de dónde lo sacaron, pero le puedo asegurar que no salió de mi compañía, o al menos no de forma legal,” le respondo y él frunce el ceño confundido.   “¿A qué se refiere con eso de ‘legal’?” él me pregunta.   Yo respiro hondo antes de contestarle, pues no estoy segura de entrar en este tema con un cliente.   “Primero, déjeme preguntarle algo, ¿Sabe usted con qué empresa de tecnología trabaja su competidor?” le pregunto y él parece pensarlo por un momento.   “Hasta donde tenía entendido, los Mcmillan les diseñan los productos a ellos, pero con todo esto pensé que se habían cambiado a su compañía,” él me dice.   Lo sabía, maldita sea, sabía que esa gentuza tenía algo que ver con esto, pero no me voy a quedar de brazos cruzados, si Kate aprendió algo de cruzarse conmigo, es que no es una buena idea, y en caso de que a ella o a su familia no le haya quedado claro, se los pienso recordar.   Después de contarle brevemente a él sobre el robo de información y la investigación de la policía, parece que está empezando a ceder y ya no se ve tan molesto, por lo que su posición defensiva cambia y está dispuesto a que mi equipo le diseñe una aplicación mejor que le asegure una ventaja sobre la de su competidor, es decir, una ventaja sobre la aplicación que nosotros mismos habíamos diseñado, lo cual no será fácil, pues sé que el equipo en el que también está Tom, se esforzó en sacar una aplicación web única en su clase.   Pero antes de volver a la compañía para informarles a ellos sobre esto, decido llamar al detective Muller para ponerlo al tanto de este nuevo suceso, y él parece no estar para nada sorprendido con esto, pues me dice que ya habían incluido a los Mcmillan en la investigación, y me pide que deje que la policía maneje el asunto, y aunque le digo que así será, no estoy segura de que esa sea una promesa que esté dispuesta a cumplir.
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