TOM
Creo que desde hace tiempo no tenía una semana tan espantosa, no sólo ha estado llena de trabajo, pues estamos tratando de compensar el tiempo perdido por la renuncia de los dos trabajadores, sino que como únicamente se ha contratado a Sophia, el trabajo de la otra persona que falta lo tenemos que suplir entre todos los demás del equipo.
Y para hacerla peor, he estado intranquilo todo el tiempo pensando en Zara, ansioso por la respuesta que ella prometió darme a su regreso y también por el hecho de que esté tanto tiempo con ese imbécil, haciendo dios sabrá qué cosas, aunque intento no pensar en ello y Zara me aseguró que desde hace semanas ellos no tienen sexo, aún así no puedo quedarme tranquilo sabiendo que probablemente están compartiendo la misma habitación.
Sé que no tengo derecho a molestarme si ella se acuesta con él, pues técnicamente él es su novio, no yo, pero aún así es difícil simplemente estar de acuerdo con ello, y más después de la noche que pasamos con Zara antes de que se fuera de viaje, llevaba tanto tiempo soñando con ese momento, que cuando finalmente llegó, no quería que se terminara nunca, y ahora me paso los días soñando despierto con el momento en que vuelva a suceder, y temiendo que Zara decida lo contrario.
Este es un buen trabajo, con una paga increíble y el ambiente laboral hasta el momento ha sido muy bueno, pero si Zara llegara a decidir no estar conmigo, creo que no podría soportar estar tan cerca de ella y al mismo tiempo tan lejos, no podría simplemente saludarla en los pasillos como si fuera una persona más del montón, pues después de lo que ha pasado entre nosotros, sería muy difícil de sobrellevar, así que en caso de que la respuesta de Zara sea negativa, lo más probable es que renuncie a la compañía y busque trabajo en otro lugar o me regrese a Tokyo para aceptar la propuesta de mi mentor y trabajar con él.
Sé que Zara llegó ayer por la mañana, porque ella me escribió dejándome saber que ya estaba en casa, no la quise presionar con el tema, así que no le pedí que nos viéramos sino hasta el siguiente día, por lo que esta mañana le pregunté si podía ir a su casa y ella dijo que sí, así que acordamos que cenaríamos en su penthouse y hablaríamos de la situación.
Después de su mensaje pensé que la vería en la compañía, así fueran sólo cinco minutos, pero fue imposible, pues tan pronto llegó a trabajar esta mañana, se encerró en su oficina la mitad del día, luego la vi salir a la hora del almuerzo, seguramente se iba a reunir con algún cliente o algo así, y en la tarde la misma historia, sólo que salió más temprano de lo usual y no regresó.
Parezco un acosador estando pendiente de todos los movimientos de ella, pero tenía la esperanza de que pudiéramos hablar así fuera un momento, pero supongo que me tendré que esperar hasta esta noche.
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ZARA
No he tenido un segundo de descanso desde que llegué a la oficina esta mañana, aparentemente si eres el CEO de una compañía, tomarte una semana de descanso no es una opción viable o inteligente, pues sólo hace que el estrés aumente a niveles catastróficos una vez que regresas de vuelta a la realidad.
Me crucé con Tom en un par de ocasiones y él parecía tener intenciones de pararse a hablar conmigo, pero yo estaba demasiado ocupada para ello, y aunque me moría de ganas por estar cerca de él, simplemente lo tuve que dejar pasar, además que ya habíamos quedado en cenar en mi casa por la noche.
Sin embargo, antes de hablar con Tom, quiero hablar con Dominic, por lo que inmediatamente después de que acordamos con Tom de vernos en la noche, llamé a Dominic para preguntarle si puedo pasar un momento por su oficina y hablar con él sobre esto, él sonaba un poco estresado también y preocupado, pero, como siempre, aceptó verse conmigo sin titubear; por lo que salí de la oficina un poco más temprano para tener tiempo de ir a hablar con él y luego ir a mi apartamento para tratar de hacer algo de comer o tal vez ordenar algo de un restaurante antes de que Tom llegue.
Cuando entro a la oficina de Dominic, me cruzo una chica un poco más baja que yo quien va saliendo de la oficina, ella ligeramente regordeta, pero no tanto como para ser considerada con sobrepeso, más bien, curvilínea, con una cabellera roja, larga y abundante, tan bonita que por un momento me distraje admirando su cabello, hasta que vi sus penetrantes ojos azules y pecas sobre una nariz pequeña y puntiaguda, como la de un duendecillo; sin embargo, fue su expresión molesta la que me causó más impresión y no pude evitar deducir que seguramente Dominic tuvo mucho que ver con ello.
Ella para al lado de la recepción para recoger su abrigo y veo como sus ojos se ensanchan con sorpresa cuando la recepcionista de Dominic me saluda alegremente:
“Señorita Arlington, Qué gusto verla, ¿cómo está? Hace tiempo no venía por aquí,” me dice la recepcionista, una señora de unos cuarenta o cincuenta años, de ascendencia asiática, quien es inusualmente amable para una persona en su cargo.
“Hola Kim, me da gusto verte también, como sabes he estado un poco ocupada, pero prometo volver más seguido… vengo a ver a Dominic,” le respondo con una sonrisa, y no puedo evitar notar que la chica pelirroja se está tomando su tiempo organizando sus cosas y poniéndose el abrigo, e inmediatamente pienso que se está demorando a propósito para escuchar.
No sería extraño, la gente usualmente siente curiosidad por lo que hablan otras personas, y por la expresión en su rostro cuando Kim me saludó, seguramente reconoce mi nombre; su actitud no me molesta, más bien me causa gracia por lo mal que está tratando de disimularlo, y la situación se vuelve más cómica cuando Dominic me escucha llegar y sale de inmediato de su oficina para recibirme con un rápido beso, lo cual hace que la chica nos mire con la boca ligeramente abierta.
“Señorita Coleman, pensé que ya se había ido,” Dominic le dice con un tono extraño que nunca le había escuchado usar.
“Si, lo siento, estaba organizando mis cosas, ya me voy, gracias de nuevo por la oportunidad señor Pemberton,” ella responde con una voz melodiosa y luego se marcha rápidamente.
“No deberías ser tan duro con la gente,” le digo a Dominic riéndome ligeramente y él sólo se encoge de hombros.
“No estaba siendo duro, era una pregunta genuina, me sorprendió verla aún aquí después de que su entrevista finalizó,” él me responde.
“La pobre chica casi salió huyendo, y se veía molesta, ¿qué le dijiste?” le pregunto mientras me acomodo en el sofá de su oficina.
“Nada, ella sólo parecía demasiado segura de sí misma en la entrevista y tuve que darle una dosis de realidad, eso fue todo,” él me dice, aunque parece bastante distraído.
“Pero que sea segura de sí misma no es algo malo, ¿le diste el puesto?” le pregunto.
“No, no creí que fuera conveniente, aunque fue la segunda mejor entre todos, al final decidí contratar al chico que entró antes que ella,” él me responde, pero noto que algo le molesta, sin embargo, no tengo mucho tiempo para entrar en esos temas, por lo que voy directo al grano.
“Voy a ver a Tom esta noche para darle mi respuesta, así que pensé en que debía venir a hablar contigo primero,” le digo y él inclina su cabeza hacia un lado.
“Eso es muy considerado de tu parte, imagino que si viniste hasta aquí es porque me vas a terminar,” él me responde riendo y yo me sonrojo ligeramente.
“Lo siento Dom, sé que teníamos un acuerdo y lamento mucho defraudarte, pero creo que me arrepentiré después si no hago esto, aún si las cosas no salen bien, por lo menos sabré que lo intenté y no me quedaré pensando el resto de mi vida en qué habría pasado si no me hubiese acobardado,” le digo casi en un susurro y él pone una de sus manos sobre las mías en forma tranquilizadora.
“Lo sé, no tienes por qué disculparte, por sobre todo creo que somos amigos, de hecho, te considero una de mis amigas más cercanas y me gustaría que eso continuara siendo así, sabes que seguiré estando aquí para ti cuando me necesites, y realmente espero que las cosas salgan bien para ti, aunque sí debo advertirte que no será fácil, y seguramente tendrás que hacer un esfuerzo, pero sé que si alguien puede lograrlo eres tú,” él me dice con una media sonrisa amable y yo no puedo evitar lanzarme sobre él y abrazarlo fuertemente.
De cierta forma me da tristeza tener que terminar las cosas, aunque sé que podremos seguir apoyándonos como siempre, y también me da alegría saber que, a pesar de sus sentimientos hacia Tom, él me apoya en esto.
“Gracias Dominic, realmente necesitaba escucharte decir eso,” le respondo con una gran sonrisa, y después de una breve charla, salgo de su oficina y me dirijo a mi apartamento para empezar a preparar todo antes de que Tom llegue.
Tengo los nervios a flor de piel y sé que a partir de esta noche las cosas cambiarán radicalmente en mi vida, pero, por alguna razón, no estoy asustada por ello, sino emocionada; así que supongo que eso es una buena señal de que no estoy cometiendo un error.