Christine Walsh.
Frente a nosotros había un par de figuras: un hombre mayor de cara larga y ojos hundidos, con un muchacho de nuestra edad a un lado suyo, el chico era alto de gesto sobrio, ojos oscuros y cabello n***o y liso, estoy segura de que si Kitty estuviera aquí afirmaría que es guapo.
–Roger Maxwell. ¡Qué gusto verte! –exclamó el hombre ofertando su mano para ofrecer un apretón. –¡Alexander, que grande estás! –añadió el sujeto que, estoy segura está a punto de cumplir cincuenta años.
–¡Jack Sallow, es tan bueno verte! –correspondió de forma amigable el padre de Lex mientras se acercaba a darle un buen saludo.
–Un gusto verle señor Sallow. –saludó Lex con mucha cordialidad. –¡Usted se ve de maravilla! –añadió de prisa con mucha sinceridad.
Todo era increíble para mí, una nueva faceta de Lex siendo un jovencito de los negocios, codeándose con gente importante, esta situación me hacía sentir un poco fuera de sitio.
–¡Eso intento muchacho, pero ojalá tuviera unos años menos! –sonrió, parecía una persona muy agradable. –¡Jacob, hijo… saluda! –le dio un leve empujón en el brazo al chico que no se veía muy interesado en la situación. –¡Se trata de Alexander, eran inseparables en la infancia! –exclamó el hombre de manera amena.
–Hola señor Maxwell, Lex. –saludó finalmente por la presión de su padre más que, por deseo de que así fuera.
–Jacob, que gusto. –mintió Lex después de que su padre saludó de forma amable a ese muchacho.
Jacob, un chico alto, atlético y de tez blanca, lucía del tipo frío y calculador.
–¿No nos me presentarás a la señorita que te acompaña? –cuestionó con un tono de voz bastante misterioso
Vi a Lex tensarse ante ese cuestionamiento tan abrupto, su mandíbula se apretó más.
Al notar el gesto asesino de Lex, recordé claramente porqué razón hoy en específico debía fingir que soy su novia.
Jacob Sallow, su peor enemigo, verdadero adversario, su rival. Admito incluso que… quedé totalmente ofendida ante esa declaración, ¿acaso este castaño idiota tenía un contrincante que no era yo? ¡Claro que sí!
¿Qué motivo lo había orillado a convertirlo en su enemigo? Aquí les viene el relato:
Lex y Jacob habían sido buenos amigos de la infancia, los mejores, habían crecido juntos: siempre compitiendo, todo el tiempo retándose, siempre peleando por quien era el mejor de ambos, y todo estaba bien porque era una situación sana y amistosa. El tiempo transcurría y ellos crecían, la infancia concluyó y la adolescencia llegó con las inquietudes hormonales que conlleva fijarse en el sexo opuesto.
Lex, como adolescente inmaduro se “enamoro” por vez primera de una bella niña que conoció en una fiesta lujosa de las que su padre le obliga a acompañarle. No recuerdo con exactitud su nombre… ¿Sheena, Shasa? No tengo mucha certeza, porque mientras me lo contaba yo ese día estaba distraída pensando en un disfraz que me había pedido Zoe para un festival de la escuela, así que… digámosle: “S”, sin embargo, lo que sí alcancé a escuchar y comprender era que… se trataba de una niña de buena familia, de belleza angelical: ojos azules, cabello fino y rubio, tez blanca y de dulce sonrisa, cuando me la describió solo pude pensar en que me estaba narrando el aspecto físico de una princesa sacada de algún cuento de hadas.
Su reacción frente a ella fue de: nerviosismo, el corazón le brincaba, las manos le sudaban a ríos y las piernas le temblaban, Lex cuenta que, al principio era muy tímido con las chicas, pero que poco a poco fue agarrando confianza con: “S”, la conoció mejor y en una fiesta donde se encontraron… se dieron su primer beso, ese gesto terminó de flecharlo por completo.
Todo estaba yendo estupendamente, el mundo de pronto era color de rosa, hasta que sucedió aquello… cometió el error de hacer que “S” conozca a Jacob y esté no la vio como la novia de su mejor amigo, sino más bien como… un nuevo reto para demostrarle a Lex que él era superior en todo, incluso en el “amor” o más bien, en conquistar chicas.
Una tarde que Lex fue de visita a casa de “S”, ahí sucedió la tragedia, entró al salón donde debía encontrarla “estudiando” con un compañero, en vez de ello se topó a Jacob quien con bastante desenfreno tenía acorralada a “S” contra el escritorio del sitio.
Quiso interponerse, “salvar” a “S” de esa figura abusadora, pero al contemplar mejor la escena se percató de que, esta no era una situación de la que “S” quisiera escapar, o que le estuviera generando alguna molestia, por el contrario, se notaba totalmente complacida y extasiada porque… correspondía el beso con la misma necesidad y con tanta facilidad.
Ahí se quebró todo, Jacob había ido muy lejos, había traspasado los límites de la amistad con esa alta traición, no le había importado en efecto el hecho de que Lex le había confesado que lo que sentía por “S” era muy sincero y real.
Lex dió a Jacob porque él… no negó los hechos, ni mucho menos intentó justificarlos, aceptó su culpa, porque para Jacob se había tratado simplemente de un juego, de una nueva partida que debía ganar a toda costa, no había considerado en ningún momento el daño que le provocó a su mejor amigo.
A pesar de que Lex era un chico muy bondadoso, que perdona fácil y olvida pronto, eso sin lugar a dudas no consiguió dejarlo pasar. Se alejó de “S” y rompió su amistad con Jacob porque le guardaba mucho rencor.
Lex y Jacob pelaron esa tarde, tuvieron que ser separados por la servidumbre de “S” y sacado del lugar como si fuera un pequeño criminal, humillado y con el corazón roto es cómo había salido del sitio.
“S” había escogido quedarse con Jacob, para que al final esté le rompiera el corazón como Jacob estaba acostumbrado a hacer con cualquier chica.
Los chiquillos se alejaron el uno del otro, Lex nunca se atrevió a explicarle a su padre las razones por las cuales ya no frecuentaba a Jacob.
Entonces… un día sucedió que Roger Maxwell, llegó a casa contándole la novedad de que se había topado a Jacob Sallow en alguna parte y que, le platicó que tenía una nueva novia, días después… llegó una invitación para la fiesta de cumpleaños de: Jack Sallow, el padre de Jacob, en donde muy específicamente estipulaba el acompañamiento del nuevo “amor” de Lex.
Cuando Amber le dijo que no podría acudir porque tenía una pasarela en París, Lex se sintió extrañamente aliviado, por muchos motivos le causaba inseguridad que su amada pelirroja conociera a Jacob, sabía sin duda que él intentaría acercarse a ella, solo para continuar demostrándole dos cosas: 1. Que era mejor que él en todo y, 2. Que es irresistible a cualquier chica. Por esa razón… había optado por llevarme a mí: Christine Walsh, porque en realidad, no le importaría en lo más mínimo que Jacob intentara acercarse a mí, porque yo no significo nada en su vida, claro que… esto último no me lo dijo.