Christine Walsh.
–Es Christine Walsh, mi novia. –escuché a Lex presentarme.
–Mucho gusto. –afirmó amablemente Jacob, luego, me sujetó de la mano con mucha suavidad y elegancia, me puse nerviosa al percatarme que dicho chico estuvo a punto de rozar con sus labios el dorso de mí mano hasta que sentí como Lex me sujetó de la cintura y me atrajo hacia él.
–A ella también le da gusto conocerte. –afirmó con el ceño fruncido.
¿Estaba haciendo una escena de celos o algo similar? Me acaloré demasiado, yo no quería llamar la atención, por suerte tanto Roger como Jack (sus padres) estaban totalmente inmiscuidos en una plática de negocios y, por lo tanto, no nos estaban tomando importancia en lo más mínimo. Eso me generó ligero alivio.
–Lex. –exclamó Jacob, escuché a Lex refunfuñar, creo que no le gustaba que Jacob se expresara de forma tan informal con él. –Tu novia es bellísima, siento mucha envidia. –me halagó.
Quedé petrificada ante esa afirmación. ¿Estaba siendo sincero o solo lo estaba diciendo para hacer “enojar” a Lex? Yo creo que estaba siendo caballeroso y cordial, es obvio que a ambos les gusta fingir que no se odian cuando en realidad, echan fuego, sin embargo… noté totalmente incómodo a Lex ante esa afirmación y yo… no pude evitar emitir un leve colorete que se apropió de la totalidad de mis mejillas.
–Entonces… es modelo. –afirmó Jacob.
Dios, me acaloré, esta mentira está yendo muy lejos y, no podía hacer absolutamente para detener esta locura, estoy totalmente a expensas de Lex, mi madre siempre decía que… “Una falacia del tamaño que sea, tarde o temprano se llega a saber”. Espero realmente que, para ese entonces… nuestro acuerdo ya haya concluido.
–S…sí…–mentí intentando no trastabillar en mi respuesta, pero la verdad es que… me sentía muy nerviosa.
–¡Vamos Chris, vamos a besarnos por ahí! –exclamó sujetándome de la cintura y obligándome a caminar lejos de ahí.
Me pinté de mil colores ante esa afirmación, espero que este bromeando.
–¡Fue un placer verte! –añadió Jacob cuando nos vio alejarnos de él.
–Lo mismo digo. –volvió a mentir Lex, mientras me arrastraba fuera de ahí.
Estaba impactada, nunca había visto a Lex de esta forma, se nota totalmente iracundo, rotundamente cabreado, lleva el ceño fruncido y el gesto enojado. Sentí un poco de envidia, realmente consideraba a Jacob Sallow como un rival de su nivel no como yo que… no había podido ganarle en una votación estudiantil.
Habíamos conseguido alejarnos de Jacob.
–Ya hasta tartamudeas frente a él. –reclamó bebiendo el ponche que un amable mesero le había ofrecido, después… giró levemente la cabeza, cómo si no se atreviera a mirarme a los ojos.
–¡¿Qué?! –me quejé.
–¡Nada! –exclamó con una voz recia, luego… sentí como me sujetó de la mano, me puse nerviosa. –Maldición, nos está mirando. –se quejó este maldito castaño odioso, yo quise girar la mirada porque tenía mucha curiosidad. –No. –me regañó tomándome del mentón. –Mírame…–me pidió con cierta… ¿ternura? Tragué duro cuando me topé con ese par de ojos esmeralda que posee, una extraña fuerza me hizo quedarme prendida a él por un instante, eso fue raro así que… cuando pude, soslayé un poco el semblante.
Así nos la pasamos toda la noche… fingiendo ser “pareja” porque el maldito de Jacob Sallow no nos quitaba la mirada de encima, es como si presintiera la verdad o como si supiera algo…
Logré desprenderme de Lex para al menos, poder ir al baño sola, él se entretuvo saludando a unos amigos suyos, admito que… no me quitó la mirada por más de cinco minutos, cuando…
–¿Lex descuida siempre a su hermosa novia? Es muy propio de él. –me dijo una sobria voz que se asomó de no sé dónde.
–No, él jamás me descuida. –me encogí de hombros, e hice un gesto de enojo, no me agradan los tipos como él: presumidos, arrogantes y creídos. Me dispuse a alejarme e intentar hacer contacto visual con el maldito castaño odioso.
–Y Christine… ¿Eres lista o solo eres bonita? –se atrevió a retarme. –¿Qué piensas del negocio internacional?
Lo miré con recelo, este tipo sabía algo, ¿mi personalidad era lo suficientemente evidente como para demostrar a simple vista este lado competitivo que poseo?
–Jamás me dijeron que este era un concurso de belleza en donde debía demostrar algo…–rebatí enojada. ¿¡Dónde demonio estaba Lex?!
–Por lo regular, las novias de Lex solo son bonitas. –se burló.
Quise echarme a reír porque… no se equivocaba, de hecho… tenía toda la razón, siempre que le gustaba una niña… estaba hueca, pero era terriblemente hermosa.
–Entonces… ahí tienes tu respuesta. –me encogí de hombros.
–Algo me dice que eres más que solo bonita. –acercó su mano a su mentón.
–Me estás hartando. –apreté el puño, le daría un buen golpe. –El país tiene un gran número de exportaciones, pero tiene que dejar de depender de otros países para obtener materias primas como: gas licuado porque la guerra de Ucrania con Rusia nos está afectando más de lo imaginado, es indispensable negociar, la diplomacia esta de por medio. –Cuando dije que le daría un golpe, no me refería exactamente a uno físico.
–¡Voila! –exclamó. –¡Usted señorita no solo es hermosa, también es sumamente inteligente! Es la mejor respuesta que he escuchado esta noche. –era tan frívolo y odioso que, ahora enserio tenía ganar de darle un buen choque en su bello rostro, pero en vez de eso… solo noté como sonrió, como si hubiera realizado un maravilloso descubrimiento, esa mirada que me dirigió, me puso muy nerviosa.
–¡Amor, aquí estás! –replicó Lex aproximándose prontamente hacia mi persona. –¡Disculpa Jacob, me la voy a robar por el resto de la velada! –le restregó en la cara y me tomó de la mano con suma facilidad.
Me arrastró hacia un bello balcón de la mansión, se notaba desesperado por salir del barullo de la fiesta.
–¡Ah! ¡Espera! ¡Me lastimas! –le reproché.
–¡¿Por qué diablos estabas hablando con él a solas!? –me interrogó. –¡Lo peor es que le coqueteabas! ¡¿Crees que no vi como le sonreías! ¡Por Dios, jamás me has sonreído así! –se quejó.
–¡¿De qué rayos hablas?! ¡Me dijiste que sea cortes y amable! ¡No le coqueteaba, lo estaba poniendo en su lugar! ¡Me estaba burlando de él! –me defendí.
–¡Pues nunca me has sonreído de esa forma! –volvió a decir. –¡Es obvio que le coqueteabas!
¿Por qué la forma en la que yo sonriera se había tornado importante en este momento?
–¡Basta! ¡No tengo porqué aguantar esto! –chillé cabreada, estaba enfurecida así que… me giré para salir del sitio, de ese maldito e inhóspito lugar, me iría a casa y me olvidaría de este teatro estúpido.
–¡Espera! –me sostuvo del brazo intentando impedir mi estupenda salida magistral y llena de energía.
–Lex, te importa si bailo con tu novia, solo será una pieza. –apareció Jacob frente a nosotros, por Dios, este maldito niño es más odioso que Lex mismo, ya lo odio y no le he dirigido más que unas palabras, sin embargo… aceptaría su terrible petición porqué de antemano sé que se trata de un acto de cordialidad en este asqueroso círculo social del que es parte Lex.
Extendí mi mano hacia Jacob.
–Cl…
Pero Alexander Gabriel Maxwell tenía otros planes porque… me tomó con fuerza y detuvo mis movimientos, me inmovilizó de un gran tirón y me giró hacia él, sus ojos se notaban perpetuamente enfurecidos, tenía el ceño fruncido; acarició mi mejilla con suma suavidad y entonces pasó… sentí un tacto suave y desenfrenado sobre mi… ¿boca? Me paralicé frente a la escena, compartí un hálito leve que se desprendía de sus labios, quise safarme, esa era una reacción automática, pero él… pegó su cuerpo hacía el mío, me tomó de las muñecas con fuerza, obligándome a corresponderle a este beso robado, y seguramente deseaba que con esta escena Jacob confirmara nuestra “relación”, nuestro “amor” y que nos dejara de molestar de una maldita vez.
–¡¿Te importaría?! ¡Esto va a llevar bastante tiempo! –añadió Lex con un tono enojado, como si con ello deseara marcar su territorio y alejar de una vez por todas a esa alimaña, sentí su mano recorrer mi espalda baja en un fuerte agarre.
–¡Qué se diviertan! –se dio la media vuelta no sin antes poner un gesto retador sobre su rostro, miró a Lex por el rabillo del ojo como si en realidad, esté le hubiera retado en un juego estúpido.