Objetivo logrado. El chico estaba convencido que era yo quien había hecho posible el milagro, es increíble cómo la alegría invadió su rostro y se sentía vigoroso. Ahora no sabía que estaba pensando si con eso había sido suficiente para saldar la deuda o debería tener otras sesiones íntimas. Esas dudas invadían mi cabeza porque también quería saber en qué momento podía regresar a mi vida normal. Salimos a tomar el sol y por primera vez pude ver sus ojos inspirados. Me tomó por la espalda y me besó en el cuello. Me sentí incómoda y me alejé un poco. No podía empezar a desarrollar algún tipo de afecto hacia ese chico así que tenía que mantenerme distanciada. Lo nuestro solo figuraba en un contrato, no podíamos ir más allá. Para mi solo era un negocio y era evidente que él también lo tení