Oscuros deseos

Libros prohibidos... Marieth Alejandra Margarita Vezga Torreón, ese es mi nombre y desde ya puedes sacar conclusiones sobre lo complicada qué es mi familia. Desde que recuerdo mis padres establecían qué era lo correcto o incorrecto para mí. Según ellos tenían una descendencia de reyes, pero pienso que eso solo estaba en su imaginación. Las amistades con las que se codeaban debían tener recursos económicos y por ende cualquier emparentamiento debía ser aprobado primero por ellos. Mi madre Anastasia Torreón tiene una hermana que se ha convertido en su peor enemiga, porque mi tía Olivia es una mujer libertina. Le gusta más el sexo que la comida. A mi hermana Loretta Cornelia Amelina (gracias a Dios que no fuí la primera hija porque con ese nombre me suicidó) una vez que se decidió a hablarle a mi tía la castigo por un mes sin dejarla salir de la habitación, desde entonces no nos han permitido siquiera saludarla. Para mi madre su hermana no existe porque ha desprestigiado el honor de la familia y un montón de cosas absurdas que dice. A Loretta la obligaron a casarse con un viejo más feo qué compota de menudencias. Sin dejar a un lado qué es tan cerdo que no se sabe si es mejor lavarlo o asarlo. Pero como tiene muchísimo dinero se convirtió en el candidato perfecto para ella. Su boda fue majestuosa y hasta en el periódico local salió la noticia, pero de qué sirve eso si ella no es feliz. Temo que en un futuro terminé igual y por eso debo hacer algo para independizarme, pero mi madre sería capaz de encerrarme un año si le llevo la contraria así que tendré que actuar con astucia. Por ahora estudio fotografía y artes gráficas en la universidad más cara del planeta. Por ahora me tiene estudiando un montón de libros digitales de etiqueta y glamour, me tiene horario para estudiarlos, desde las dos de la tarde hasta las cinco. Tres maravillosas horas desperdiciadas aprendiendo babosadas. Pero en la mayoría de ese tiempo aprovecho y me duermo. Pero hoy me ha despertado un mensaje de un número desconocido: ꟷ ¡Hola Marieth! Soy Olivia. No le vayas a decir a Anastasia que te escribí. Pero extraño a mis sobrinas. ¡Quisiera pasar tiempo con ustedes! ✓✓ ¿De dónde habrá sacado mi tía mi número? Bueno eso no es lo que importa, así que me incorporó y me pongo cómoda para escribirle: ꟷ ¡Tía Olivia! ¡Qué agradable sorpresa! Yo también quisiera tener contacto contigo, salir e irnos de farra las dos, pero ya sabe qué eso está prohibido para mí. Por ahora me tienen estudiando unos estúpidos libros de etiqueta, pero no he aprendido ni miércoles. Aún así me obligan a qué los lea. ¡Creo qué me voy a enloquecer como Don Quijote! ✓✓ Era verdad, tenía más de cincuenta libros y revistas de viejas langaruchas, patas secas que leer y releer para “crear un carácter refinado” pero la verdad es que yo nací en la familia equivocada, me debieron cambiar en el hospital, porque esta vida acortinada no me gusta. Ella de forma jocosa me vuelve a escribir: ꟷ Bueno de pronto no estás leyendo algo interesante. Si me dejas te paso una colección que me arranca suspiros. Pero por supuesto debes tenerlos en una carpeta oculta porque son libros “hot” De pronto allí aprendes mejores cosas qué las que enseñan en las revistas qué le agradan a tu madre. ಠ﹏ಠ ✓✓ La simple idea me hizo abrir mis ojos de lechuza. Libros prohibidos, si que sí… Eso no se me hubiese ocurrido, los necesitaba, porque está mamertada de utensilios y servilletas me tenía agobiada. ꟷ Bueno tía, páseme lo que tengas, de pronto así mis tardes se vuelven interesantes, yo los cuidaré para que no me descubran. ʘ‿ʘ ✓✓ Agregué el número de contacto como “Horóscopo diario” Mi madre a pesar de glamorosa era supersticiosa. Si alguna vez veía que me llegaba un mensaje de ese número no le tomaría importancia. ꟷ 2_5433745219898052744PDF ✓✓ ꟷ2_5433745219898052742PDF ✓✓ ꟷTe envié esos dos de muestra, si te interesa te paso más. Pero por favor descargarlos y borra el chat. ✓✓ De inmediato cree una carpeta y la oculté, los guarde allí y empezaría a leer de una vez, quería darle una respuesta sobre el libro a mi tía. Al empezar a leer la primera historia sentía como mis mejillas se calentaban al leer aquellas guarradas que la autora describía con tanta facilidad. Yo con diecinueve añitos era una ignorante de ese tema. Estudié en un colegio católico y lo más cerca que había llegado era al tema reproductivo. Al estar prácticamente guardada en mi cajita mágica que solo mamá decidía quien me podía hablar y quien no nunca había tenido amigas que me explicarán con detalles lo que significaba tener una relación s****l. Mientras leo me intriga más lo que la protagonista siente y desea. Habla de una mujer que siendo lesbiana decide hacer un experimento para cerciorarse de que si ama a su pareja y se dedica a acostarse con un hombre diferente cada día, el libro se llama “la historia de los trescientos sesenta y cinco falos que me comí éste año” Yo estaba alucinada como había creado una especie de diario donde cada día se encontraba con un hombre diferente y terminaban por tener sexo ardiente en cualquier lugar, los citaba con anterioridad por Tinder y concretaba una cita, nunca se preocupaba si era feo o bonito, gordo o flaco, alto o pequeño. La única condición que tenía era que no quería que la fuesen a sorprender con un micropene. ꟷ ¡Por Dios! ¿Eso quiere decir que vienen de diversos tamaños? ꟷ No podía dejar de leer y sorprenderme con cada detalle que allí describía Alisha la protagonista de ésta historia. Cuando voy leyendo la página cincuenta y siete, no sé cómo me había sumergido tanto en la lectura que ya había leído cerca de cuatro horas y cuando ya empezaba a sentir cosas extrañas en mi cuerpo llaman a la puerta. De inmediato cierro el libro y abrí una de las revistas qué se suponía que estaba estudiando. Y entonces respondí en un tono nervioso: ꟷ ¡Adelante! ꟷ La puerta se abrió y entró Loretta, respiré tranquila porque no tendría que soportar un interrogatorio de lo que había aprendido durante el día, ella se acercó me dio un beso en la cabeza y dijo: ꟷ Llegué hace un rato y mamá me dijo que estás concentrada estudiando etiqueta. Así que te preparé una exquisita merienda para que me cuentes ¿Cómo te sientes? ¡Ojalá tengas algo interesante para contarme porque con mi aburrida vida creo que ya soy una anciana! ꟷ Agarré la bandeja que me ofrecía pero estaba dudando en contarle lo que había descubierto. Pudo haber sido una trampa de mamá para ver qué opinaba de su nuevo proyecto para convertirme en una refinada dama. Así que le contesté: ꟷ Pues lo más divertido de lo que te puedo hablar es de servilletas bordadas con hilos de oro, encajes y cintas. O de utensilios decorados con zafiros o cualquier otra piedra preciosa. ꟷ Ella me observó y con una sonrisa cansada dijo: ꟷ Espero que tu vida sea más divertida que la mía. Ya no encuentro gusto ni siquiera en ir de compras. Todo lo que te puedas imaginar lo tengo y en todas las formas y colores disponibles. ¡Hermana he perdido el gusto por levantarme a diario con una sonrisa! ꟷ Gimoteó y le observaba una profunda tristeza en su vida pero tenía que preguntarle algo que tenía atorado en la garganta. ꟷ Hermana, es verdad que existen diversos tipos de p***s. ¿Cómo es el de tu esposo? ꟷ Loretta me vió como si del mismo mandinga se tratará. Y en vez de responder me interrogó: ꟷ ¿De dónde sacas esas ideas Marieth Alejandra Margarita? No recuerdo que esas cosas las enseñaran en las clases de etiqueta. ꟷ Fruncí el seño y respondí: ꟷ Es simple curiosidad hermana, se me ocurrió y quería saberlo. A la única que puedo preguntarte es a ti. O ¿Quieres que le pregunté directamente a mamá? ꟷ Entonces ella se apresuró a negar con la cabeza y dijo: ꟷ¡No! ¿Estas loca maná? Eso será para que te mandé a exorcizar con el obispo de la ciudad. Pero creo que algo te puedo aclarar, antes de casarme con Don Joaquín tuve un novio a escondidas de mamá. Era un vecino que se escapaba y entraba a mi habitación en las noches. Una noche me permitió agarrarle su pene y era muy grande. Meses después me casé y pues pude observar el de mi esposo y era bastante pequeño comparado con el de Rafael. ¡Creo qué ese chico era el amor de mi vida! ꟷ La infelicidad que ella estaba sintiendo en su vida se veía reflejada en sus palabras y emociones, había perdido la alegría y la gracia de sentirse viva y dichosa. Algo tenía que hacer para librarla de esa pesadilla, porque al hablar de su vecino Sebastián sus pupilas de dilataron y marcaba una gran sonrisa. Aunque también tenía que preocuparme que no me fuesen a casar con un hombre por el que no sentía nada. Charlamos un poco más y ella se retiró a su lujosa mansión con el alma angustiada y apagada. Yo salí a dar una vuelta por el jardín pero en mi mente no dejaba de rondar aquellas ideas cochambrosas. ¿Alguna vez tendría la oportunidad de vivir una sola de las actividades que describía la protagonista? Aspiro que sí porque eso se me empieza a meter entre ceja y ceja. Recordé que no le había agradecido a mi tía Olivia así que le escribí: ꟷ ¡Preciosa tía! Hiciste de mi tarde una aventura. Estoy encantada con el primer libro y te confieso que desde ya quiero ser Alisha para experimentar todas esas emociones que describe. Cuando lo termine de leer te daré mi opinión general pero desde ya me tiene atrapada esa revista de etiqueta. Ja, ja, ja, ja… ✓✓ Su respuesta me hizo torcer de la risa: ꟷ ¡Uy pero qué golosa! Eso es demasiada leche para ti, sobrina. Si te emociona leerlo, no te imaginas lo que generará vivirlo. Siempre estaré aquí para llevarte por el camino de la diversión (Pero tu madre a ésto le dice perdición Ja. Ja. Ja….) Cuídate y mantenme informada de los resultados de la clase de glamour. W(°ｏ°)w ✓✓ Mi tía si que sabía divertirse, mamá la odiaba porque siempre se la pasaba rodeada de hombres guapos y adinerados, nunca se le veía con el mismo hombre del brazo y por eso mi madre decía que ella tenía la panocha en la nariz porque a todos se la daba a oler. Cuando mi madre decía eso a mí me atacaba la vergüenza. Todo termino que se refiriese a esa parte de mi cuerpo que no recibe la luz del sol estaba vetado de mi vocabulario. Eso era lo que había aprendido hasta hoy que lo he leído y pronunciado con morbo. Se llegó la hora de cenar y mi mente volaba escuchando algunas frases que eran normal pero que ahora cogían otro sentido; “Pásame el huevo que no lo alcanzó” “Chúpese primero la punta” “Deme la cuchara” “No lo menee tan duro” Ja, ja, ja… No pude contener mi risa y solté una carcajada, en seguida las miradas de mis padres recayeron en mí con aspecto interrogante. Entonces como no me quedaba de otra, fingí atorarme para no tener que dar excusas. Antes de que no padre nos diera el permiso para levantarnos de la mesa mi madre mencionó algo que me dejó muy decepcionada: ꟷ Mañana te levantas temprano Margarita. ꟷ (Odiaba que me llamara por ese nombre) ꟷ Por qué La señora Trina ha pedido una auditoría para conocerte, su hijo Boreliano está en edad de merecer y quiere que emparentemos nuestras familias. Le he dicho que aceptó que te cortejen pero ella desea conocerte primero. ꟷ Esto sonaba a desgracia eterna, con ese nombre debería ser un vejestorio cuaternario. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al imaginarme un viejo panzón y pedorro. No le respondí nada pero creo que con mi rostro ya estaba deduciendo como había tomado la noticia y además añade: ꟷ Muy temprano vendrá la costurera con un vestido que le encargue hacer de emergencia, ella tiene tus medidas por lo tanto te quedará perfecto. ꟷ Esos vestidos confeccionados por esa doña; lejos estaban de mis gustos, solo faltaría que fuese marrón y ahí mismo me sentiría como la gemela fea de Mery Poppins. Bueno que podría hacer, aún tenía tiempo para huir de casa, pero eso no resolvería nada porque me encontrarían en un abrir y cerrar de ojos y me traerían de regreso a casa para encadenarme como a Starky, un husky Siberiano que me habían regalado hace algunos años por mi cumpleaños. Y que la mayoría de veces se la pasaba encadenado por orden de mi madre por ser muy loquito y gruñón. Ella decía que ese perro era una cabra loca igual que su dueña. Cuando estaba de mal humor me llamaba así y me decía que esa no era la forma de comportarse las señoritas. Había tenido que dejar de hacer las cosas que me hacían feliz (andar descalza por toda la casa, treparme a los árboles, dormir en el césped o llenarme de lodo los días lluviosos) para evitarme sus largas cantaletas. Bueno por ahora lo único que podía hacer era conversarlo con mi tía Olivia. A ella se le debería ocurrir algo para salvarme así que le escribí: ꟷ Tía Olivia, no quisiera molestarla pero estoy en aprietos. Mañana vendrá una vieja que se llama Trina, ya me la imagino con grandes verrugas en los cachetes y pelos que sobresalen de su nariz, para verme y poder dar permiso a su hijo para que me pueda cortejar. Su hijo se llama Boreliano. ¡Ayúdame por favor! ✓✓ Era la única que me podía dar un consejo porque ni hablarle a mi madre que no me quería casar y menos con alguien que no conocía. La respuesta de mi tía no se hizo esperar: ꟷ Desconozco a Anastasia. ¿Cree que aún seguimos en la edad de piedra? Deme media hora e investigo a esa doña para ver ¿Quién es? Y ¿Qué le gusta? No desesperes hija. ¡Tu tía Olivia irá a tu rescate! ✓✓ Si, eso esperaba porque verme envuelta en una boda sin amor debe ser lo más aburrido que haya en la vida y menos después de empezar a leer sobre ciertas aventuras que se podían hacer y yo no había experimentado ni una. Hasta mi hermana le había agarrado el p**o a un vecino y yo nada. Era el momento de seguir leyendo la historia de Alisha y sus 365 p***s. Con cada descripción y cada emoción que describía aumentaba la curiosidad por probar todas esas posiciones. Y entonces suspiro y en voz alta digo: ꟷ ¡Creo que nací para ser puta! ꟷ Me centre en la lectura y ya me empezaban a doler los ojos pero no podía parar de leer, tuve un poco de sed y fui por agua, toda la casa estaba a oscuras y entonces vi la hora: Tres y veinticinco de la mañana. ¿En qué momento se me pasó el tiempo? Tomé agua y me dirigí de nuevo a lo que estaba haciendo. Me faltaban solo unas páginas para conocer el final cuando entró un mensaje de mi tía: ꟷ Mañana apenas despierte me llamas porque te tengo el dato que necesitas. ✓✓ No podía esperar hasta mañana así que una vez en la habitación le marqué para que me explicara. Hablamos un largo rato y entonces ella me dijo que era mejor descansar un poco para que pudiese actuar con naturalidad. Bien temprano me levantó mi madre porque había llegado la modista. Y en efecto trajo un espantacular vestido de manga larga, con cuello de tortuga y falda arruchada, me sentía disfrazada de marimonda con esos colores tan folklóricos. Pero bueno pondría a rodar el plan que tenía con mi tía. Cuando llegó la fulana Doña Trina yo estaba en la habitación y solo bajaría al oír la campana que tocaría mi madre en señal de que requerían mi presencia. Mi observaba en el espejo y estaba perfecta. Sonó la campana, cogí el abanico y cubrí mi rostro porque si mi madre me divisaba antes de llegar a la presencia de la señora se desvanecería la idea de fastidiar a la señora. Empecé a bajar con cautela las escaleras mientras me sostenía del pasamanos. Cuando ya estuve cerca metí el pie y terminé rodando las escaleras que faltaban para caer en los pies de ésta señora. Todos se preocuparon por ayudarme a levantar y apenas ella me vió exclamó: ꟷ ¡Virgen Santísima! Anastasia ¿Qué clase de crianza le has dado a ésta muchacha? ꟷ Mi madre sorprendida baja su cabeza y le dice: ꟷ ¡Perdón por la torpeza de la pobre pero ha debido enredarse en su vestido! ꟷ Pero mi madre aún no sabía que a lo que ella se refería era a otra cosa hasta que vió mi rostro y casi se sale de la ropa. ꟷ ¿Qué has hecho Marieth? ꟷ A la vez que agarra su pañuelo para intentar limpiarme la cara pues me había maquillado de forma exagerada; había delineado unas cejas diabólicas, use una sombra bastante oscura en mis parpados y en mis labios había puesto pintura negra. Después de que mamá me dejó el rostro ardiendo hasta que sacó todo el maquillaje, la señora de nuevo se llegó y me pidió que diera una vuelta, se acercó y me tanteo los senos, luego me puso de espalda, midió mis caderas y dijo: ꟷ Me gusta que tienes buenas caderas para que puedas parirme unos cinco nietos. ꟷ Esa debería ser la mamá de las brujas. ¿Cómo se atrevía a ser tan insolente para imponer cosas como esas? Pero ya veremos qué dice cuando conozca a “la cabra loca” que mi madre siempre menciona. Después de esa humillación nos dirigimos a tomar el almuerzo. Lo primero que hice fue eructar, después comí con la mano, me limpie la salsa en el vestido, subí un pie a la mesa del comedor, me aventé un gas y no me incómodo ocultarlo. Tanto que la vieja se levantó y dijo: ꟷ Tu hija es una vergüenza, edúquela para ver si algún necesitado la quiere recibir de esposa. ꟷ Mucho vieja malparida pero ese era el objetivo que nos habíamos propuesto, no habría logrado nada de ésto de no ser por los consejos de tía Olivia. Salió sin querer oír explicaciones, ahora me tendré que aguantar el discurso de mi mamá por quién sabe cuánto tiempo.