Una Mary Ann de dieciséis años estaba sentada en el salon de clases, rodeada de amigas, llena de alegría y con una sonrisa hermosa adornando sus labios. La maestra entró por la puerta en silencio, la buscó con la mirada y después le dijo que salieran un monto al pasillo. - Tenemos que ir a la oficina del director. - ¿Ha pasado algo?- cualquier chica de su edad hubiera preguntado que qué había hecho mal, pero ella sabia que no había hecho nada malo, por lo que solo podía tratarse de que algo había sucedido. - Espera, hay alguien que te explicará todo, te esperan en la oficina del director. – la maestra observó su rostro que no tenia idea de lo que pasaba pero ya estaba confuso, sabia que aquella chica no volvería a tener la misma sonrisa que tenia antes, cuando supiera la notica. A