Un coche nos esperó para recogernos en el aeropuerto, el semblante de Ezra había mejorado mucho desde que aterrizamos en Tahití, se le veía feliz de regresar aquí y yo estaba muy nerviosa, este seria mi nuevo hogar, con otro idioma, era el ambiente de Ezra, aquí llevaba muchos años y de seguro tenia muchas personas cercanas a el. A mi no se me daba muy bien conocer gente nueva, socializar por primera vez se me daba horrible, podía llegar a meter la pata, decir cosas sin sentidos o simplemente no hablar. Luego cuando ya nos conocíamos era otra cosa. - Te va a gustar mucho la casa. Seguro que te sentirás cómoda en ella. – Dijo Ezra, yo estaba muy concentrada mirando por la ventanilla del coche aquel paisaje tan diferente a lo que yo conocía, el aire fresco le daba la bienvenida a mi rostro