Mis ojos rasgados lograron captar una escena que me hizo cerrar los puños, estaba molesta, mi secretaria acababa de mandar un mensaje que comunicaba una noticia que me sacó de mis cabales, Klaus había entrado a los archivos del hospital y había tomado la agenda desde hacía una semana, agenda que contenía el nombre y direcciones de todos los accionistas y socios del hospital, gente de influencia en Dinamarca. Era por ello que no era tan sencillo acceder a sus peticiones, siempre buscaba una oportunidad para pasarse de la raya. —Te doy mi mano y me tomas el pie—susurré, la boda se llevaría a cabo hoy, la semana había sido ajetreada pues Klaus derrochaba más dinero conforme se acercaba la fecha. No había escatimado en gastos y la enorme mansión estaba llena de mesas y meseros por todos lado