Salí al porche de la casa a la que había llamado hogar desde que tenía uso de razón. Venir a visitar a mis padres durante el comienzo del nuevo semestre había sido una decisión repentina, pero de la que no podía arrepentirme. Echaba de menos a mis padres más de lo que podría decir, y había pasado demasiado tiempo desde la última vez que los había visto. Alejarme de la Noche de Javier no era ni la más mínima razón para ir a visitar a mis padres, al menos de eso intentaba convencerme. Dio la casualidad de que iría a visitar a mis padres durante una semana y eso significaría evitar cualquier encuentro con el terrorífico hombre durante al menos esa semana. Además, con lo ocupado que estaba, para cuando yo volviera se olvidaría de que me había conocido. Respiré hondo llamando a la puerta, pre