Le miro con molestia ardida desde mis entrañas, esto es lo que causa la fresita endemoniada, que esté celoso hasta de mi mejor amigo. ─¿Qué dijiste? ─Pregunto pensando que he escuchado mal y ya estoy enfermo de celos. Nick resopla mirando el techo de la iglesia. ─Lo que escuchaste; quiero tener a esa pelirroja suplicándome por más mientras pruebo sus labios… ─Interrumpo sus palabras levantándolo para llevarlo a rastras a un lugar más privado, fue suficiente lo que escuché y no puedo soportarlo─. ¿He pecado? ─Pregunta desconcertado. ─Más que eso, te has fijado en la mujer equivocada, ella es mía ─gruño empujándole contra el muro, él abre los ojos. ─Maldición, tú siempre tomas lo mejor de primero, así fue con Lucille. Espera ¿Qué acabas de decir? ¿Cómo que es “tuya”? Eres un puto sac