Cubro mis pechos tratando de alcanzar la ombliguera tirada en el suelo de la camioneta, Alex permanece pegado encima de mí y podría jurar que está rezando para no asesinar al pobre Jack.
─¡¿Clem?! ─Exclama la voz de Nessa y abro mis ojos alzándome para encontrarla encima de la motocicleta. Mis tetas quedan al aire mientras esbozo una sonrisa agradeciendo en mi interior que sea ella.
Alex gruñe apartándose de mí.
─¡¿Por qué mierda te estoy viendo las tetas?! ¡Padre Cipriano, oh Dios, disculpen! ─Exclama avergonzada intentando encender de nuevo la motocicleta para escapar.
─Nessa ─llamo a mi amiga que está enloquecida con las mejillas rosadas.
─Lo siento tanto, pensé que les habría ocurrido algo. Jack llegó al bar y dijo que estarías en la iglesia, pero esta estaba cerrada, pedí pre
