Nos subimos al auto que pasa por nosotros luego de recoger las cosas de Arturo y mandar una grúa para que le lleve la camioneta al bar. En el trayecto el silencio es torturador y Alex solo responde a las cosas que le comenta la hermana Nancy, quien está vestida de blanco con su toga y velo respectivo. ¿No tendrá calor? Me pregunto mirando a través de la ventana. Quisiera saber lo que piensa Alexander de lo ocurrido, porque a mí se me está haciendo imposible olvidar, menos luego de ese beso tan caluroso dentro de la camioneta. «Se sintió tan bien, él tiene labios expertos y suaves» pienso mordiéndome el labio inferior. ─Señorita Clementina ¿Cierto? ─Llama Nancy, miro hacia ella quien se asoma por el asiento delantero. Asiento con mi cabeza─. Te encantará el lugar, podrás conversar con jó