No puedo evitar recordar mi pasado justo en este momento, trato de dormir, pero mis sueños se vuelven las pesadillas que viví… Una clementina de once años… Mi madre había terminado de ordenar y limpiar la casa, también de hacer una comida muy elaborada para mi padrastro que aún no había llegado. Él suele ir a la iglesia y luego pasa por el bar para beber hasta perder el raciocinio. Es un hipócrita si de él hablamos. Los ojos de mi madre me observan preocupados, ella acaricia mi cabello cobrizo, que tanto detesta Edgar; mi padrastro. ─Ve a ocultarte, te llevaré tu plato de comida cuando termine conmigo ─dice y niego con mi cabeza. ─No…mamá, él te lastima ─digo viendo aún el moretón fresco en su mejilla. ─Prefiero que me lastime a mí que, a ti. No quiero que te vea ─Mis ojos se hum