Knoxville Clementina Quinn Pestañeo para dilucidar mi vista y observa a Alex durmiendo a mi lado, cuando me percato de que es real y recuerdo todo lo que hicimos ayer, las mariposas de mi estómago revolotean mientras esbozo una sonrisa atontada. Me acomodo de lado para mirarle mejor, su pecho sube y baja por sus respiraciones acompasadas mientras que su brazo está flexionado debajo de su cuello sosteniendo su cabeza. Su torso desnudo me lleva a morder mi labio, recorro su piel con mejor visión notando algunas cicatrices, quizá de la guerra. Muevo con mi mano la sábana encontrándomelo desnudo completamente y su polla está grande y larga reposando sobre su vientre cubriendo su ombligo. Se alza un poco moviéndose de manera inerte cosa que me calienta muchísimo. Esa majestuosa obra de arte