Al día siguiente…
En un lujoso cuarto de hotel, se encontraba Ethan Hunter, un apuesto y millonario abogado, de piel ligeramente bronceada y cabello castaño. Era muy alto, y tenía como unos treinta y cinco años. Poseía una mirada cautivadora y una sonrisa traviesa que derretía corazones. Sin embargo, su atractivo exterior escondía a un maestro de la mentira, capaz de tejer engaños con maestría y sin remordimientos.
—¡Ethan no te vayas, me prometiste que estarías conmigo todo el día!
—No puedo mi corazón, tengo un juicio a las tres de la tarde hoy y no puedo faltar.
Esa es la excusa perfecta de quitarme a las mujeres cuando se ponen fastidiosas y quieren cariño después del sexo. Estoy frente al espejo abotonándome la camisa y Nicole, la esposa de un colega mío me abraza desnuda. Nos conocimos en el bufete y una noche la llevé a su casa porque Kyle uno de mis abogados y colega, estaba en un juicio y como me pareció muy atractiva, la conquisté y empezamos a tener sexo a pesar de que estaba casada.
Nuestros encuentros siempre son en un hotel, no llevo a ninguna mujer a mi casa porque es mi santuario personal. Seguidamente, mientras abotono mi camisa, mirándome al espejo veo como Nicole, comienza a besarme el cuello. Quiere que me quede pero es obvio que no, es muy habladora y a mi de las mujeres me gusta es hablar con los otros labios.
—Nicky, basta—Se vuelve loca cuando la llamo Nicky—, debo irme tengo que preparar todo para el juicio de esta tarde.
La verdad es que voy a un partido de golf con un cliente con un caso de lavado de dinero y es mejor que quedarme con ella hablándome de los logros de su hijo y de lo malo que es Kyle en la cama. Entonces, me abraza fuertemente y puedo sentir sus senos de silicón en mi espalda.
—¡Pero es que te extraño, además Kyle estará en la fiscalía y ahí se queda todo el día. Compláceme más quedándote tan solo media hora!—Me dice bajando sus manos hacía mi espada de carne… así le digo a mi gran campeón.
—Nicole, te dije que debo irme.
En lo personal, me encanta acostarme con mujeres casadas porque no exigen tanto, y se quedan calladas. Son las mejores para tener de amante. Las peores son las mujeres solteras porque si se enamoran creen que tendrán un compromiso a futuro y eso es menos lo que quiero. Siento como Nicole comienza a acariciar mi virilidad y comienzo a ceder un poco a sus encantos, pero estuvimos teniendo sexo como por una hora más o menos y es tiempo que me largue.
—¡Te estás endureciendo eso significa que quieres quedarte!
Me volteo y le quito las manos de encima. Luego, tomo su mentón con suavidad, con una mini sonrisa falsa en mis labios. Mi mirada se encontró con la suya, intentando calmarla porque se estaba poniendo algo intensa y tampoco quiero tratarla mal porque me encanta tenerlas a todas disponible y bajo mi mandato.
Entonces le mentí descaradamente, diciéndole lo siguiente deslizando mis dedos por su piel para que se sintiera bien. Las mujeres son muy sentimentales y les encanta sentirse amadas.
—Nicky, sé que quieres que te complazca una vez más, pero el deber me llama. Ese juicio que tengo es muy importante y la verdad me duele dejarte. Si fuera por mi quedaría toda la tarde conversando sobre Mike y sus logros en el colegio pero no puedo aunque me encanta estar contigo.
La abracé, colocando su cabeza en mi pecho, sabiendo que eso les encanta a las mujeres. Luego, le inventé una propuesta para ir a Aspen a esquiar y obvio que eso no sucedería. Quería mantenerla bajo mi control, aunque en realidad nunca habrá la posibilidad de algo real entre nosotros porque está casada. ¡Ay eso sí que me encanta!
Ninguna mujer me manipulará como lo fui cuando estuve con la perra de Shirley. Luego, me separo un poco de Nicole, acaricio su mejilla con el reverso de mi mano con suavidad y mirándola fijo la miro con ojos de cordero fingiendo estar enamorado. En realidad a veces pienso que merezco un buen Oscar por mejor actor, debería buscarme un agente para ver si me dan algún papel por ahí.
—¡Ya debo irme cariño—Le doy un corto beso en sus labios—, me duele dejarte!
—Espero que ese viaje a Aspen se dé, desde hace tiempo quiero hacer un viaje contigo, pero siempre pones excusas—Cruza los brazos estando desnuda—contigo me siento mujer y hasta me olvido de ser madre y esposa. Yo doy más en esta relación que tu Ethan porque puedo perderlo todo. Espero que no me estés mintiendo con ese viaje a Aspen.
—¿Me estás llamando mentiroso?
—¡Si, ya van dos veces que me has dicho lo mismo y nada se ha cumplido!
Odio lo que me está diciendo, no me gusta para nada. Así que, me hago el ofendido, tomo mi saco y antes de ir a la puerta le digo:
—Lo siento, esto me duele mucho.—Pongo cara de tristeza otra vez, ¡Já, denme, mi Oscar ya!—Tú sabes lo mucho que te quiero como para que me digas esto Nicky
Camino hacia la puerta, y solo pasaron tres segundos antes de que Nicole corriera hacia mí y me tomara del brazo, siempre cae en mis trampas. Me pidió que no me fuera y me ofreció disculpas. La miré con un rostro acongojado, interpretando mi papel a la perfección, y le hice creer que me había lastimado. Prometí concentrarme en el juicio todo lo que pudiera, fingiendo que la situación me resultaba muy difícil.
—¡Me has lastimado mucho Nicky. Mejor me voy!
—¡Ethan espera!
Abro la puerta, y salgo de la habitación sabiendo que la dejé mal. Trato de mantenerla bajo mi control, haciendo uso de mis tácticas. Si, se que soy desalmado y mentiroso pero tengo que satisfacer mis propias necesidades.
Nota de la autora Lily.
Aqui conocimos a Ethan Hunter nuestro protagonista. Si quieres conocerlo como me lo imagino fisicamente puedes ir a mi grupo de faceb00k: EL MUNDO DE LILY ANDREWS.