El había destruido cualquier ternura que ella hubiera podido sentir por él, cuando sus besos habían herido su boca, cuando se había sentido impotente para luchar contra la fuerza de él y había comprendido que Pierre no tendría ninguna misericordia para ella.
—Por favor, escúchame, Varia— suplicó Pierre—, mi compromiso es una formalidad que no significa absolutamente nada para mí. Sé que causará problemas en mi familia, pero puedo deshacerlo mañana mismo, si tú aceptas casarte conmigo. Te juro que trataré de hacerte feliz y que te amaré con todo mi corazón hasta el fin de mis días.
«El es sincero», pensó Varia.
Sabía que dos semanas antes ella le habría creído. Ahora era mucho más madura y tenía más experiencia y se daba perfecta cuenta de que sería imposible que Pierre amara a alguien d
