Ava. Mientras mi hija se queda con mamá, a quien se le dio por sacar su instinto materno no sé de dónde, yo no tengo otra cosa qué hacer más que comprar un vestido para la gala de mañana y aunque no quiero ir, ya di mi palabra así que no tengo otra opción más que salir. Por la mañana, después de despedirme de mi hija y mi madre, tomo el coche de mamá ya que ambas se quedarán en casa para hacer galletas. Supongo en ese caso, mi hija le enseñará a su abuela porque realmente, no creo que mamá tenga idea sobre cómo demonios encender el maldito horno. Diciéndome a mí misma que dejaría que ambas tuvieran esa conexión, ya que ambos parecen realmente interesados en tomar su papel de abuelos, salgo de allí sin decir nada, ni siquiera dejar otro cuidado que el de las fresas. Para comenzar con