Emiliana
Corrí hasta la habitación que compartíamos para quitarme el vestido tras llegar a casa. Más tarde una tormenta azotó todo el lugar, me encantaban ese tipo de vistas así que caminé hasta el jardín y vi de primera mano como la lluvía fuerte mojaba las pérgolas, columpios y piletas.
Mi ahora esposo no apareció durante varias horas y agradecí internamente por eso. El reciente encuentro con Santino me había dejado con la cabeza en las nubes, por un lado todavía no procesaba el hecho de que me había puesto por voluntad propia frente a un arma (nunca antes había tenido ese tipo de ataques suicida), por el otro, no podía creer que el propio Santino hubiese sido capaz de intentar lastimarme.
Angelo tenía razón en todo, mi ex prometido era un hombre sin escrúpulos y de no ser por mi p
