Pertis observó como aquel grupo de jóvenes ataviados en finas vestimentas iban entrando en silencio, todos ellos iban muy serios siguiendo a sus tres jóvenes reyes.
Todos se veían demasiado fuertes y saludables, demás está decir que todos eran muy atractivos, incluso el gigantesco tarkkaro lleno de tatuajes.
Se fueron sentando de uno en uno en su mesa mirandole fijamente.
- Shrinka, ¿Puedo preguntarte una cosa?.
Dijo Pertis.
- Claro, dígame.
- ¿En qué momento de la historia antes de tí, un Rey se ha vuelto un escolta de otro Rey?.
Todos se giraron a ver al tarkkaro quién le dió un pequeño sorbo a su copa de vino antes de contestar.
- Jamás, creo yo. El motivo por el cual he decidido ayudar y proteger a Calisto, es muy simple en realidad, verá usted... Todo ésto lo hacía en un principio por Fenhir.
Él es mi mejor amigo, según mi criterio Fenhir es un gran Rey, un increíble adversario, un excelente guerrero, un gran ser humano y el mejor amigo que se puede desear tener.
Él me pidió de favor hace dos años que fuera yo quién cuidara de su hermano menor ya que tenía la firme sospecha de que varias personas planeaban darle muerte.
Con él tiempo comprendí que Calisto era diferente a los demás hombres con quiénes había tratado, distinto a cualquier otro noble que yo había conocido, era un principe bastante peculiar... sin saber exactamente quién era yo, me ofreció su amistad y me di cuenta de que al igual que Fenhir no era una persona interesada.
Luego de varios meses conviviendo con él y cuando éste se convirtió en Rey de Fallhan nos contó a mí y a los demás la verdadera identidad de Clint del cual también tengo muy buenas opiniones al respecto (Pero esas opiniones ya son otro tema).
Calisto jamás nos ha vuelto a ocultar ningún secreto, de hecho entre nosotros once no hay secreto alguno... en realidad somos un grupo más grande que once personas las que estamos involucrados personalmente en todo esto.
Dijo sonriendo.
Todos guardaban silencio.
- ¿Quiénes más están involucrados directamente con ustedes?.
- Wallace Kelly, Simeon Stunias, Gridmur Polsen, Fonos Darren, Aamon Seed, Bastián Shrinka, Ratkaro Shrinka y todo Tarkka.
Contestó.
Pertis se sorprendió bastante al escuchar eso.
- ¿Tantas personas?. Entonces su secreto no es tan secreto.
Observó.
- Rey Pertis, todas éstas personas comprendieron una cosa al igual que nosotros con el tiempo...
Le contestó Stavros.
- ¿Ah sí? ¿Qué?.
- Que Calisto es sin duda alguna el hombre más poderoso que existe entre nosotros los hombres... incluso su hermano lo sabe.
Todos soltaron murmullos entre sí, Pertis observó nervioso a Cal quién miraba muy serio su copa de vino escuchando todo aquello.
- ¿Él más poderoso?.
Se mofó uno de los hombres de la corte estena.
- Sí, Calisto no solamente es increíblemente inteligente, tiene un encanto natural que hace quererlo seguir hasta la muerte con solo tratarlo poco tiempo, además cuenta con algo que muchos otros reyes desearían... el amor de Lucifer.
Todos guardaron silencio espectantes.
Pertis alzó la vista y la posó inmediatamente en Clint quién lo miraba fijamente desde el otro lado de la mesa.
- ¿Amor?.
Preguntó Pertis.
- Contrario a lo que muchos aquí están pensando, Calisto no invocó a Lucifer ni a Azazel, Lucifer está ayudando y protegiendo a Calisto por el simple hecho de que lo ama profundamente y de manera desmedida. Para él no hay nada más importante que Calisto ya que está absolutamente enamorado de él... todos nosotros lo sabemos, Lucifer en realidad no luce así, en su forma original es un ángel sin género.
Azazel decidió ayudarlo y protegerlo por la misma razón que yo... y aparte Belial siente exactamente lo mismo que Lucifer por Calisto.
Éstos tres seres demoníacos y sobrenaturales están totalmente comprometidos con Calisto... Le guste o no, Rey Pertis, éste muchacho es el hombre más poderoso entre nosotros.
Pertis guardó silencio durante unos segundos.
- ¿Entonces mi hija está comprometida con un amanerado al que le gustan los hombres?.
Preguntó iracundo.
Todos voltearon a ver a Pertis de manera hostil.
- Calisto no es amanerado ni le gustan los hombres, cuida bien tu boca anciano.
Le contestó Clint.
Todos se sorprendieron al escucharle hablar por primera vez en toda la cena y dirigirse así a su Rey.
- ¿Cómo me has dicho?.
Le preguntó Pertis ofendido.
- Anciano, yo no guardo respeto a ningún hombre, no estoy obligado a dirigirme de manera educada a ningún simple humano... Excepto a Calisto. Él es el único al que yo respeto, lo único que me importa es él, y Cal no es ningún amanerado, yo no soy un hombre en realidad... esto que ves frente a tí no es nada más que un recipiente.
De repente y para sopresa de todos Clint se transformó en Lucifer en frente de todas esas personas.
Hasta el obispo que estaba cenando ahí estaba en total estado de shock.
Comenzaron a haber gritos y murmullos.
Pertis se aferró a su silla nervioso al igual que la corte, quiénes se hayaban espantados.
Cal y el resto estaban igual de conmocionados que las personas puesto que llevaban meses sin ver a Lucifer en su forma original.
Lucía hermoso, radiante e inhumano.
- Ahora que me han visto espero que dejen de poner en tela de juicio lo que mi Calisto puede o no hacer... mi poder es ilimitado y cualquier cosa que el quiera yo mismo se la daré. Cuiden bien sus palabras.
Les amenazó a todos.
Pertis estaba tan pálido que parecía haber muerto ya a causa de un infarto.
Lucifer se sentó de nuevo mirándolo fijamente.
Toda la gente presente estaba conmosionada e intentaban salir de ahí.
- Cálmense todos.
Ordenó Pertis.
Todos fueron guardando silencio.
- Bien... Calisto, me imagino que deseas conocer a Irithel, mi hija.
Cal asintió en silencio.
Pertis se giró a una sirvienta quién le contestó algo en voz baja.
- No tarda en bajar.
Se excusó Pertis.
Cal sonrió al saber el motivo de su demora, había estado haciendo el amor con ella antes de bajar, a pesar de que ya lo habían hecho horas atrás. La había dejado agotada y profundamente dormida.
Cal y Lucifer intercambiaron miradas muy profundas.
Luego el joven centró de nuevo su atención en su copa de vino.
Pertis y el resto se dieron cuenta de cómo Lucifer miraba a Calisto.
Un guardia fue corriendo hasta la puerta y anunció a la princesa.
- Con ustedes, su majestad la princesa Irithel Cassabian De Lorian.
Todos se pusieron de pie y frente a ellos estaba ella, vestida con un precioso vestido cor púrpura y plata que contrastaba con su rubia cabellera trenzada de lado.
Al verse Cal y ella sonrieron, evidenciando así que se agradaban.
Pertis miró furioso a su hija al notar que efectivamente a ella le gustó ése muchacho.
Pertis odiaba a Calisto, y no había otra cosa que el deseara más que poder deshacerse de él inmediatamente, pero no veía la manera.