-Encuentro-

2120 Words
***   Dos semanas transcurrieron de manera fugaz, Mikkel no se había presentado desde aquella vez, pero Joshua no perdía la esperanza de que volviera. En todas esas ocasiones que su amigo lloro por la ausencia del menor, le consolaba, aunque en su mente pensaba que a esas alturas Mikkel no volvería, él ya se había resignado a que fueran solo ellos dos. Samantha había despertado, justamente aquel día en donde Melissa había llegado al hospital y al ver a Josh llorar, la culpa la invadió y lloraron abrazados por horas. Un mensajero de Sara había interrumpido el momento de llanto de aquellos dos, una noticia muy importante fueron las palabras que pronuncio, lo último que recuerda es haber salido corriendo por la puerta de la habitación y dirigirse a casa de su madre. Cuando estuvo frente a la puerta principal, había empezado a creer que le habían mentido, la casa se veía desolada, el aura que emanaba no le daba buena espina, pero cuando la puerta se abrió de golpe y un cuerpo delgado se lanzó a sus brazos aquellos pensamientos se borraron de su mente. Su pequeña estaba de vuelta. Habían pasado horas hablando acerca de lo sucedido desde que ella había estado ausente, el plan que habían hecho con algunos vacíos, el problema con Joshua, el pasado de los hermanos, cosas que Samantha no había podido similar del todo bien. Nunca había escuchado que alguien hablara tan mal de su abuela, pero después de lo que le había hecho, al parecer aquellas horribles cosas eran verdad. Sin ninguna pista aun de cómo recuperar sus cuerpos, fueron a visitar a Joshua al hospital, con la mejoría de que podía comunicarse con su amigo, facilita muchísimo las cosas. Melissa realizo el mismo procedimiento con Samantha, podrían hablar libremente y sin preocupaciones. - ¿Qué haremos? —Samantha inicio— - Estamos estancados de nuevo, sin Mikkel y sin pistas de cómo encontrar a Lily. -Josh no has llegado a pensar en que tal vez no regrese? —el mayor pregunto con temor a la reacción de su amigo— -El regresara Albert —respondió con tranquilidad— Puede que lo tome un tiempo pensar bien las cosas, quizá se sienta culpable, no —negó con la cabeza— Es seguro que se siente culpable, avergonzado… Por eso no ha regresado, pero lo hará. -Estoy de acuerdo con el gruñón papá —la menor sonrió— Mikkel volverá, eso es seguro. -Solo no quiero que tengas falsas esperanzas. -Y te agradezco la preocupación, tú mismo conoces al mocoso —se burló— Puede ser demasiado terco, por otro lado —miro a Samantha— ¿No recuerdas nada? Es decir, mientras dormías, pudiese tener algún tipo de pista. -No recuerdo nada, no estuve con Sebastián ni con la abuela, simplemente dormía, lo siento por no haber sido de ayuda. -No te preocupes Sam, no tienes la culpa de nada. -Tu padre tiene razón, ninguno tiene la culpa de todo lo que está sucediendo, Melissa ahora está de nuestro lado, quizá podamos conseguir averiguar algo más. - ¿Estás seguro? Ella es la culpable de que estés aquí —la menor hablo con desconfianza— ¿Y si vuelve a suceder de nuevo? -No sucederá —respondió Melissa entrando a la habitación— Te lo aseguro. -No confió en tus palabras —menciono aun enojada— Por tu culpa el gruñón casi muere totalmente, no me importa si lo heriste en una parte que no fuera de gravedad, es tu culpa y no pensare nunca lo contrario, espero cargues con esa culpa todos los días, a mí no me convences con esa cara de mosquita muerta —finalizo retirándose de la habitación— -Wow estoy sin palabras —hablo Joshua— -Que puedo decir —Albert se rio— Lo saco de mí, no voy a decir que la disculpes —miro a Melissa— Después de todo ha dicho la verdad, supongo que aun debes ganarte la confianza de algunos. -Eso hare —respondió bajito— Ya organicé todo para la salida de Joshua, tenemos donde quedarnos, también podemos hacer las reuniones ahí, también puedes quedarte con nosotros Albert, es más seguro que la casa de tu madre. -Es buena idea, acepto la oferta. -Espero tu hija no esté en contra, ya dejo claro que me odia. -Ella aceptara, no te odia en ese extremo —Albert no pudo evitar reír a carcajadas— Al ver a Melissa rodar los ojos, Joshua y Albert estallaron en carcajadas, eras inevitable no reírse de la situación, realmente habían querido reírse cuando Samantha le canto las verdades a Melissa, pero se aguantaron por respeto a la mujer. -Tu hija es todo un personaje amigo —Joshua se limpió las lágrimas—       30 de diciembre 1:15 pm      De nuevo el sonido de ollas chocar en la planta de abajo, ya se había acostumbrado a escuchar aquel sonido todas las mañanas, desde que se habían mudado junto a Joshua y Melissa todo era demasiado extraño, había algo que no le cuadraba y aunque quizá solo eran pensamientos tontos estuvo atenta a todo. Su padre salía todos los días a pesar de que los vacíos se reunían en esa casa, decía que le agobiaba estar encerrado, Samantha no le creía de a mucho, después le preguntaría el verdadero motivo. Joshua aquel viejo gruñón estaba mejorando bastante rápido, a veces lo acompañaba a dar cortos paseos por los alrededores, ella no era tonta, sabía que en aquellos paseos Joshua buscaba por Mikkel, como si de repente fuese a encontrarlo sentado en algún anden o caminando en las calles, ella no tenía esperanza de que el menor regresara y esperaba que el gruñón se diera cuenta pronto, así no tendría que sufrir de ese modo. No había vuelto a reunirse con Sebastián desde aquella vez en casa de la abuela Lily, había contado todo lo que sucedió en el encuentro con su abuela y aunque pensó que serviría de ayuda la información, había sido lo contrario. Era información que su padre ya tenía, no había sido de ayuda en lo absoluto. Melissa hacia todo lo posible por llevar la fiesta en paz con ella, pero le resultaba difícil que esa mujer le cayera bien, porque le parecía la mujer más falsa a parte de su madre. No podía confiar en ella aun, seguía ocultando algo. El tiempo parecía que había volado desde que era parte de los vacíos, pronto serían las 7 de la noche y su padre aun no regresaba de su “paseo”. - ¿Sabes dónde está tu padre? —Melissa llamo su atención— Sin mirar hacia la dirección de la mujer, siguió mirando por la ventana sin responderle. - ¿En serio Samantha? No te portes como una niña inmadura por favor —rodo los ojos— Te recuerdo que tienes 21 años ya. - ¿Y eso que tiene que ver? —respondió junto a un suspiro— -Que debes madurar de una buena vez. -Eso no responde mi pregunta. Para Samantha esa había sido el fin de la conversación, por lo que se giró y se dirigió a la salida, quizá a buscar a su padre o ir a conversar un poco con Joshua le quitaría el aburrimiento. -No debes irte sin avisar —Melissa la detuvo— - ¿Eso a ti que te importa? —respondió ya enojada— -Mientras tu padre no este, estoy a cargo de ti, te guste o no —se cruzó de brazos— Soy responsable de ti y si te llega a suceder algo por lo más mínimo seré la culpable. -Ya debes estar acostumbrada a serlo ¿no crees? —Samantha fingió una sonrisa— - ¿Por qué sigues diciéndome lo mismo? —pregunto con tristeza— Les pedí perdón a todos por lo que hice, no tuve opción… -Yo no me trago tus lágrimas de cocodrilo, quizá mi padre si y también el gruñón, pero yo —la miro fijamente— No puedo confiar en ti, hay algo que no me agrada de ti y cuando descubra que es, le contare a mi padre, así nos largamos de este sitio. - ¡Hija! La voz de Albert la hizo saltar en su posición, la había sorprendido demasiado, giro su rostro fugazmente y se encontró con el rostro de su padre enrojecido, al parecer del enojo, pero no entendía el por qué. -Albert… —Melissa intento correr hacia el segundo piso— - ¡Espera! La expresión de Samantha era de total asco, como es posible que reaccionara tan dramáticamente, es decir, solo le estaba diciendo la verdad, su padre sostuvo las manos de Melissa de manera cursi y no podía evitar mirarlos. -Amm ¿Qué está sucediendo aquí? —pregunto con duda— -Queremos decirte algo Sam. -Verás Melissa no quería comentarte aún, pero con esa escena que acabo de presenciar creo que ya es el momento. -No —respondió Samantha— No te atrevas a decir lo que estoy pensando Albert, porque te odiare por el resto de mi vida o mejor dicho lo que me queda. -Melissa y yo estamos saliendo, somos pareja —dijo sin ponerle atención a sus palabras— Sentía que debía salir corriendo de ahí, de esa tonta casa, miro por mucho tiempo el rostro serio de su padre, que al parecer le decía la verdad. -No te quiero volver Albert, para mi estas muerto de nuevo —hablo con rabia— No puedo creer que salgas con la mujer que casi mata a tu mejor amigo, ¡La que nos traiciono a todos! Eres un traidor también ¡Te odio! Como odio a mi madre, como la odio a mi abuela por todo lo que está haciendo ¡Te odio! - ¡Samantha espera! Aunque su padre le sostuvo el brazo, se zafó con fuerza, necesitaba salir de ahí. No podía creer lo que acababa de escuchar, como era posible que hace unos días le confesara que aún amaba a su madre y ahora está saliendo con una traidora, no lo perdonaría, no le hablaría nunca más. Camino lo más rápido que pudo sin mirar hacia el frente, miraba sus pies, cada paso que daba pensando en que se estaba alejando de un lugar donde solo había traidores. Cuando el enojo que había sentido disminuyo, levanto la vista, inconscientemente se había dirigido a la casa de su abuela, si decidía entrar era responsabilidad suya lo que sucediera, pero ¿Para qué quería volver a su cuerpo?  Tenía un trabajo de mierda en donde estaba rodeada de compañeras que la odiaban, si su padre regresaba a un cuerpo seguiría saliendo con Melissa, podía pedirle el favor a Joshua que cuidara sus cosas en el apartamento y desaparecer, no le importaba nada, ni vivir como una vacía, ni recuperar su cuerpo. -Pequeña Sam ¿Qué haces aquí? Reconocía esa voz, pero ¿por qué se encontraba saliendo de la casa de su abuela? -Mikkel…. —menciono sorprendida— Hace casi un mes que no te veía ¿Qué haces aquí? -Siempre tan directa —rio— Vine a ajustar unas cuentas con tu abuela, pero al parecer no está en casa. - ¿Por qué no regresaste? -No tengo porque responder a eso —sonrió— Fue lindo verte, que tengas buen día y si no quieres problemas re recomiendo que te largues de aquí. Sorprendida por el cambio de actitud de Mikkel, se quedó estática mientras él paso por su lado. -Joshua sigue esperando —dijo sin girarse— Sigue esperando a que regreses y aunque Albert y yo ya hayamos perdido la esperanza de que lo hagas y por lo visto no lo harás, Joshua si las tiene, todos los martes y jueves sale a pasear, pero en realidad te busca entre la multitud, ayer quise decirle que se rindiera, pero me dio tristeza, desearía que no se aferrara a alguien que lo abandono cuando el más lo necesito, como su madre. Y con esas palabras siguió su camino, no se giró a revisar si Mikkel la había estado escuchando, pero deseaba que, si lo hubiese hecho, siguió su camino hasta su apartamento, sin voltear a mirar la casa de su abuela, sentía que había dicho demasiado. No volvería por esta noche a casa de Melissa, mañana pensaría que hacer, quizá podría mudarse a su apartamento junto a Joshua para no estar tan sola, esperaba que el gruñón aceptar su propuesta. También debía contarle al gruñón lo sucedido con Mikkel, algo en él era diferente y algo le decía que su antiguo comportamiento solo había sido fingido.
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