3: Un Poco de Ayuda

1023 Words
Cuatro días después: 31 de marzo Los últimos días han sido un absoluto reto tanto para Lucia como para mi, todo lo que ha pasado definitivamente fue difícil. Gracias a mis contactos pude hacer que el entierro de Agustina fuera ayer y que no tuviéramos que esperar por más protocolos que hicieran que la niña se pusiera más triste de lo que ya lo esta. Ir por sus cosas al mono ambiente en el que vivía con su madre también fue un proceso difícil, me tome esta semana en el trabajo para poder estar con ella y de alguna manera ir adaptándonos. Por otra parte, ya me puse en contacto con un abogado para saber como continuar con todo el asunto legal ya que no quiero problemas y en términos de mi familia… pues, sinceramente no he hablado con ellos.  Soy consciente de que, si le digo a mis padres o a mi hermana acerca de Lucia, ellos me dirán que estoy loco, que me estoy haciendo cargo de un problema que no me corresponde y que lo mejor que puedo hacer es buscar un hogar para ella donde puedan cuidarla y darle el amor que se merece. No quiero todos esos sermones, no deseo que vuelen desde Florida para tratar de convencerme de nada porque yo le prometí algo a esta niña y pienso cumplirlo, y no solo porque lo prometí, sino porque la amo como a una hija y no la pienso abandonar pase lo que pase.  Lo que si debo admitir es que verme aquí en la cocina preparando pancakes cuando normalmente desayuno en la cafetería del hospital, o en el Starbucks que esta de camino a mi trabajo, es algo completamente extraño para mi. Sigo paso a paso las instrucciones de la caja de la mezcla de los pancakes hasta que el sonido del timbre irrumpe mi concentración y rápidamente me limpio las manos con una toalla de cocina y después voy a abrir la puerta. —¡Mar!— Digo aliviado al verla a ella parada frente a mi con algunas bolsas de papel entre sus brazos y de verdad que su viaje le vino muy bien, se ve un poco más bronceada y su cabello n***o llega casi a la cintura. Sus ojos del mismo color se clavan en mi y me sonríe como diciéndome “¿en que lio te has metido?” —Recién regreso de viaje y ya me entero de que estas metido en problemas… No cambias más Sagasty— Bromea y tomo las bolsas. —Pasa, te aseguro que es un buen problema… es decir, una buena causa— Explico cerrando la puerta con mi pie y dejo las bolsas sobre la mesa.  —Algo escuché cuando quise ir a visitarte al hospital ¿una niña? ¿Acaso tienes una hija y no me contaste nada?— Me pregunta. —No, no es mi hija… es la hija de una paciente a quien trate muchos años ¿te acuerdas de Agustina?— Le pregunto ya que alguna vez le hable de ella. —¡Si! La mujer que invitaste a tu cumpleaños el año pasado… — Recuerda y asiento. —Esa—  —Recuerdo a su niña, es hermosa, muy simpática y te adora.— Continuo y sonrió. —Pues ella— Digo y nuestra conversación se ve interrumpida cuando escuchamos el sonido de la puerta de la habitación de huéspedes abriéndose y de allí sale Lu quien nos mira con dudas —Buenos días, Lu— La saludo y me saluda moviendo su mano. —Hola Marcos— Dice y mira a Marina. —Hola Lu ¿Cómo amaneciste?— Le pregunto y me acerco a ella para saludarla bien. Ella encoje sus hombros —Bien… ¿tú?— Cuestiona y vuelve a mirar a Mar —¿Es tu novia?— Pregunta y niego. —No, ella es una muy buena amiga mía, no sé si la recuerdas, se vieron en mi cumpleaños. Se llama Marina, es diseñadora de interiores, ella decoro todo esto— Explico señalando el departamento. —Es buena…— Murmura Lu y Mar sonríe. —Gracias, tu eres muy bonita.— Le comenta Mar acercándose. —Gracias…—  —Mar nos trajo comida, sabes yo soy un desastre haciendo compras y cocinando, así que le pedí ayuda… ¿nos quieres ayudar tu también?— Le propongo y asiente. —Dale, entonces ve a ponerte zapatos y ven con nosotros— Le pido y ella de inmediato va hacia su cuarto. Aprovecho este instante para acercarme nuevamente a Mar y junto mis manos para agradecerle —Gracias… sé que eres una mujer increíblemente ocupada, pero de verdad que no tengo idea de como ser padre— Le admito y ella me sonríe. —Si que sabes, lo estas haciendo muy bien, pero de todas formas te voy a ayudar porque lo que estas haciendo de verdad es muy hermoso. No va a ser fácil ni para ella, ni para ti, es un cambio de vida, es desaprender todo lo que sabías y recorrer un camino nuevo, pero bueno, creo que el amor que se tienen ustedes dos lo puede todo— Me alienta.  —Gracias, de verdad que estoy muerto de miedo, pero yo también creo que lo que ella y yo significamos para el otro lo puede todo— Digo cuando veo a Lu con sus zapatos puestos saliendo del cuarto —¿Lista para cocinar?— Le pregunto y asiente. —Lista— Afirma y miro a Mar. —Nos instruyes por favor— Le pido y ríe. —Puedes operar a una persona, pero no puedes hacer pancakes, esto es una locura…— Dice sarcástica y toma el liderazgo de la situación.  Sé que ella es en la única persona que puedo confiar para esto, ella no me va a juzgar por lo que estoy haciendo, sino todo lo contrario, me entiende perfectamente porque desde el día que nos conocimos hemos hecho ese “click” que hizo que creáramos una relación de amistad llevándonos a compartir momentos importantes en la vida del otro. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD