A pesar de que había dudado en subir al automóvil que le pasó a recoger esa mañana, Rhory realmente estaba contento consigo mismo por haberse motivado a asistir aquella sesión fotográfica en el bosque.
La reserva natural Wise cover realmente era un gran lugar lleno de naturaleza pura que era digna de fotografiar y enmarcar. El cambio de la ciudad al bosque también era agradable, y se sentía especialmente en el aire, que no estaba contaminado con los humos y gases que soltaban las fábricas o los automóviles.
Tanto estaba disfrutando Rhory de la sesión, que ni siquiera notó la ausencia de su mánager Charis durante ella. ¿Cómo hacerlo cuando todo el mundo era amable y agradable? Sí, tal vez eran pocas las personas que habían asistido a la sesión, pero se aseguraron de cubrir cada puesto para que no les faltara nada. Desde el maquillaje, equipo, vestuario, herramientas, etc.
—¡De acuerdo, última secuencia de fotos! —anunció el director y todos festejaron con entusiasmo—. Rhory, ve a que te revisen el maquillaje —indicó observándole directamente.
Asintiendo, Rhory dejó de ayudar a guardar las cosas que ya habían utilizado, y se dirigió con la joven mujer que le había estado maquillando durante todo el día.
—Dijeron que debía de revisar mi maquillaje —anunció.
Observando la mesa de madera que incluía una banca del mismo material, Rhory tomó asiento al igual que todas las otras veces.
—Llegas justo a tiempo, ya iba a guardar todo mi maquillaje —indicó la maquilladora, volviendo su atención con él.
—¿Por qué?
Inclinando su rostro ligeramente hacia atrás, Rhory la observó.
—A medida que avanza la sesión, las personas que ya no son necesarias se van retirando para proyectos —informó tomándole del mentón.
Curioso, Rhory observó sin mover su cabeza a su alrededor, y se percató de que había mucho menos personas de lo que habían llegado inicialmente. Tan concentrado estuvo en su trabajo, que ni siquiera se dio cuenta de ello hasta ese momento.
—¿Tú también te irás? —preguntó.
Cuando la mujer asintió, concentrada en arreglar su maquillaje, Rhory se preocupó un poco. Después de todo, había sido ella quien le pasó a buscar esa mañana, ¿con quién se supone que se iría si se iba antes?
—No te preocupes, siempre quedan de los últimos esos dos chicos —expresó como si leyera su preocupación.
Siguiendo la dirección que apuntó con una brocha, Rhory se encontró con dos tipos jóvenes y músculos a los cuales estuvo ayudando a guardar las cosas que no estaban utilizando.
—En realidad, siento algo de envidia —dijo la maquilladora repentinamente—. Esos dos están para chuparse los dedos, y si no fuera porque debo de cumplir en otro lado, me habría quedado con la excusa de llevarte a casa solo para observarlos trabajar esos músculos.
Rhory soltó una pequeña risa ante el obvio deseo en el tono de la maquilladora, como si no fuera suficiente aquellas miradas lujuriosas que le lanzaba a ambos hombres.
—Intentaré conseguirte algún número si quieres —comentó.
El entusiasmo brillo en los ojos de la mujer y alzó una mano para apretar uno de sus mofletes.
—Eres tan dulce, pero aunque lo intentaras, dudo que alguno de ellos me aceptara la llamada —suspiró.
—¿Por qué? Eres muy atractiva —parpadeó.
—Eres tan dulce que quiero comerte a besos. Y te agradezco la intención, pero esos chicos batean para el otro lado —explicó y se alejó—. Ya estás listo, corazón.
Levantándose de la banca, Rhory la observó, sin comprender realmente lo que había querido decir con ello.
—Chico, ven a trabajar que quiero terminar antes de que caiga la luna —llamó el director.
Despidiéndose, Rhory se apresuró a ir en dirección en donde habían preparado la sesión de fotos y se concentró en seguir las instrucciones del director. Posando como este deseaba, sonriendo más, colocando sus manos de cierta forma, utilizando el objeto que estaban promocionando, etc.
Para el momento en que finalmente terminaron de sacar todas las fotografías hasta que el director quedó conforme, el sol ya estaba mostrando los últimos indicios del atardecer, que era lo que al parecer estuvieron esperando.
—Bien, esos es todo —anunció el director, revisando su cámara—. Guarden todo y a sus casas, chicos.
Y con esas palabras, el hombre simplemente guardó en su estuche su cámara y se dirigió hacia su auto sin ayudar a nadie en nada. Subiéndose, lo hizo partir y se fue dejando a Rhory junto aquellos dos hombres, por lo cual su amiga maquilladora estuvo salivando.
—No te preocupes, él siempre hace lo mismo.
Girando sobre su espalda, Rhory contempló a uno de los hombres.
—Uh... —musitó, sin saber qué decir.
—Mi nombre es Andreu y el de allá es mi primo, Rosell —presentó—. Terminando de guardar todo el equipo, te acercaremos a tu casa —prometió.
El alivio invadió a Rhory con ello.
—Gracias, pensé que me iba a ir con el director, pero... —torció sus labios.
—Trabajo terminado, se va como un cohete —comentó el otro hombre llamado Rosell—. Siempre ha hecho lo mismo, ya nos hemos acostumbrado.
—Solo espera, terminando de guardar nos iremos —prometió Andreu.
—Ayudaré —anunció Rhory sin pensarlo—. Si me ayudaran a llegar a casa, es lo mínimo que puedo hacer —expresó.
—Solo toma las cosas que no son tan pesadas —indicó Rosell y se alejó.
Ayudando a ambos hombres, Rhory observó con entusiasmo como finalmente cerraban la puerta trasera de la furgoneta tras terminar de guardar todo justo a tiempo para cuando el sol terminaba de ocultarse.
—Hora de irse —anunció Andreu.
Limpiando el sudor de su frente, Rhory asintió y sonrió con entusiasmo, ya haciendo planes de lo que iba a hacer una vez volviera a casa. Lo primero en su lista era una larga ducha y luego pedir algo de comida.
Subiéndose en el asiento trasero, Rhory se colocó el cinturón de seguridad y contempló a través de la ventana. Cuando el motor del automóvil hizo un sonido extraño, volvió la mirada hacia el frente.
—¿Ocurre algo? —preguntó una vez que ese extraño ruido persistió.
—Iré a ver —anunció Rosell, bajándose.
—¿Qué ocurre? —insistió.
—Nada de qué preocuparse, nuestra furgoneta no es la más nueva, por lo que a veces da algunas fallas —explicó con la mirada al frente—. Espera aquí, veré si puedo ayudar —indicó.
Ansioso, Rhory comenzó a mover sus manos nerviosamente por su regazo. El capó de la furgoneta le impedía ver lo que ambos hombres le estaban haciendo al vehículo, pero a juzgar por la forma en que este seguía sonando, no auguraba nada bueno.
Luego de dos intentos más de hacer partir la furgoneta sin éxito alguno, finalmente uno de ellos se acercó a él con una expresión apenada.
—¿Puedes bajar un momento? —pidió Andreu, golpeando suave su ventana.
Asintiendo, Rhory se quitó el cinturón de seguridad y se bajó del automóvil. Acercándose a ambos, se detuvo frente a ellos.
—¿Qué sucede? —preguntó, ya esperando las malas noticias.
—No podemos hacer funcionar la furgoneta, no sabemos lo que tiene mal realmente —explicó Rosell.
—Intentamos llamar a una grúa para que viniera a recogernos, pero mi celular está sin carga y el de este idiota no tiene señal —comentó Andreu—. Nos preguntábamos si tal vez estás con tu teléfono y tienes algo de señal —explicó.
El rostro de Rhory se sonrojó suavemente y bajó su mirada un tanto apenado.
—Tengo señal y batería, pero... No tengo saldo para llamar a nadie —explicó—. Lo lamento.
—Está bien, no es tu culpa —suspiró Andreu—. Parece que tendremos que recurrir al plan "B" —anunció observando a su primo.
Curioso, Rhory alzó la mirada.
—¿Cuál es el plan "B"? —preguntó.
—Quedarnos a campar —anunció Rosell, alejándose junto a su primo.
—¿Acampar? —preguntó—. ¿Justo aquí? —exclamó, observando a su alrededor.
Aunque le había agradado Wise Cover durante el día, este tomaba una imagen muy diferente en medio de la noche, lleno de animales salvajes.
—No te preocupes, tenemos todo lo necesario para ello —aseguró Rosell y abrió la furgoneta señalando todo el equipo en su interior.
Rhory pasó su mano derecha por el costado de su pantalón, inseguro.
—¿No hay una especie de guardabosques al cual recurrir por ayuda? Se supone que esta clase de lugares, reservas naturales, debe de tener a alguien que cuide de ellas, ¿no? —expresó.
—Lo tiene —asintió Andreu—. La cosa es, que nuestro director realmente no consiguió el permiso para poder tener una sesión de fotografías en este lugar, pero como estaban presionando para realizar el proyecto pronto, el simplemente vino y lo hizo —explicó—. Si nos acercamos y exponemos al hombre que nos contrató, no nos querrá pagar y peor aún, nos despedirá.
—Sin contar que ni siquiera sabemos dónde hay una caseta de seguridad o el lugar donde se encuentra el guardabosques —añadió Rosell—. Y no es por nada, pero no me quiero arriesgar adentrándome más en ese bosque.
—Pero, entonces... ¿Cómo lograremos irnos de aquí? —preguntó ansioso.
—Mañana lo haremos —anunció Rosell—. Dejaré mi teléfono apagado para mantener la batería, entonces mañana para cuando haya luz del sol, me levantaré y buscaré un lugar donde consiga señal para llamar a una grúa —planeó—. Es un buen plan, ¿no?
Los labios de Rhory se torcieron levemente. Más que un buen plan, tal parecía que era la única opción que tenían en ese momento.
—Supongo... —dijo en un suspiro.
—De acuerdo, a trabajar se ha dicho —anunció Andreu.
Con ello, ambos se alejaron y comenzaron a bajar algunas cosas de la furgoneta. Como quedarse a observar sin hacer nada no era lo suyo, Rhory se acercó.
—¿Puedo ayudar en algo?
—¿Podrías conseguir algunas ramas para hacer una fogata? —pidió Rosell—. Por mientras nosotros armaremos las dos carpas, una para nosotros y otra para ti. Afortunadamente tenemos muchas cosas para acampar.
—Incluyendo la comida —comentó Andreu tras percibir el estómago de Rhory.
—Lo lamento, no alcance a comer todo hoy —se excusó apenado, con sus manos tocando su estómago de forma avergonzada.
—No te preocupes, considerando la hora que es, nosotros también tenemos hambre ya —expresó Rosell.
—Creo que tengo algo para que calmes el hambre por mientras —expresó Andreu.
Alejándose, el hombre rebuscó en un bolso y le entregó una barra energética y una botella de agua.
—Ten, come eso en lo que nosotros nos encargamos de lo demás —indicó.
Agradecido, Rhory aceptó ambas cosas.
—Terminaré de comer pronto y les ayudaré —prometió.
—No te apresures, debes de estar cansado luego de haber trabajado todo el día —indicó Rosell.
—Cierto, relájate un momento y nosotros nos encargamos del resto —instruyó Andreu.
Y antes de que Rhory pudiera insistir en que realmente estaba bien, ambos se alejaron y siguieron con lo suyo, sin darle la oportunidad de argumentar en nada.
Aquello hizo sentir un tanto incómodo a Rhory, ya que no estaba para nada acostumbrado a la amabilidad de otras personas. Gracias a la familia que tenía, había aprendido de mala forma y más de una vez, que cada gesto amable, significaba algo más. Nadie simplemente era amable con él sin pedir nada a cambio.
Observando a ambos hombres trabajando en las carpas, Rhory revisó su billetera y se encontró con un par de billetes. No era lo suficiente como para pagar la comida que le ofrecería, pero sí para el agua y la barra energética que le entregaron.
Sabiendo que ambos rechazarían su dinero, Rhory se acercó a la furgoneta y abrió la puerta de copiloto. Subiéndose, dejó el dinero en el compartimiento. Si tenía algo de suerte, simplemente pensarían que era de ellos y no intentarían devolvérselo.
Sintiéndose un poco mejor, el joven modelo rompió la envoltura de la barrita energética y se la comió de pequeños bocados. Abriendo la botella de agua, Rhory bebió un par de sorbos y se detuvo al sentir un extraño sabor en el agua.
Extrañado, la observó, pero realmente no es como si pudiera ver algo a través de aquella cristalina agua. Observando por la ventana, se encontró con ambos hombres observándole. Preocupado de que estuvieran esperando que terminara de comer para que ayudara como había dicho, Rhory cerró la botella y se bajó apresuradamente de la camioneta.
Algo cayó fuera de la furgoneta con el movimiento. Agachándose a recogerlo, Rhory observó con sus cejas juntas el objeto entre sus manos. Tal vez él no era aún mecánico, pero estaba bastante seguro de que era una pieza del automóvil que ayudaba a trabajar correctamente el motor de este.
Extrañado, lo dejó de donde lo había sacado y giró para encontrarse con Rosell a un par de pasos.
—Veo que terminaste de comer —comentó.
Ante la mirada del contrario, Rhory retrocedió instintivamente. Aquellos ojos, los había visto anteriormente en alguien más, y no terminó exactamente de buena manera aquello.
—Ahora mismo iré a buscar las ramas —expresó.
—No es necesario, Andreu ya fue a conseguir ramas para hacer la fogata —indicó—. Si quieres, puedes ayudarme a preparar nuestra comida.
—Gracias, pero la barrita energética y el agua es suficiente para mí —explicó Rhory.
—Por favor, sé que eso no ha llenado tu estómago.
—Está bien, no tengo dinero para pagarles nada más —expresó—. Esto es suficiente para mí —aseguró—. Es más, me quedaré a dormir en la furgoneta, no es justo para ustedes dormir incómodos por mi culpa.
—La carpa es perfecta para dos personas, para tres, incluso —aseguró y se acercó.
Por alguna razón, Rhory ni siquiera lo pensó cuando su cuerpo se movió llevándole al interior de la furgoneta. Pero supo que fue una decisión acertada, tan pronto como la expresión de Rosell cambió a una molesta.
Como en piloto automático, Rhory le colocó el seguro a las puertas y retrocedió tan pronto como el hombre estuvo frente a él, intentando abrir.
—Esto será más fácil para todos si simplemente abres la puerta, Rhory —expresó forcejeando con ella.
Contemplando como toda amabilidad desaparecía tan pronto como los intentos por abrir la puerta fallaban, Rhory observó con silencioso terror como Rosell finalmente se detenía con una maldición.
Al verle meter sus manos en los bolsillos, Rhory contuvo la respiración y lentamente la dejó ir al presenciar como la llave de la furgoneta no aparecía entre ellas.
—¡Andreu! —llamó y se alejó, frustrado.
Sin razonarlo mucho, tan pronto como este se alejó lo suficiente como para perderlo de vista, Rhory se bajó y corrió. El joven modelo no pensó en nada más, él simplemente se internó en el bosque y no se detuvo sin importar que no supiera a donde se estaba dirigiendo o por si se encontraba con un animal peligroso. En ese momento, aquellos dos hombres musculosos eran más peligrosos que cualquier animal con el que se pudiera encontrar.
Solo cuando un repentino mareo le atacó, y la sensación de que el piso se estaba moviendo bajo sus pies le invadió, que Rhory se detuvo un momento. Apoyando su mano izquierda en el tronco de un árbol, el modelo jadeó y tomó profundas respiraciones para sus necesitados pulmones.
Una vez que la sensación de asco se detuvo, le siguió una especie de pequeño calor que estaba surgiendo en su vientre y se deslizaba lentamente a sus zonas inferiores.
Escuchando ruido detrás de él, Rhory ni siquiera lo pensó y retomó su corrida. Sintiendo la presencia de alguien a su espalda, el joven modelo observó sobre su hombro y se encontró con unas extrañas figuras que corrían a toda velocidad en su dirección, con unos tenebrosos ojos dorados.
Gritando, Rhory se apresuró en buscar rápidamente un refugio y siguió corriendo por su vida. Ya fuera esas extrañas figuras o los dos hombres del campamento, la verdad era que ninguno de los dos era una muy buena opción.
Y el tiempo para él, comenzó a correr.