Maxwell podría decir que pasó toda la noche despierto, escuchando el sonido de la lluvia y admirando el hermoso rostro de su elegido, pensando en lo que estaba perturbando tanto las noches de su dulce chico, pero sería mentira.
Luego de haber soñado tanto con tener a Rhory en su cama, durmiendo entre sus brazos, por supuesto que se había sentido tan bien con su lobo por tenerlo donde tanto quería que... La plenitud que sintió le arrastró al mundo de los sueños junto a su chico, quien afortunadamente durmió tranquilamente el resto de la noche entre sus brazos.
Y ahora que estaba completamente despierto, con ese cuerpo más pequeño y dulce acurrucado contra él siendo la cuchara más pequeña, Maxwell no podría amar más y odiar a la vez dicha situación.
Rhory se sentía completamente perfecto
