Conduciendo a su casa, aquellos oscuros ojos de vez en cuando se desviaban hacia su costado, admirando la silueta de su dulce chico bonito. Recordándose a sí mismo que no había arruinado las cosas con Rhory y que este tomó mucho mejor de lo que esperaba que fuera el dueño de M. Royal, Maxwell volvía su mirada hacia el frente y se concentraba en manejar nuevamente. Realmente, agradecía haber planeado y repasado las respuestas que le daría a su dulce chico una vez este se enterara, ya que si hubiera mostrado tan solo un pequeño signo de duda, Rhory se habría inquietado, dudado y finalmente terminaría alejándose. Y siendo sinceros, Maxwell le dijo toda la verdad a su pareja. Él realmente le eligió porque vio talento, uno que otros también lograron apreciar gracias a su perfil en su página.