No había estado dentro de los planes de Rhory el volver a la agencia. Con un cansador día largo y desagradable, lo único su mente era acostarse a dormir, aunque no tenía un particular interés en volver a esa casa. Aunque claro, dichos planes cambiaron en el instante en que los mellizos Alek y Alisa aparecieron en la cafetería y comentaron con entusiasmo como sin intención, escucharon que el dueño de la agencia solía mostrar su rostro en las tardes, cuando ya el personal se estaba retirando. Y como ambos hermanos estaban metidos en el misterio de conocer el rostro del hombre que los aceptó en su agencia, por supuesto que fueron con él para arrastrarlo a su aventura. A diferencia de los mellizos, Rhory en realidad no estaba tan interesado en conocer al gran jefe. En sí, en la única persona