NICOLAU
Llegamos al almacén y comprobé cómo estaban los hombres viéndolos decir que estaban por toda la casa y que ya habían sacado a algunos de sus hombres. Marco y yo salimos del coche y entramos sacando a todos los demás que vimos.
—Vámonos— Salimos del coche y entramos en el almacén. Tenía que dirigirme y encontrar la oficina de Angelo y Marco y los hombres se encargarían de todos los demás.
—Ve a buscarlo, yo lo tengo cubierto—. Aseguró. Subí las escaleras con la pistola apagada mirando por las esquinas viendo que los hombres habían sido eliminados. Cuando llegué al otro piso alguien apareció por la esquina intentando noquearme, pero era una mujer.
Mierda.
—Vaya, si eres guapo—. Ella sonrió tratando de golpearme de nuevo, pero la esquivé. —Rápido también—. Cuando intentó lanzarme
