Malas noticias Muchas personas me juzgaron sin saber la verdadera razón de todo lo que había sucedido. Pequé por inconsciente, pero pagué por mi error. Sin embargo no me quedé a darme golpes de pecho o a recriminarme por el resto de mis días. Trabajé muy duro y ahora tengo anhelos de abrir un restaurante de comida italiana o japonesa. Ya será cuestión de que haga indagaciones de que me sale más rentable. Salí con muchos proyectos en mente, fue una gran escuela para mí y cada día me despierto con energía para luchar porque se me haga realidad todo lo que se me ocurra que puedo lograr. —¿Entonces piensas reconocer a tú niño? —me pregunta el abuelo quien ha dejado el periódico a un lado para hablar conmigo. Pero yo solo sé que es porque quiere ponerme una planchada de orejas. —Si abuel