Un dilema amoroso difícil de resolver. Apenas estaba empezando a experimentar el maravilloso dulzor de la fama y sentía que muchas cosas se habían arreglado en mi vida. El hecho de que Samantha quisiera hablar conmigo me producía taquicardias. Solo yo sabía lo que sentía por esa mujer. Por su parte esa misma noche intenté poner en orden mi vida y alquile una habitación para huir de Emilyn. —¿Por qué me dejas sola en la habitación? Aun no te he enseñado todo lo que compré. —No quería parecer grosero así que la tomé de la cintura y le dije —Me agrada mucho tu compañía pero de verdad necesito privacidad, debo hacerle algunos arreglos a una de mis canciones y si no estoy solo me desconcentro y no consigo el resultado que deseo. Aprovecha para descansar, mujer tu trabajas mucho. —Le di un b