Kendall —¡Kendall, la ropa! Me echo a reír justo cuando escucho el golpeteo en la puerta de mi habitación, un sonoro suspiro abandona sus labios mientras reniega a la vez de que se aleja por el pasillo, al darse por vencido. —¿Qué ha sido eso? —la voz divertida por parte de mi hermano Kevin, me hace volver a concentrarme en el teléfono. —Solo ha sido mi compañero de piso, tal parece que he olvidado recoger la ropa del baño otra vez. Una carcajada resuena a través del teléfono, lo que me hace alejarlo tras el escándalo que provoca el hermano del centro, haciendo incluso que mi tímpano duela. —Idiota, vas a dejarme sorda —lo regaño. —Es que eres imposible, no te bastó con fastidiarnos a Kenneth y a mí por tantos años, ahora también lo haces con un pobre idiota que al parecer ya no t