Capítulo 3
Arruinando sus Planes.
Narra Christopher White (Max)
Tenerla entre mis brazos una vez más se sintió completamente irreal, pensé que no podía seguir con mi papel cuando la tuviera de esa forma, pero pude seguir mi papel.
Haberle pagado al chico que maneja el sonido para que colocara esa canción en el momento preciso, fue lo mejor. No soy idiota, conozco absolutamente todo de ella, no iba a volver a enfrentarme a esta familia sin haberlos estudiado detalladamente.
Pero el Maldito de Marco me está sacando de mis casillas, me hierve la sangre cada vez que la toca o la besa…
«¿Qué te pasa Max? Él es su maldito esposo» tengo que recordarme a mí mismo.
Me alejo de la pista de baile recordando lo nerviosa que estaba Ana Paula cuando bailamos, reconoció la letra y sé que ya se ha formado algún concepto de mí.
He tratado de llamar su atención durante toda la tarde y lo que va de la noche y debo admitir que para ser una mujer recién casada, no ha sido nada difícil.
Dany, su hermano. Viene hacia mí y tengo que disimular la rabia que siento al verlos bailar, así que coloco una sonrisa en mi rostro para recibirlo.
—Señor White. ¿Le apetece un trago?— me pregunta y yo no quiero, lo único que quiero es que me deje en paz, pero no puedo hacer otra cosa que disimular.
—¡Dany Lozano! El hijo mayor de la familia y heredero de este imperio— su cara cambia a penas menciono esto, porque según lo que investigué, su padre ni loco le dejaría los negocios a este idiota.
—¿Bebemos algo más fuerte?— asiento y me hace un ademán con su mano para que lo siga al mini bar.
Él se adelanta mientras yo echo una última mirada a Ana Paula. Camino detrás de él, hacia el mini bar y me siento esperando el trago que me ofrece, lo tomo y lo llevo a mis labios, tomandomelo todo de una vez.
Rabia y decepción son dos de los sentimientos que predominan en mi en este momento, sé que soy un egoísta de lo peor, que si de verdad la amo debería estar feliz porque ella lo es, y es este sentimiento de rabia, lo que me confirma que hace mucho tiempo, deje de Amar a la mujer que hoy viste un traje de novia.
Mientras su hermano me habla de negocios, yo estoy pensando en estupideces. Me despabilo y trato de prestar atención a toda las idioteces que habla el hombre delante de mí y comprendo el porqué ni loco lo dejarían a cargo, no sabe absolutamente nada de los negocios de su familia ni del trato que vengo a firmar con ellos, por eso una idea un tanto descabellada se me ocurre.
Estás personas están interesadas en la inversión que la empresa que represento, necesitan el dinero para que el proyecto se lleve a cabo porque es demasiado arriesgado para ellos hacerlo sin un socio inversor. Así que debo valerme de eso.
—Dany… — llamo su atención— no tengo demasiado tiempo y necesito reunirme con las personas a cargo del proyecto, estoy a gusto en la fiesta pero ya quiero irme a descansar, las horas de vuelo me dejaron cansado.
—Se.. señor White— titubea nervioso— ¿Por qué no mejor descansa y firmamos los documentos mañana? Hoy es la boda de mi hermana y no creo conveniente— volteo y lo fulmino con la mirada.
—¿Usted acaso cree que he venido a jugar o ver cómo se casan? O tal vez he venido a beber un trago cuando en mi casa tengo las mejores botellas de reserva de Whisky— digo con sarcasmo y él palidece.
—¡Dany!— ambos volteamos al escuchar la voz de una chica, él pone mala cara al verla y ella se lanza a sus brazos, él de inmediato la aparta bruscamente y la chica se siente apenada.
—¡Déjame en paz Andrea!— suelta de molesto y yo me incómodo porque a una mujer no se le trata de esa forma, me pongo de pie y lo encaro.
—Primera y última vez que tratas así a una mujer en mi presencia Dany Lozano— suelto furioso, porque ya no soy el mismo chico al que él humilló.
Se queda callado, no dice nada, no sé si por temor a arruinar el negocio o porque entendió de una vez por todas. Volteo y veo a la chica sonrojada y apenada. Me acerco a ella y le pregunto.
—¿Estás bien?— ella sonríe un poco tímida, y asiente.— Mi nombre es Christopher Y el tuyo Andrea, ¿Verdad?— tiendo mi mano y ella la toma con una sonrisa, asistiendo. — si ese idiota vuelve a tratarte mal no dudes en llamarme— le entrego una tarjeta y ella se retira dejándome una sonrisa.
Siento que alguien me mira, puedo sentir la pesadez de su mirada y la busco. Ana Paula me mira fijamente y yo solo puedo sonreírle de vuelta, ella se voltea aparentemente molesta y está actitud que tiene de verdad no la entiendo, pero por lo pronto, me provoca arruinar su anhelada noche de bodas. Volteo hacia el odioso de su hermano y le digo con la voz más prepotente que tengo.
—Yo me largo, estoy en el hotel Esmeralda, si les apetece nos vemos en dos horas para hablar de negocios, quiero a todos los involucrados, si no,den por cerrado el trato— él sorprende y me responde.
—Christopher, pero mi cuñado… Acaba de casarse, hoy es su noche de bodas— se queja y Resoplo.
—¿Tengo cara de que eso me importa? ¿A ti te importó humillar a esa chica… Andrea delante de mí?— vuelvo a reclamarle— a mí tampoco me importan los asuntos personales de tu familia. Yo me largo, ya ustedes sabrán que hacer, si no están todos, no hay trato. Y para ti no soy Christopher, soy el señor White de ahora en adelante.
Me doy media vuelta, marchandome del lugar, pero no sin antes darle un último vistazo a ella, nuestras miradas se conectan por un segundo y detesto no ver su cara cuando se entere que no tendrá noche de bodas con su nuevo esposo.
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Holaaa
Amo a Maximiliano en su versión de Christopher.
¿Cómo andamos nenas?
Gracias por darle la oportunidad a amor secreto.
Las quiero un montón.
Ava