Un par de días después Sasha estaba sentado en la encimera de su cocina viendo como su padre preparaba tortitas junto con su hermana melliza Ava y Kilian uno de sus hermanos mayores. Scott Hoffman había llegado a Nueva York con su hija pequeña para visitar a sus hijos. Sasha que vivía en la ciudad y Kilian que estaba allí haciendo la residencia en un hospital de Manhattan. Ava y Kilian cantaban mientras que bailaban con su padre, que intentaba hacer tortitas con pepitas de chocolate para el desayuno y Sasha los miraba riéndose de las coreografías que hacían sus hermanos, entonces Scott sacó un par de cervezas de la nevera y le entregó una a su hijo. –¿No crees que es un poco pronto para tomar cervezas viejo? – Preguntó Sasha agarrando la cerveza y Scott se encogió de hombros. –No exist