Hablar era fácil, pero para Sol ver a Sasha día tras día se había convertido en una tortura para su determinación. Ya habían pasado unas semanas desde que Sol se había fracturado la mano y Armando ya le estaba exigiendo que regresará al trabajo porque no podía prescindir de ella, tanto que hasta le había subido un poco más la deuda que tenía con tal de volver a tenerla de vuelta en el club. Sol estaba en el parque con Estrella y Sasha, que se había ofrecido para acompañarlas. Los veían a la niña jugando con algunos juguetes que Sol había llevado para ella. Ya que difícilmente Estrella jugaba con otros niños que no fuesen los nietos de Rosa y Sasha no tardó en darse cuenta de eso. Sasha podía ver como los padres de los otros niños los miraban con curiosidad y cuchicheaban entre ellos, ent