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―Apple, estás dolida y… ―Me guardaría para un idiota. ―Lo cortó sonrojada por la palabrota. ―Tú eres uno, pero eres mi idiota. ―Acarició sus mejillas, ella no sabe lo que hace, pero su cuerpo lo pide a gritos, lo único que desea es estar con él. ―Por favor… ―Mmmm. ―Jadeó por el candente beso, ¿Cómo puede ser ella virgen? No se lo podía creer, eso por poco lo enloquece. ¿Realmente la tiene ahí solo para él? ¿Ella se le está ofreciendo como tantas veces él soñó? ―No me quiero aprovechar de tu dolor. ―La apartó poniéndose en pie. ―No te haré esto. ―Él deseaba follársela y marcársele tan profundo en su piel que ella jamás lo olvidara y siempre quisiera estar con él, pero sabe que después la culpa la consumirá y eso será doloroso para él. ―No seas un cobarde. ―Gritó tras de él. ―Quiero es