escapando del peligro

1602 Words
Narra Antonella Miller. Me encontraba sola, mis pies me dolían de tanto correr, pero no sabía que hacer para mí fortuna long beach no era una ciudad solitaria, camine un poco más y no tenía ningún plan nada que pudiera hacer. entonces esa voz me golpeó metafóricamente. « ¡Acaso eres estúpida mujer! los golpes de Jackson te hicieron idiota, tienes dinero mucho. y tienes tu pasaporte» pero como no lo pensé antes, la voz tenía razón tenía que ir al aeropuerto tomaría el primer vuelo, y me iría lejos de esta ciudad. Me acerque dónde circularán los autos y allí llame un taxi le dije que me llevará al aeropuerto de Century city, pero antes pare en una tienda de ropa. Le pagué al hombre del taxi para que me esperase, entre y había una pequeña mujer con aspecto de caricatura tenía un corte a la altura de los hombros, gafas de aumento una blusa color perla y pantalones jeans me atendió muy amable pero yo llevaba prisa, compré lo más indispensable y por supuesto una maleta, ya que no podía ir al aeropuerto sin una levantaría sospechas, y no quería fracasar en mi plan. ya en el aeropuerto me baje del taxi camine unos pasos era un lugar amplio había algunas personas esperando la hora de su vuelo me supuse, me acerque a un mostrador y había un hombre de unos 30 años con una camisa blanca, corbata cabello n***o ojos color miel tenía una sonrisa en el rostro. –Buenas noches, en que puedo ayudarle?— pensé unos segundos no sabía que decirle. carraspe –Si, bueno quisiera un boleto al primer vuelo que salga.– el hombre arqueó una ceja, pero no le prestó atención a eso seguramente habían Miles de personas que hacían eso. Miró la pantalla que estaba frente a el y luego a mí. –El primer vuelo que saldrá será a Denver colorado– no deje que terminara. –Si, si quiero un boleto– el hombre dudo, pero empezó a teclear en la computadora me preguntó mi nombre pensé decir el mío, pero era una idiotez, pensé unos segundos y recordé, el nombre de mi amiga de la secundaria "esther Carson" respondí me preguntó también cómo pagaría respondí en efectivo también si sería en turista o primera clase, respondí turista luego me dió el boleto, le di las gracias y me fui a la sala de espera. Estaba ansiosa solo quería salir de ese lugar estar en esta ciudad ya era peligroso para mí, había asesinado a mi marido, y bueno por más golpes que me dió, la policía no me creería e iría a la cárcel. Si contará toda mi historia me dirían que la saqué de una novela, recuerdo una vez que llegó ebrio, yo estaba sentada en mi pequeña máquina de coser y el me miró con esa cara de desaprobación, yo me levanté a ofrecerle algo, pero su respuesta fue golpearme sin ninguna razón. Para luego violarme, si yo no quería tener sexo con el me obligaba a hacerlo me causaba tanto asco que pasaba horas en la ducha, pero no podía sacar el asco que sentía por mi marido, era un hombre despreciable me sumergí en esos pensamientos y las lágrimas me corrieron las limpie rápidamente con el dorso de mis manos. Esperé por lo que fué una hora y luego escuché por una bocina a una mujer anunciar mi vuelo, camine por un pasillo para entrar al avión, mire atrás y poco a poco iba dejando mi vida atrás ya no sería Antonella Miller jamás. ahora sería esther Carson, mire por la ventanilla del avión y cada vez me sentía más segura cerré mis ojos fuertemente y sonreí ya era libre el no podía dominarme más, yo no sería su marioneta, no me haría más daño me abracé a mi misma, aún me dolían las costillas por el golpe, pero está vez iba a ser diferente. No sé en qué momento me quedé dormida, pero ya había llegado a mi destino Denver colorado, suspiré aliviada estaba lejos de mi opresor aunque ya estaba muerto, aún así podía perjudicarme, me bajé del avión estaba en el aeropuerto mi estómago empezó a gruñir, tenía hambre pues la sopa que había cenado no duro en mi estómago, me dirigí a una cafetería que estaba cerca, mire la vitrina había toda clase de delicias mi estómago volvió a gruñir con fuerza me sonroje, espero nadie haya escuchado eso, pero para mí mala suerte un hombre estaba parado justo a mi lado estaba sonriendo divertido, yo lo mire y me disculpé él se encogió de hombros. –No, debe disculparse es un ser humano a todos nos da hambre– yo sonreí apagada el señaló la vitrina y me recomendó comer un croissant. sin pensarlo pedí dos y un jugo de naranja me dirigí a una mesa que estaba en un rincón, y allí devoré los croissant estaba tan concentrada en eso que no me dí cuenta cuando ese hombre se me acercó la primera vez no lo detalle bien, pero ahora estaba frente a mí era alto aproximadamente 1,80 tenía unos ojos azules intensos, su cabello castaño a la altura de sus hombros, su rostro era perfectamente simétrico, su nariz recta y sus labios rojos como dos cerezas. cuando me habló tuve que tragar saliva tenía una voz muy sensual. «¿De dónde había salido ese hombre, será que todavía estaba en el avión y no habían despertado?.» – ¿Puedo sentarme, si me lo permite?– yo pensé unos segundos y asentí no quería ser mal educada. –¿Y que tal le parecieron los croissant?. –Si, estaban muy buenos gracias por su recomendación. –Fue un placer, y creo que no es usted de por acá si no me equivoco– yo tomé una cervilleta y limpie mi boca no quería responder a eso era pésima mintiendo... ¿que podía decirle.? –Bueno, enrealidad no soy de por acá vengo long beach. –Entiendo, pero– el miró su reloj y luego a mí con algo de preocupación –¿Dónde, pasará la noche?.– vasile un momento no sabía que responder. –Bueno, tenía pensado un hotel– me miró con sus ojos azules, pensaba decirme algo, pero no sabía que era. –Conozco un hotel, puedo llevarla a tomar un taxi– el se enderezó en su silla, su voz era tan cálida y reconfortante que inspiraba confianza. –También podría llevarla en mi auto, pero.es depende si usted quiere entendería que para usted soy un extraño y no quiera aceptar que yo la llevé– yo lo observaba muy atento, pero tenía razón, no aceptaría que me llevará ya que apenas lo conocí y no escape de mi esposo para morir a manos de un extraño. –Agradezco es usted muy amable, pero acepto que pueda guiarme para tomar un taxi, sino es mucha molestia– el se levantó de su asiento –Por supuesto, no es ninguna molestia con gusto la llevaré a tomar el taxi– yo me levanté para seguirlo iba a recoger mi maleta cuando ví ya el lo estaba haciendo, me sentí extraña mi esposo en todo el tiempo que estuvimos casados nunca hizo algo así. Nos dirigimos a la salida antes de subir al taxi el me miró –Disculpe, usted mis malos modales mi nombre es Marcus obethe– yo le tendí la mano para estrecharla –Es un placer, mi nombre es esther Carson– por supuesto no le diría mi antiguo nombre, pues no lo usaría jamás. le dijo al taxista que me llevará al hotel " Clarion" y luego me dió una tarjeta con su número telefónico –Si, en algún momento necesita algo no dude en llamarme– yo la tomé algo dudosa –Muchas gracias es usted muy amable— le dediqué una sonrisa y me despedí, ví como se alejaba cuando el auto comenzó el rumbo miré por última vez y estaba parado allí luego ya no lo ví, estaba tan confundida. Fue tan amable que me sentía extraña, cuando llegue al hotel cargue mi maleta y entré, era un lugar muy bonito con lámparas una sala de estar amplia, alfombras, un hermoso recibidor era un lindo ambiente, allí estaba una mujer muy bien arreglada de cabello largo cobrizo, osos negros piel blanca, se veía joven unos 25 años me recibió muy amable pedí una habitación ella llamo a un ballet para que llevara mi maleta me dió una llave, que tenía un número habitación 415 entramos al ascensor, y el hombre marco el número 6 al llegar era un pasillo largo mi habitación era la quinta del lado derecho entré y le dí una propina al ballet, cerré la puerta mire toda la habitación y en el piso había una gran alfombra color rojo las paredes eran blancas y lo que más me gustaba era la gran cama que había era toda para mí, también había dos mesitas de noche a los lados de la cama con unas hermosas lámparas fui a echarle un vistazo al baño, tenía cerámica blanca un grifo que parecía una fuente de agua el gran espejo que estaba en la pared y una tina. Salí del baño y me lancé a la cama era tan suave y olía tan bien, abracé las almohadas y sonreí me sentí libre al fin. poco a poco fui cerrando mis ojos me deje vencer por el cansancio hasta quedarme dormida para quedar sumergida en el mar de los sueños.
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